La relación entre estas variables había quedado fijada por la propia administración Clinton, cuando reconoció que la política hacia Cuba estaría muy ajustada al desenvolvimiento interno de la Isla.
Tal situación comenzó a hacerse evidente a partir de finales de los años ochenta y después tomo aún más fuerza, pues la administración Clinton observaba atentamente la situación interna de Cuba, como un asunto sustancialmente importante a tomar en consideración en su política hacia la Isla. No es posible soslayar, que fue Cuba, con sus dificultades, dentro de la segunda mitad de los años ochenta, fue quien dio la clave a tales fundamentos de la política.
Esta correlación entre situación interna en Cuba y política norteamericana, para el caso de Clinton, se observaba claramente, cuando sabemos que siempre declaró que su ley de política para Cuba seria la Torricelli, la cual consideramos como el resultado de un intento de ajuste de la política norteamericana, al escenario en que entonces se desenvolvía el conflicto.
Apreciamos, que desde la posición incómoda, con relación a las limitaciones que le impuso la Helms-Burton, como ley mas bien del Congreso y de la extrema derecha en particular, William Clinton había trabajado por tratar de tomar el liderazgo presidencial de la política hacia Cuba. Variante de política que considero, no estaría asentada en una aplicación de la Helms-Burton como tal, sino en un manejo del bloqueo, (de manera menos ortodoxa que lo propugnado por esa ley), y como instrumento de presión, que le permitiera mayores facilidades para maniobrar con los ya clásicos instrumentos de la política norteamericana: el garrote y la zanahoria.
En tal dirección hizo, el presidente Clinton, el anuncio de medidas del 5 de enero de 1999.[32]
Aprovechando el cierto estancamiento con la Helms-Burton, tales medidas anunciadas, pretendían manejar las remesas para entregar dinero a la denominada disidencia interna, ampliar el espacio de la propiedad privada en Cuba, y en general, ofrecer facilidades para trabajar sobre la sociedad civil cubana. Al mismo tiempo, el Presidente, aprovecho la ocasión para desaprobar la denominada Comisión Bipartidista para la Revisión de la Política hacia Cuba.[33]
En realidad, nada novedoso había en las nuevas medidas anunciadas por la administración, salvo que el presidente, al parecer, sintiéndose cómodo con la situación de entonces, difirió las actividades de una Comisión, que al estar integrada por 14 republicanos (de los 24 que la promovieron), le hubiera representado la perdida de una iniciativa, que de ser adoptada, seguramente Clinton deseaba reservarla para si.[34]
Lo que sí perseguía el Presidente, era crear la imagen de que se estaba produciendo una flexibilización de la política de bloqueo, para así aliviarse de las presiones que la administración recibía de sus aliados y otros actores internacionales e internos, al mismo tiempo que se trataba de presentar a Cuba como la inflexible. Mientras que se aprovechaban las medidas anunciadas para hacer avanzar los mecanismos del llamado Carril II.
Pero el ambiente interno en Estados Unidos se tornaba un poco más complejo, ante otro acontecimiento que ya tenia presencia en el debate de la política hacia Cuba.
Nos referimos a la posibilidad de que se conformase un "lobby" antibloqueo, lo cual estaba íntimamente vinculado al interés que la economía cubana estaba despertando en un número no poco importante de empresarios norteamericanos, y a la realidad de que el bloqueo había comenzado fuertemente a ser visto como un obstáculo casi infranqueable, para aquellos hombres de negocios, que dentro de Estados Unidos deseaban establecer relaciones económicas con Cuba.
De tomar fuerza el lobby, tendría hacia el futuro un impacto significativo, sobre todo dentro del Congreso, donde se podría agudizar el debate ya existente en la dirección de un levantamiento, al menos parcial del bloqueo. Como realmente después vino ocurriendo.
Al final de la administración Clinton, consideramos, pudo observarse una conexión importante entre este fenómeno más arriba mencionado y el surgimiento de la idea de una comisión bipartidista. Lo cual fue indicativo de que los hombres de negocios interesados en Cuba, estaban buscando quienes representasen sus intereses dentro de la política hacia la Isla.
Si bien la iniciativa sobre la Comisión, de manera inmediata no había encontrado aprobación, de todos modos pensamos que la misma estaba en total sintonía con las necesidades del debate provocado por la política hacia Cuba y tal vez en algún momento habra que volver a bregar con esa comisión.
No puede haber dudas de que la actitud de Clinton, en la política hacia Cuba fue la otra variable (aunque coyuntural), en extremo compleja, a que la Isla se enfrentaba, dado que el Presidente estaba haciendo un manejo de la política con los aliados, en la que entonces se desarrollaban tres frentes fundamentales, todos con métodos peculiares, pero con el mismo objetivo: llevar a Cuba hacia la llamada "transición pacifica a la democracia". William Clinton, si formulo claramente esta transición, en el sentido de que la misma seria pacifica. Estos tres frentes de política a nuestro entender eran los siguientes:
- Canadá, que con su política de "diálogo constructivo" y su continua ampliación de las relaciones económicas, había asumido entonces el liderazgo hemisférico de los acercamientos con Cuba.
- La Unión Europea, que con su "posición común hacia Cuba", había tendido a estancarse en una actitud de la que sólo su última iniciativa de aceptación de la presencia de cubana como observador en la negociación del futuro convenio Lomé, podía contribuir a dinamizarla.
Dentro de ella, la posición particular de España, que al parecer se había propuesto recuperar el terreno perdido, después de los errores cometidos por el Presidente Aznar, entonces apremiado por los avances de Canadá, que sin dudas le había arrebatado el liderazgo de la política de acercamientos a Cuba.
- Finalmente Estados Unidos, que trataba de articular un frente caracterizado por el mantenimiento del bloqueo, como instrumento para obligar a Cuba a aceptar la "transición a la democracia", entonces reforzada por un acuerdo con la Unión Europea, que de ser aprobado, terminaría la polémica con los aliados y dotaría a Clinton de un instrumento, que en esencia, era el Capítulo III de la Helms-Burton. Aunque protegido por el consenso con los aliados y apoyado también por las presiones que se ejercerían desde los mecanismos políticos hemisféricos latinoamericanos. [35]
Por supuesto, el mundo era mucho más amplio que los actores presentes en los frentes diseñados por Estados Unidos. Cuba continuaba despertando crecientemente un interés que le permitía aprovechar otros espacios y escapar a la posible "jaula de oro" que se le preparaba entonces.
Todo este complejo andamiaje, preparado durante la administración Clinton para subvertir a Cuba, a partir de enero del 2001 no tenia nada que ver con la poco sofisticada política exterior de la administración Bush que vino después. Pues desde que tomo la presidencia, este no mostró ningún interés por el intercambio, ni por los acercamientos. Como si fuera poco, comenzó a poner en posiciones claves de la política hacia Cuba a individuos como Otto Reich y con posterioridad a los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, desato su estrategia de la llamada guerra antiterrorista, dentro de la cual Cuba comenzó a ser consideraba como un simple "rincón oscuro mas", susceptible de ser invadido en cualquier momento.
Hoy la variable "Factor Administración", encierra peligros inimaginables para Cuba, amenazada como nunca antes por una política norteamericana, que se ha propuesto y actúa sistemáticamente, tanto internamente en Cuba, como a nivel internacional, en direcciones, de las que puede esperarse cualquier resultado.
Algunas consideraciones finales
De acuerdo con lo analizado en este trabajo, podemos considerar que, aunque la esencia del conflicto permanece y el objetivo esencial de la política de Estados Unidos hacia Cuba no ha variado, sin embargo, el modelo de análisis develan asuntos muy importantes a tomar en consideración hacia el futuro, para entender en que marcos se han producido cambios de la política de Estados Unidos hacia Cuba. Entre ellos es posible considerar:
- Dentro del entorno del periodo 1992-2004, se han producido cambios en la dinámica y el contexto de la política hacia Cuba, lo suficientemente significativos como para poder hablar de una etapa nueva dentro del conflicto entre ambos países, mas allá de las coyunturas actuales. Cambios que están cualificados por el creciente papel que otras fuerzas, sobre todo internas, han comenzado a tener en el debate de la política hacia Cuba. El cierto debilitamiento de los grupos que han tendido a enrarecer la política hacia la Isla durante mas de 40 años.
El solo hecho de que se pueda hablar de la existencia de un debate de la política hacia Cuba en Estados Unidos, especialmente dentro del Congreso, ya marca pautas diferentes a las que habían caracterizado el conflicto por mas de cuatro décadas. El papel del congreso ha cambiado significativamente, deviniendo este en lo que prácticamente nunca había sido: una instancia de debate, en la cual también se adoptan medidas que están hechas directamente para favorecer a Cuba.
- Aunque el objetivo de la política norteamericana continúa siendo el mismo, destruir a la revolución cubana, este objetivo recibe una cualificación inmediata, en correspondencia con la etapa actual en que se encuentra el conflicto, que diríamos es: arrebatar de manos del liderazgo político de la revolución, la conducción de los cambios y ajustes que Cuba esta haciendo, para adaptarse a las nuevas condiciones en que tiene que sacar adelante su proyecto socialista. Este ultimo es el significado de largo plazo de la política; aunque en el corto plazo se trate de adoptar medidas que buscan acelerar el proceso de derrumbe de la revolución cubana.
- De manera sustancial, Cuba ha pasado a tener un papel más activo en un posible cambio de la política norteamericana hacia la Isla. Lo asumió a partir del conflicto migratorio de 1994, seguido por la recuperación económica, iniciado en 1995, y aun lo mantiene.
- Los factores internacionales han pasado a jugar un papel más importante, como resultado del nivel de internacionalización alcanzado por el conflicto entre ambos países, a instancias de la propia intención de EE.UU. de profundizar en su política de bloqueo contra la Isla. El bloqueo es cada vez más impopular internacionalmente.
- En la realidad interna norteamericana, se van acumulando, como nunca antes, tendencias, a favor de un potencial cambio de la política hacia Cuba, situación esta que no depende de las coyunturas dentro de una administración determinada. Aunque dentro de la actual (2001-2004) se ha tendido a revertir tales tendencias, sin embargo, ello `presenta sus limitante y se logra totalmente.
Resultado del análisis realizado, también es evidente que el conflicto Cuba-Estados Unidos, atraviesa por una coyuntura de duración impredecible, acotada por varios acontecimientos, que se encuentran en pleno proceso de desarrollo. Entre ellos, a nuestro juicio, como los más importantes:
- El denominado "período especial" en Cuba, de duración aun impredecible. Coyunturalmente agravado, hacia mediados del 2005.
- Los cambios paulatinos, recientemente acelerados, de actitud hacia Cuba, dentro de Estados Unidos.
- Los cambios internacionales, que vienen produciendo un escenario creciente de enfrentamiento a la política de bloqueo de Estados Unidos y no sólo en el orden simbólico.
- Los procesos que tienen que ver con la reconstrucción de la hegemonía de Estados Unidos, y que apuntan hacia la unipolaridad del poderío norteamericano a nivel internacional, los cuales sirven también para agudizar la agresividad contra Cuba. Aunque con limites evidentes, como son: los mandos militares y de seguridad norteamericanos, no parecen estar interesado en una confrontación con Cuba; Estados Unidos tiene otras prioridades de atención insoslayable; la opinión publica de Estados Unidos no parece estar preparada aun para una agresión a Cuba; parece existir internamente en los Estados Unidos una apreciación menos desfavorable de la capacidad de Cuba para responder a una agresión; muchos sectores dentro de la sociedad norteamericana expresan intereses de buena relación con Cuba; la reacción internacional, sobre todo latinoamericana, no parece favorecer acciones de extrema agresividad contra Cuba; la guerra en Irak y Afganistán no parecen favorecer oportunidades de entrara en otros conflictos; el prestigio internacional e interno del presidente Bush parecen estar sufriendo un creciente deterioro.
Se trata de acontecimientos que perjudican o favorecen la capacidad de Cuba para mantener una posición en el enfrentamiento, que le permita resistir, en función de la espera activa de un cambio de la política norteamericana. Situaciones éstas que obligan a Cuba a un continuo proceso de superación de sus dificultades internas, único modo de sustentar a las fuerzas políticas que tanto en Estados Unidos como en otras partes del mundo abogan por un cambio de política hacia la Isla
Como hemos ya esbozado al principio de este trabajo, también, se encuentra en proceso de articulación una variable, que puede tener un impacto determinante dentro de la política de Estados Unidos hacia Cuba en el futuro inmediato. Esta, si bien no constituye aun como tal una variable definitivamente estructurada, ya los contenidos que la conformarían se expresan y comienzan a tomar espacio propio dentro del creciente debate actual de la política hacia Cuba.
Se trata del sector de negocios, formado por un heterogéneo grupo de empresarios, compañías e instituciones, grandes, medianas y pequeñas. De ellas muy importante, la Cámara de Comercio de Estados Unidos, granjeros y agricultores, a quienes los cohesiona el interés por hacer negocios con Cuba. Habiéndose logrado ya, que a pesar de las limitaciones impuestas, Cuba este comprando sistemáticamente en los Estados Unidos.
Si esos sectores de negocios en los Estados Unidos, llegaran a la articulación de un lobby fuerte, para defender políticamente sus intereses de negociar con Cuba, tal acontecimiento podría tener un impacto demoledor sobre el bloqueo. Sobre todo, si tomamos en consideración que ello vendría a reforzar la actitud antibloqueo que ya existe dentro del Congreso de Estados Unidos y lo que todo esto representaría como factor de cohesión con los sectores de negocios que en el mundo presentan los mismos reclamos y que incluso, ya están en Cuba, participando activamente en el proceso de recuperación económica de la Isla.[36]
No podemos olvidar tampoco, que precisamente esa realidad, de que otros sectores de capital y hombres de negocios ya están en Cuba, mientras que los asentados en Estados Unidos se encuentran aun "atrapados" en las redes del bloqueo, representa un acicate importante para incrementar las preocupaciones de aquellos que no desean quedarse al margen del crecimiento de los vínculos económicos con Cuba.
Se trata de que ya existen hombres de negocios en Estados Unidos que están convencidos de que las "secretas intenciones" de preservar a Cuba sólo para el capital norteamericano, no funcionan, comenzándose así a erosionar el consenso ideológico con la política de bloqueo.
Mientras más pasa el tiempo, sin que la política de bloqueo logre sus propósitos, más crece en los Estados Unidos el grupo de los empresarios convencidos de que la "hora de salir para Cuba" ha llegado, y que si no lo hacen se quedarán al margen. Produciéndose la inaceptable paradoja, para el "espíritu emprendedor" norteamericano, de perder el espacio dentro de una economía, en la que siempre se movieron con la más entera libertad.[37]
Entonces, tan válidas son las consideraciones respecto a la importancia que adoptan los instrumentos ideológicos para subvertir a la Revolución Cubana y los peligros de invasión militar como la prioridad que tiene el enfrentamiento económico con el bloqueo.
Los espacios, en este mundo complejo, convulso y peligroso, pero también lleno de oportunidades, existen. Pero Cuba tendrá que responder a ellos siempre sobre la base de una economía que continúe recuperándose, un proceso de reinserción económica internacional creciente y bajo control, junto a un liderazgo de los cambios internos, que sea capaz de asimilar los impactos negativos sobre la sociedad civil cubana y mantener la estabilidad del régimen político socialista.
Parte I — Parte II — Parte III — Parte IV
Notas de referencia
[30] Ver: "Clinton y Europa pactan sobre la ley Helms", Nuevo Herald, USA, 19 de mayo de 1998.
[31] Ver: "Clinton Anuncia Nuevas medidas para Ayudar al Pueblo Cubano". Oficina del Secretario de Prensa. USIA, Washington DC, USA, 5 de enero de 1999.
[32] Ver: USIA, "Clinton anuncia nuevas medidas para ayudar al pueblo cubano", La Casa Blanca, Oficina del Secretario de Prensa, Washington DC, USA, enero 5 de 1999. p. 1
[33] Ver: Rules and Regulations, Department of Treasury, Ofice of Foreign Assets Control , 31 CFR Part 515, Washington DC, USA.
[34] Para ampliar sobre estas apreciaciones respecto a las medidas del 5 de enero de 1999, ver: Ricardo Alarcon, "Intervención", Periódico Trabajadores, 11 de enero de 1999, La Habana, Cuba, pp. 5-11.
[35] Ver: "Clinton y Europa Pactan sobre la Ley Helms", Nuevo Herald, USA, 19 de mayo de 1998.
[36] Es necesario tomar en consideración, los cambios que se deberán producir en la composición del Congreso norteamericano en las elecciones del 2004, los que sin dudas repercutirán en una disminución o aceleración de las actitudes antibloqueo que han estado presentes dentro de este órgano legislativo en los últimos periodos (106, 107 y 108) (Nota del Autor).
[37] Ello no significa que no sean ciertas las limitaciones de confianza en los negocios con Cuba, de lo cual ya hemos hablado en este trabajo. Ver pag. 5 y 6 de este articulo: "El Lobby Económico".
Parte I — Parte II — Parte III — Parte IV
Dr. Esteban Miguel Morales Domínguez
Universidad de La Habana
Miembro de la Academia de Ciencias de Cuba
Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(10 de agosto de 2005)