Cuba

Una identità in movimento

Páginas en Tiempo de Honor. Se que algún día nos veremos en nuestra tierra (III)

Adys M. Cupull Reyes



"Si yo estuviera donde tú me pudieras ver,
o donde ya fuera imposible la vuelta,
sería orgullo grande el mío,
y alegría grande,
si te viera desde allí sentada,
con tu cabecita de luz...".
(José Martí)[1]


Seguiremos pasando las páginas del libro "Cartas de ida y vuelta" de la Editora Abril. Con las cartas de los cinco Héroes cubanos que fueron abiertas por Rafaela Valerino, para que pudiéramos leerlas, ahora y siempre. Ellas son como los corazones de Antonio, Fernando Gerardo, René y Ramón. Y ellos son poetas, inspirados en su propia vida, porque la poesía está en lo que ha experimentado cada uno, en sus certeras y tiernas palabras, en sus dibujos, en el amor que desbordan. Todo en los cinco Héroes es poesía.

Las imágenes y dibujos de Gerardo Hernández Nordelo, pintados sin recursos y con talento, nos expresan el sentimiento del artista que lleva dentro. Se narra en el libro citado, que nació en La Habana en 1961, que siempre le gustó correr, nadar, empinar papalotes y, sobre todo, dibujar muñequitos. Se divertía jugando a la pelota con sus amigos del reparto Capri. Leía mucho, disfrutaba de los libros. Tenía buen apetito, saboreaba los dulces caseros y la ensalada fría. Gerardo tenía formas especiales para conducirse y relacionarse; coleccionaba sellos y gustaba de regalar flores. Tenía una perrita llamada "Bambina" que adoraba, y la familia, para él, era de lo más importante en su vida; sigue siendo importante. La propia prisa ante el deber no le dio tiempo a concebir el hijo añorado. La negativa injusta del gobierno y el malvado sistema carcelario no permiten que su esposa Adriana lo visite, aunque sea para verlo desde lejos, llegar y acercarse unos metros a la prisión. Todo es imposible, le han negado la entrada a los Estados Unidos de Norteamérica.

El 3 de febrero del 2001, Gerardo escribió una original carta que tituló "Carta a mis hijos que están por nacer". En ella dice:

"Queridos hijos:
Cuando lean estas líneas habrán pasado algunos años desde que fueron escritas. Ojala no sean muchos. En esta fecha ustedes aún no han nacido, y hasta su mamá tiene dudas de si algún día nacerán.
Todo se debe a que estoy viviendo momentos difíciles en mi vida, lejos de mi país y mi familia, de los que, sin embargo, estoy muy orgulloso y espero que algún día ustedes también lo estén.
Este es un dibujo que he hecho ya para muchos niños: hijos, sobrinos, hermanitos y otros familiares de personas que están hoy aquí conmigo.
Personas que les agregaron sus palabras y su amor y los enviaron a los seres queridos de quienes también se encuentran separados. Por esas razones fue que quise conservarlo para que un día, después que ustedes lleguen a este mundo y aprendan a leer, sepan por qué su papá no es tan joven como muchos de los padres de sus amiguitos, y conozcan de los años que Papi y Mami tuvieron que vivir separados a pesar de quererse mucho. Años de los que tal vez un día les pueda contar más.
Los quiere mucho.
Papá".[2]

Le hizo a la carta un admirable diseño y un dibujo que presenta una cigüeña con un sombrero de copa como los que usan los magos.

El 17 de septiembre del 2001, le respondió a la pionera Ahymed, a quien llama "Amiga". Ella le había escrito también a René, Tony, Fernando y Ramón. En la carta Gerardo le dice:

"Amiga Ahymed:
Tu carta me alegró mucho, y aunque no los he podido ver recientemente, sé que mis cuatro compañeros se habrán puesto muy contentos también al leer tus palabras tan bonitas.
Sin dudas debe haber sido muy difícil para ti haber tenido que separarte de tus amiguitos, maestros, vecinos y familiares y adaptarte a un nuevo medio, pero las primeras semanas son siempre las más duras, después conocerás a otros amiguitos y maestros que como tú han debido separarse de muchos seres queridos y, entre todos se ayudarán a aliviar la tristeza de estar lejos de la patria.
Para ti debe ser un honor el haber tenido la oportunidad de acompañar a tu papá y a tu mamá mientras ellos defienden nuestra Revolución desde una trinchera tan importante. Sé que vas a estudiar y a aprender mucho en este tiempo y que el día que regreses a nuestra Cuba querida no solo papi y mami se sentirán orgullosos de ti, sino también todos los familiares y amiguitos que te esperan y que hoy seguro te extrañan mucho.
Mis hermanos y yo estamos bien, más leales que nunca a nuestro pueblo y a Fidel, y dispuestos a continuar esta lucha hasta la victoria final. Sé que algún día nos veremos en nuestra tierra".[3]

Y siempre el consejo que los padres dan a sus hijos. Para Gerardo en Ahymed, al igual que en todos los pioneros cubanos estaba presente la hija que aún no había podido tener, y después de pedirle que trasmita un saludo a sus padres, a los pioneros y demás compañeros, le aconseja que continúe preparándose con tesón para el día de mañana poder ayudar a la Revolución como lo hacen hoy los mayores.

"Cuídate, pórtate bien y estudia mucho.
Recibe un fuerte abrazo y un beso de tu amigo,
Gerardo Hernández Nordelo".[4]





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Fuente: CUBARTE



18 de Mayo, 2005




Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(18 de mayo de 2005)


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