Carlo:
Una vez más te escribo sobre acontecimientos notables ocurridos en mi país. Quizás consideres que vale la pena guardar esta carta en Archivo Cubano, y así, quede registrada la opinión de una cubana con criterio propio y una modesta trayectoria de vida dedicada casi por entero a la etapa de la Revolución Cubana en el poder.
El anuncio hecho por nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, acerca de su no aspiración, ni aceptación del cargo de Presidente del Consejo de Estado y Comandante en Jefe, en el proceso electoral que debe culminar el próximo domingo 24 de febrero, pero no de la vida política cubana (Mensaje publicado en Granma, martes 19 de febrero), no fue algo sorprendente para mí.
Acabo de releer una carta que te envié el 30 de octubre de 2006, la cual fue publicada por Archivo Cubano, y otro trabajo que hice para el Portal de la Cultura Cubana el 03 de agosto de 2006, y que también obtuvo el honor de ser reproducido en tu sitio Web [véase: "Una prueba importante" en Especial Fidel (1)]; en ambos casos reiteraba la política de principios que subyace en la actitud, los análisis, en las palabras de Fidel, es: "(...) la significación decisiva de las funciones desempeñadas por dos fuerzas principalmente involucradas en el proceso histórico de la construcción del socialismo: el Partido Comunista de Cuba y el Pueblo cubano".
He ahí el origen de su proceder consecuente, estable, amén de su lucidez, su sabiduría acumulada y eficaz, de su capacidad suficiente para llevar adelante una acción estratégica en el momento histórico preciso, ni un minuto antes, ni después.
Este proceso electoral del 2008, en el que votaron por los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular más de siete millones de electores (7 839 358 boletas válidas en las urnas, cifra que equivale a un 95,24% del total de electores inscrito en el Registro actualizado), ha mostrado ante la faz del mundo la madurez del Pueblo cubano, integrado ahora por nuevas generaciones, por jóvenes que se suman a otros actores históricos y reconocen la objetividad de nuestra política socialista para crear los cimientos de un estado nación en verdad libre (oficialmente inaugurado en 1902; pero fue una neocolonia yanqui, hasta 1958), que de modo independiente y soberano ejerce sus derechos y deberes ¡valientemente!
Y este último rasgo no lo puedo olvidar, ni dejar de señalar, a pesar de que puedas juzgarme inmodesta; porque conocemos a cabalidad todos los riesgos mortales que entraña para los cubanos y cubanas, el disfrute de tales "privilegios" colectivos. ¡Es imprescindible recordar que estamos bloqueados comercialmente y amenazados por la potencia militar más agresiva y deshumanizada de la Historia! ¡Esto no es cuento!
Sin embargo, reitero lo que escribí en mi carta del 2006: "(...) percibimos en él (Fidel) la misma voluntad de lucha de siempre. Ese es para mí, (...) su mejor y más grande legado histórico".
Fidel: "¡Nunca será vencido! Precisamente por la justicia de su lucha, por su perseverancia, por la luz verde de la esperanza que irradian sus ideas y proyectos; por su profunda y dolida humanidad — que fuera retratada magistralmente en una tela de Guayasamín, su gran amigo y pintor ecuatoriano.
Los cubanos y cubanas estamos muy tranquilos y seguros.
Cuba es el lugar más tranquilo del mundo. Todos sabemos qué hacer, y lo hacemos sencillamente.
Fidel vivirá en nosotros para siempre porque en nuestros corazones sembró sentimientos imborrables: amor hacia la humanidad toda" — es el internacionalismo proletario que practicamos con los pueblos del mundo que lo necesiten, sin excepción de razas, religiones, culturas; ni siquiera del sistema capitalista en que pueden estar inmersos — "lo cual demuestra hasta dónde es profundo su conocimiento y comprensión de las cualidades y limitaciones" impuestas a las sociedades por los factores humanos que mueven la Historia.
"También nos ha inculcado el amor a la defensa de la libertad y soberanía y dignidad de nuestro pequeño país, para cortarle el paso a cualquier enemigo, así sea el más poderoso del Universo".
Temo ser terriblemente reiterativa en estos momentos, dos años después de enviarte aquellas líneas.
La reiteración, en sí misma trae aparejado un importante significado histórico. A mi mente acuden los mismos juicios, verificados ya en la praxis diaria, en el tiempo transcurrido. Solamente he modificado en las citas algunos signos de puntuación y he añadido ciertas palabras que destaco fuera de las comillas ("").
Un abrazo fraternal de
Lohania Aruca Alonso.
Página enviada por Lohania Aruca Alonso
(20 de febrero del 2008)