Cuba

Una identità in movimento

Importando artistas

María Argelia Vizcaíno



"¿Importamos más de lo que exportamos?
Es difícil contestar"
(Dr. Cristóbal Díaz Ayala, Música Cubana: Del Areyto a la Nueva Trova)




Leí del acucioso investigador Dr. Cristóbal Díaz Ayala en su fenomenal libro Música Cubana: Del Areyto a la Nueva Trova en la Parte VII dedicada a los "fabulosos" años cincuenta que

"... quizás sería más fácil hacer una lista de quien no actúa en Cuba en esta década".

Es que a nuestro país fueron a trabajar lo mejor del mundo del espectáculo, por lo que nuestra población no tenía que viajar al extranjero para poder apreciar a su artista foráneo de moda. Lo mismo actuaban en vivo en cabaret, clubes nocturnos, teatros, que por radio y televisión.

Pero no sólo en la década de 1950 que fue culturalmente favorable para Cuba por el crecimiento notable de la economía que motivó más apertura de lugares donde ir a divertirse y el apoyo indudable que brindó las transmisiones de TV, porque ya desde mucho antes nuestro país se distinguió por contar con un público ameno y festivo que participaba en casi todos los eventos artísticos. A Cuba, y muy especial a La Habana, llegaba lo mejor del mundo artístico y literario, en una temporada era como un trampolín, después se presentaban en el resto de la isla y Latinoamérica.

Tan remoto como un 12 de marzo de 1840 (como anota la Dra. Elena Pérez Sanjurjo en su ilustrado libro Historia de la música cubana) debutó con mucho éxito con el Ballet La Sílfide la legendaria bailarina austriaca Fanny Elssler. También actuó en 1915 Anna Pávlova, la más célebre bailarina rusa nacida en San Petersburgo en 1881, junto a su compañero de baile Alexander Volinine, tres años más tarde regresaron y uno de sus miembros, Ina Claire se quedó en Cuba el resto de su vida con el nombre de Fernán Flor, como instructor de ballet; e Isadora Duncan, la bailarina norteamericana que nos llegó en 1917, deslumbrando con su figura y su arte. Otro gran bailarín ruso, Nicolás Yavorsky, fue contratado en la década de 1930 por la Sociedad Pro-Arte Musical para que dirigiera la Escuela de Ballet en el Teatro Auditorium.

Entre 1915 y 1925, nos dice José Pardo Llada en su Diccionario de Nostalgias Cubanas, que en el Gran Teatro Nacional del "suntuoso Centro Gallego", se brindaba una temporada de ópera con el elenco del Metropolitan Opera House, de New York. Así actuó el barítono italiano Titta Ruffo (1877-1953) que fue quien lo inauguró el 22 de abril de 1915; el tenor italiano Enrico Caruso, el 12 de marzo de 1920, que según el Pequeño Larousse era "famoso por la belleza de su timbre y la sensualidad de su voz" interpretando la ópera "Marta" de Von Flotow, y "Aida" de Giuseppe Verdi. En tan elegante sitio se presentaron además: Amelia Galli-Cursi; Greta Menzel; el tenor Paco Meana; Tito Schipa; Rosina Storchio; el legendario cantante ruso Fedor Ivano Ivich Shaliapin o Fyodor Chaliapin; la soprano Renata Tebaldi que a los 24 años impresionó al maestro Arturo Toscanini con su primera audición; y los tenores españoles Miguel Fleta e Hipólito Lázaro, de este último escribió Pardo Llada, tenía una voz ricamente timbrada de metal y temple únicos

"... que llenaban hasta los últimos rincones de los teatros".

En uno de los tomos de Vida y Milagros de la Farándula en Cuba, Rosendo Rosell nos dice que en la década de 1920 estuvo en La Habana un italianito precoz de 9 años llamado Ferrucio Burco que asombró al mundo dirigiendo grandes orquestas. Pero también vinieron desde el Mediterráneo: Tina di Mola; Ernesto Bobino; Katyna Ranieri; Nilla Pizzi; Jula de Palma y Renato Carosone.

De Francia nos llegaron el cantante y actor Maurice Chevalier; la compañía El Lido de París; la compañía de bailes que dirigían los profesores Lehmann y Marzatti; Genevieve; Jackeline Francois; Denise Darcel; Roland Gerbeaux que se quedó en Cuba varios años; las impactantes Follies Bergere, con esa primera figura que fue la afroamericana, natural de St. Louis, Missouri, Josephine Baker que bautizaron "María Platanitos" por el vestuario alegórico a la fruta tropical.

También "La Musa de la canción francesa", la inmensa Edith Piaf y la soprano francesa nacionalizada en USA, Lily Pons. Es que en Cuba se presentaban obras líricas inmortalizadas en el cine de Hollywood y el Metropolitan Opera House. Hasta de Japón vino la bailarina exótica Naja Karamuro que recuerda Rosell que se presentó en 1956 en el Cabaret La Campana de la calle Infanta bailando con sus catorce serpientes

"... guapísima mujer que aprendió a bailar según ella afirmaba en las selvas de Brasil, en el mismísimo mattogrosso, para asombrar al mundo con sus temibles ofidios".

Del continente americano, siguiendo un orden alfabético como lleva el Dr. Díaz Ayala en su leído libro, tuvimos de Argentina desde el furor del tango a Mercedes Simone; a Carlos Spaventa que actuó con Gardel en las películas "Cuesta Abajo" y en "El Tango en Broadway"; el Trío Irusta, Fugazot y Demare; Hugo del Carril; Libertad Lamarque; Amanda Ledesma (1943); Tita Merello tan famosa por sus películas como por su tango "Cambalache" y la milonga "La Morocha"; Roberto Quiroga; Alberto Gómez; Daniel Riolobo; Charlo; el actor Miguel Ligero; el enorme cómico Luis Sandrini con su compañía; los boleristas Leo Marini y Carlos Argentino; el conjunto de voces Los Cinco Latinos; el joven Luis Aguilé que tanto nos quiso que hasta una canción nos dedicó titulándola "Cuando salí de Cuba"; y los comediantes Dick y Pepe Biondi con sus varietés circenses, por cierto este último en 1953 fue secuestrado por una noche por los conspiradores antibatistianos, para en señal de protesta no saliera por TV como se había anunciado. Otro argentino fue el corredor de autos Juan Manuel Fangio, que para narrar su carrera viajó su coterráneo el locutor Manolo Sojit, que se quedó a vivir con nosotros.

Todos ellos, y los que menciono a continuación, sin desplazar al artista local, con una competencia limpia y sobre todo, muy profesional. Es como relata el que fuera muy conocido periodista cubano Enrique C. Betancourt en su interesante libro Apuntes para la historia que aunque coincidían "en nuestro acogedor terruño", la presencia de uno no opacaba al otro. Explicándonos, por ser testigo de aquella historia que

"Cuba era tierra cosmopolita, allí a nadie se le preguntaba de dónde era ni de dónde venía... En realidad, el grado de compenetración entre estas figuras extranjeras y nosotros llegaba a ser tal, que lamentábamos sinceramente, el que alguien hiciera las maletas y se fuera".


"No fueron pocos los que se quedaron en Cuba
donde se sentían cubanos por adopción... "
(Enrique C. Betancourt, Apuntes para la historia)


Escribió con base el reconocido periodista Enrique C. Betancourt en su memorable libro Apuntes para la historia que

"... en nuestros escenarios teatrales, pistas de cabarets, emisoras de radio y de televisión actuaron renombradas figuras artísticas extranjeras que dejaron a su paso imperecedero recuerdo".

Seguimos con la B de Brasil: Nada menos que la bailarina mimada de Hollywood Carmen Miranda.

De Chile: Los hermanos Lucho Gatica y Arturo Gatica; el dúo Sonia y Miriam; Hilda Sour; Armando Navarrete "Mandolino"; el Indio Araucano, que se casa con cubana igual que el famoso poeta y escritor chileno Alberto de Baeza Flores; y el pianista Eddy Gaytán, tan acriollado que todos creían que era cubano cuando salía en el comercial de la cerveza Cristal al lado del trompetista El Negro Vivar, la bella modelo Angelita Toboso y el apuesto animador Rosendo Rosell.

Colombia nos envió: Al mundialmente famoso barítono Carlos Julio Ramírez y su paisano Nelson Pinedo, quien fuera cantante de la Sonora Matancera.

De Costa Rica: Ray Tico, quien nos dedica una canción titulada "Romance en La Habana"; y la nacionalizada en México Doña Chabela Vargas, que se quedó un par de años para llevarse después en su garganta y el corazón a "La Macorina".

Y para mi sorpresa hasta de El Salvador viaja la Orquesta Sonora.

Los españoles arrebataban por su gracia nata y por supuesto, su indiscutible calidad. Éxito rotundo obtuvieron la Orquesta Los Chavales de España con su cantante Luisito Tamayo, permaneciendo sin interrupciones 6 años en Cuba en el show de Tropicana; y los Churumbeles de España que se adueñaron prácticamente del Cabaret Montmartre, con el Gitano Señorón Juan Legido cantando "El Beso", "Tres veces guapa" y "No te puedo querer". En otro de los más elegantes cabaret habaneros, el Sans Souci, se impusieron la Orquesta Casino de Sevilla. También estuvieron por largas temporadas la Orquesta Solera de España; Los Xeys; Los Bocheros; la Faraona Lola Flores, Manuel Benítez Carrasco; Gregorio Barrios; María Antinea; Curro Moreno; el Niño Utrera; Trini Morén; Pedrito Rico. Otros de los más aclamados eran Sarita Montiel; la gitana Carmen Amaya; Miguel Herrero y Carmelita Vázquez con la compañía Cabalgata; Imperio de Triana; Imperio Argentina, conocida por "la estrella que deslumbró a Hitler", que debe su segundo nombre a que su niñez la pasó en el país suramericano donde nació en 1910; Estrellita Castro; Mary Begoña; Lolita Sevilla; Juanita Reina; Antonio Molina; Pablo del Río; Margarita Sierra; Antoñita Moreno; Las Hermanas Fleta; Estrellita Castro; Marcos Redondo y su Compañía de Zarzuelas; Compañía de Comedias y Canciones de Asturias; Coros y Danzas de España; Compañía de Zarzuelas de Martelo con Pepita Embil y Domingo Plácido, los padres del que llegó a ser el archifamoso Plácido Domingo.

Y como ya sabemos, muchos hicieron de Cuba su segunda patria como Paquita Rico; María Valero; Conchita Piquer, una de las tonadilleras más importantes de su tiempo, pionera del cine español; Antonio Palacios; José Bódalo y su esposa Eugenia Zúffoli, padres del también actor José Bódalo Zúffoli, quien nació en Argentina durante una de sus giras (que obtuvo en España en 1972 el Premio Nacional de Teatro); Maruja González que en el Diccionario de Nostalgias Cubanas del periodista José Pardo Llada destaca "que llegó, cantó, triunfó y se quedó", fue ella la que estrenó la exitosa zarzuela "Amalia Batista" del maestro cubano Rodrigo Pratts; y de Marujita Calvo nos dice "preciosa galleguita actriz de la CMQ"; igualmente los hermanos Aragón Bermúdez reconocidos comediantes-payasos Gabi, Fofó y Miliki, que se hicieron primero famosos en nuestra nación y hasta se casaron y ahí nacieron sus 8 hijos; el animador Gaspar Pumarejo, genio de la televisión en Cuba y después en Puerto Rico; Crusellas, con su compañía afiliada a Colgate Palmolive, principal patrocinador de programas televisivos y radiales como "El Suceso del Día". De estas dos figuras ha escrito el destacado periodista Agustín Tamargo en De Pumarejo y sus alrededores para "El Nuevo Herald":

"... estos hombres como Pumarejo, como Crusellas y como tantos otros que ni siquiera nacieron en Cuba y que sin embargo la engrandecieron trabajando dentro de ella con tanto amor como sus hijos propios".

De Estados Unidos entre los más importantes estuvo Nat King Cole como asiduo cantante de Tropicana; también dice Pardo Llada que actuó en Tropicana la "alto" afroamericana Mariam Anderson; pero antes vino Al Jolson, en 1931, quien popularizó "Hallelluyah" y "Sonny Boy"; y el pianista Liberace, que el libro de los Records Guinness lo recoge como el mejor pagado en 1954 con 2 millones de dólares por 26 semanas y ha estado en el museo "Ripley's Believe it or not", por ser el pianista más rápido del mundo. Además (copiando textualmente a Díaz Ayala): Chiquita and Johnson; Carmen Cavallaro; Cab Calloway; Billy Daniels; Dorothy Dandridge; Tony Martin; Dorothy Lamour; Eartha Kitt; Joanne Gilbert; June Christy; Tony Bennet; Johnny Ray; Jimmy Durante; Rob ert Merrill; Helen Traubel; Joni James; Lillian Roth y Johnny Puleo. No pasamos por alto al maestro Louis Moreau Gottschalk que visitó la isla por primera vez en 1854 cuando regresaba triunfante de Europa, y nos dedicó varias de sus composiciones como las danzas "Ojos criollos", "Di que sí", "La Gallina"; la serenata "Idolo de Belleza"; la sinfonía "Noche de los Trópicos"; la ópera "Escenas Campestres Cubanas"; y el capricho "Recuerdos de La Habana".

Por eso el Dr. Cristóbal Díaz Ayala se pregunta en su admirado libro: "¿Importamos más de lo que exportamos? Es difícil contestarlo. Específicamente, en relación a determinados países, la balanza nos será favorable", poniendo como ejemplo a la Argentina y Suramérica en general, reseñando una polémica sobre el tema que tuvo en 1950 el renombrado cantante y compositor boricua Bobby Capó, destacando que en el año anterior estuvieron presentándose en Cuba una media docena de sus compatriotas artistas mientras que al mismo tiempo actuaban en la Isla del Encanto alrededor de veinte artistas cubanos

"... más la presencia fija de var ios cubanos en altos cargos de la radio en Puerto Rico, como Evelio Otero, Emilio Medrano, Zamora y Herdy Yumar".


"Suerte que de aquella Cuba adelantada y feliz,
existen y existirán, gracias a Dios,
pruebas irrefutables... "
(Rosendo Rosell, Vida y milagros de la farándula en Cuba, Tomo III)


Otra polémica que nos relata el Dr. Díaz Ayala sobre si Cuba exportaba más que lo que importaba en materia artística, es la que tiene el locutor mexicano Carlos Amador señalando que en 1955 había tres mexicanos actuando en nuestro país (Avelina Landín, Paco Michel y él) mientras en el país azteca tenían a ciento sesenta y cinco artistas cubanos.

Además de México arribaron, desde el empresario teatral Ramiro de la Presa; el Mariachi Vargas de Tecalitlán con sus renombradas Polkas; Luis Arcaraz; Trío Janitzio; Trío Carabelas; el Trío Los Panchos; Trío los Tres Ases con Marco Antonio Muñiz; Eva Garza, la esposa de Alfredo Gil del Trío los Panchos; las Hermanas Aguila interpretando la que fue la canción más representativa de su tierra, "Cielito Lindo"; la Orquesta Típica Mexicana; los Cuates de Castilla; Irma Vila y su Mariachi cantando cosas tan pegajosas como "Me he de comer esa tuna" y "Ya se secó el arbolito"; el tenor Alfonso Ortiz Tirado considerado el embajador de la música lírica mexicana; Luis Pérez Mesa; David Lamas; La Consentida; Fray Mojica; María Luisa Landín; Esperanza Iris deslumbrando en la opereta "La Viuda Alegre"; Agustín Lara y su Orquesta, considerado entre los más importantes autores de música popular en el mundo entero (que convivió entre nosotros por varios años); Nicolás Urcelay; Manolita Arriola; María Victoria; Los Tex Mex; Fernando Fernández; Los Bribones; Pedro Infante; Angel Infante; Jorge Negrete, por cierto, había estado en Cuba diez años antes de ser tan famoso cantando de balde en los conciertos que ofrecía Lecuona, pero la segunda vez traerlo costó una fortuna al empresario Amado Trinidad Velasco; Pedro Vargas el Tenor de América en varias ocasiones; Tito Guizar; Pepe Guizar y sus Caporales; Ernesto Hill Orvera; Lola Beltrán; Amalia Mendoza; Toña la Negra; Miguel Aceves Mejía; los grandes humoristas Cantinflas, Tin Tan y Marcelo; e l prestidigitador Fu-Man-Chu, aclamado por sus películas como detective y su escuela de magia; la famosa compositora Chelo Velazquez; Chela Campos, quien estrenó la canción "Tres palabras" del compositor cubano Osvaldo Farrés; Ana María González que nos dice Rosell que fue

"... una de las mejores cancioneras mexicanas que visitaron Cuba en los años 40".

La rumbera nacida en Washington de origen tahitiano Yolanda Montes, conocida por el sobrenombre "Tongolele", esposa del percusionista cubano Joaquín González que hizo de México su segunda patria.

Pero años atrás, en 1890 llegó a nuestro país integrando una compañía italo-mexicana, el violinista Juventino Rosas, el conocido autor mexicano del "Vals sobre las olas", quien falleció en el Sumidero de Batabanó, Cuba, en julio de 1894 en extrema pobreza a pesar de que su Vals fue famoso en el mundo entero porque no pudo cobrar las regalías, ya que había vendido sus derechos de autor.

Del Perú estuvo lo mejor: Yma Sumac conocida como "La Morena de Oro de Perú", de voz extraordinaria que abarcaba cinco octavas y media.

De Puerto Rico Daniel Santos, que hizo de Cuba su segunda patria, según relata Pardo Llada en su diccionario, llegó a nuestra nación por los años cuarenta: "Se integró tanto a Cuba, su música y su gente, que todavía muchos creen que era cubano", y cuando lo entrevistó por última vez para la TV de Colombia en agosto de 1991 "con enorme esfuerzo" le habló de su amor y gratitud hacia Cuba y le dijo llorando "los cubanos me hicieron gente"; otro que se aplatanó fue Fernando Montilla, el primer asesor técnico para Radio Centro que posteriormente fundó el sello disquero internacional Montilla; el cumbanchero Rafael Hernández, demostró en sus composiciones la influencia que ejerció en él los ritmos cubanos que aprendió desde muy joven en su Borinquen querida y en los años que trabajó entre nosotros; Ruth Fernández, la mejor intérprete que encontró el maestro Gonzalo Roig para su obra cumbre "Cecilia Valdés"; la mezzo soprano Aida Pujol; Bobby Capó; Los Rufinos; Lucy Fabery; Carmen Delia Dipiní; la rumbera Mapy Cortés con su esposo Fernando; Mirta Silva; el pianista, compositor y director de orquesta Arturo Somohano; Grupo Marcano; Trío de Johnny Rodríguez; Pedro Flores; y el que fuera posteriormente famoso salsero Tito Rodríguez, de padre dominicano y madre cubana. Como dice el prestigioso periodista Enrique C. Betancourt en su libro de Apuntes para la historia, ellos se sabían admirados por el público cubano de ahí que

"... viajaban de Puerto Rico a Cuba, como si cruzaran de un pueblito a otro".

La República Dominicana: Nos envió a Alberto Beltrán; Juan Polanco; Napoleón Dihmes; y Lope Balaguer.

De Venezuela: Llegaron Felipe Pirela; Alfredo Sadel; y Tino Rodríguez, afamado gaitero, arreglista, compositor y cantante.

En el libro referido de Enrique C. Betancourt leí además otros nombres que confieso mi ignorancia para clasificarlos por país y el poco tiempo que tengo para indagar más minuciosamente, entre los que se encuentran: las Excéntricas Cancioneras del Pánuco; Paco Sierra; Perlita y Lolo Trillo; Conjunto de Rivera Bas; Orquesta Blanco; Jesús Freire; el ventrílocuo Paco Sans; Angelo Piloto; Osvaldo Escobar; el violinista Saint Malo; Juan José Saro; Los Kíkaros; Bob Wilkinson; David Lamas, etc. Un listado que parece interminable, por lo que siento no tenerlos a todos, pero son suficiente muestra de la calidad de los artistas que actuaban para nuestro pueblo.

Y hasta de la lejana Inglaterra el famoso arreglista José Norman, director musical por veinte años de la BBC de Londres, vivió en una finca cafetalera en la Sierra Maestra; pero en escena se disfrutó más de la orquesta de sus compatriotas Stanley Black y la de Johnny Gregory quien ha dirigido la conocida Orquesta Unlimited.

Así queda probado lo que el admirado amigo Rosendo Rosell nos explica mejor que nadie en el Tomo III de Vida y milagros de la farándula en Cuba, del que copio textualmente para culminar esta investigación:

"Suerte que de aquella Cuba adelantada y feliz, existen y existirán, gracias a Dios, pruebas irrefutables y fehacientes para desmentir las falacias dichas con el ánimo de envenenar a las nuevas generaciones que no conocieron a la bien llamada PERLA DEL CARIBE".


Cuba. Una identità in movimento

Webmaster: Carlo NobiliAntropologo americanista, Roma, Italia

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