Un protocolo de investigación sobre proteómica en cáncer de mama que se acaba de firmar entre el Centro de Medicina Molecular Max Delbraeck, de Berlín, y el de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIG), de La Habana, evidencia que Cuba no está ajena a la investigación de estos fenómenos biológicos.
La proteómica es el estudio de las proteínas y su relación con las condiciones del organismo humano, pues estas cambian de un tejido a otro e intervienen en muchos procesos biológicos importantes.
Al protocolo conseguido se suman varios proyectos sobre el tema con la Facultad de Biología de la Universidad de La Habana, el Instituto Finlay, el Centro de Inmunología Molecular (CIM) y el Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNIC), específicamente en microorganismos con aplicaciones en cáncer e investigación de marcadores moleculares.
El estudio de la proteómica brinda la posibilidad de aplicar la terapia génica, a fin de potenciar una medicina personalizada. Para su puesta en práctica es necesario conocer en detalle los mecanismos internos de los genes, pues de lo contrario puede implicar grandes riesgos para la salud.
Hasta el momento, los medicamentos existentes están dirigidos a 430 blancos y solo a cuatro genes, de ahí que una terapia génica, bien dirigida, permita suministrar material genético al enfermo para resolver males hereditarios, de inmunodeficiencias o algunos tipos de cáncer.
La primera inserción de un gen en paciente neoplásico se realizó en Estados Unidos, en 1989. Hoy existen más de 500 protocolos y más de tres mil pacientes en el mundo han recibido los beneficios de esta terapia, aunque algunos se han complicado o fallecido por no dirigirla correctamente hacia un tejido específico.
Sin embargo, los científicos continúan el estudio y perfeccionamiento de este procedimiento, pues promete amplias perspectivas en el tratamiento de las inmunodeficiencias y procesos virales e infecciosos, en un momento en que se acaba de descifrar el 99,99 por ciento del genoma humano.
Uno de los dos estudios efectuados por el Instituto del Genoma Humano, de Estados Unidos, en que participaron 244 autores principales y 48 instituciones de seis países, demostró que el ser humano posee 35 mil genes, y ratificó que el genoma cuenta con tres mil millones de base de datos.
Para sorpresa de muchos, se dio a conocer que entre dos personas hay 99,99 por ciento de homología genética, y entre los genes secuenciados del chimpancé y del Homo sapiens, un 98 por ciento.
Según investigadores, los genes son responsables del llamado polimorfismo genético, es decir, lo que nos hace diferente aún siendo de la misma especie. Tienen una marca genética y contienen la información necesaria para sintetizar las proteínas, de ahí que se asocien las marcas con enfermedades, y se pueda seguir su transmisión a la descendencia a través del mapa genético.
El gen actualmente secuenciado, seleccionado de 21 donantes potenciales, procede de cinco individuos, entre ellos un afronortemaricano, un asiático y un caucasiano, información que quedó borrada automáticamente por un problema ético.
Los estudios continúan exigiendo una tecnología de avanzada en el campo de la Física y la Bioinformática, la que no fue suficientemente apta para descifrar el 1 por ciento que sigue siendo un enigma para la ciencia.