"... Hoy vuelvo a viajar,
y te estoy otra vez diciendo adios.
Cuando alguien me es bueno,
y bueno a Cuba,
le enseño tu retrato"
(José Martí)^[1]

Miles, cientos de miles de cartas, y más cartas, dibujos, poesías, noticias, comunicados, saludos, han recibido los cinco jóvenes cubanos, Héroes antiterroristas, prisioneros del imperio. La correspondencia que aparece en el libro “Cartas de ida y vuelta” muestra una parte de las que se han enviado desde Cuba, principalmente por los pioneros, para Antonio, Fernando, Gerardo, Ramón y René. Resultaba imposible responder a todos de forma individual. Ellos explican que al recibirlas les causa una inmensa alegría, que algunos de los dibujos adornaban los murales de sus respectivas celdas.

Así lo expresa Fernando González Llort al responderle a un colectivo de pioneros, en este fragmento:

"Con gran alegría recibí numerosas cartas de pioneros que estudian en esa escuela. Muchas gracias por esas cartas tan lindas, que me causaron una gran emoción al comprobar el cariño que sienten los niños cubanos por nosotros cinco que estamos presos en las cárceles del imperio más poderoso que haya existido jamás.
Pero lo más importante de esas cartas, además de la solidaridad que en ellas expresan, es ver la educación que están recibiendo, el amor que sienten por nuestra bella Isla, su historia llena de patriotismo y las tradiciones de lucha por la independencia y la dignidad humana.
Sus cartas las recibo emocionado y me estimulan a esforzarme más en esta lucha en la que todos juntos batallamos por la justicia y la verdad.
Les agradezco de todo corazón sus palabras y su cariño, así como todo lo que hacen en la lucha por nuestra liberación".^[2]

En las respuestas individuales Fernando también expresa su alegría y agradecimiento como ésta dirigida al pionero Darío, escrita el 14 de marzo del 2003:

"Estimado Darío:
Tu carta se demoró bastante en llegarme. No fue hasta el 3 de marzo que la recibí, casi dos meses después que la escribiste; pero eso sólo ayudó a sentir mucha más alegría cuando llegó a mis manos y la leí. Gracias por tus palabras tan bonitas, por tu amor a Cuba y a Martí, y por tu confianza en la victoria.
Muchas gracias también por tu poema 'Inocencia' la pura necedad a la que haces referencia en él se avalancha una vez más sobre nosotros llena de odio y tan injusta como siempre. Nosotros seguiremos la senda del amor que nos enseñara Martí y continuaremos amando cada vez más a Cuba, a nuestro pueblo, especialmente a ustedes los niños, y a nuestra Revolución.
Como tú, estamos convencidos de que la verdad y la justicia se impondrán. Regresaremos a la patria que amamos agradecidos de todo lo que hacen por nosotros.
Aprovecho para enviar a través de ti mi saludo a todos los pioneros y maestros de tu escuela secundaria básica 7 de noviembre.
Saludos también a tu mamá Paula, a quien le agradezco los libros que me ha conseguido.
Estudia mucho para que sirvas mejor a Cuba en el futuro.
Muchas gracias, una vez más, por tu hermosa carta y tu poema.
Con esta carta te envío un abrazo, mi cariño y la seguridad de que la verdad y la justicia se impondrán, y nos veremos en nuestra querida patria.
Fernando".^[3]

También respondió una carta a su sobrinito Ale, en la cual le habla de perrito Tom y de las manchas que le han salido al animalito. Le habla de su esposa, que ha ido a verlo, y de la alegría que experimentó. Como en todas o casi todas las cartas de los Héroes, hay recomendaciones, y consejos de padre.

En los datos biográficos que sobre Fernando aparecen en el libro, se dice que le gustaba jugar pelota, era incansable. Le gustaba estudiar, nadar, realizar caminatas. Siempre acompañaba a su mamá al trabajo voluntario. Lo recuerdan de carácter alegre, jugaba, y hacía reír a los demás con las bromas. En los juegos de pelota parecía el director del equipo. Y no dejaba pasar las malas jugadas, era un discutidor apasionado.

Notas

1. Ob. Cit. p. 192.
2. Ob. Cit. p. 192.
3. Ob. Cit. p. 160-161.