Aunque pasen los años la escena cubana sigue iluminada por quien fuera una de sus grandes leyendas, una de esas de dotes excepcionales y cuya cubanía, desbordante, le mereció el elogio por sus actuaciones en el teatro, la radio, el cine y la televisión. Rita, La Única!, no hacía falta decir más para nombrar a una artista de su talla.
Bautizada en pleno éxito de su carrera, era capaz de interpretar delicadas canciones como "Canción azul" y "Siboney", ambas de Lecuona, grabadas por primera vez en 1928, o cantar con increíble sabor criollo "El manisero", de Moisés Símons con el que tantas veces deleitó a los más diversos públicos de Estados Unidos, América y Europa, hasta su deceso, ocurrido el 17 de abril de 1958, hace hoy 45 años.
Guanabacoa, un pueblito capitalino encumbrado por grandes de la música cubana como Ernesto Lecuona y Bola de Nieve, le vió nacer el 14 de mayo de 1900. Es aquel, un entorno bendecido por tradiciones ancestrales, con predominio de lo africano y tocado por la magia y la gracia popular, y del manantial de esas fuentes bebió aquella niña de ojos expresivos y vivaz temperamento.
Matriculó piano en el Conservatorio Pereyllade, donde obtuvo Medalla de Oro, con apenas 13 años de edad: sin duda alguna, había nacido para la música. Así, en 1917 se gradúa de piano, canto y armonía. En esa época realizó varios conciertos con fines benéficos. Sin embargo, aunque todos le auguraban una gran carrera como pianista, prefirió dedicarse al canto.
Al producirse la inaguración oficial de la radio en Cuba, en 1922, la soprano Rita Montaner se conviertió en la primera voz femenina que cantó en la naciente radio cubana. En esa ocasión, interpretó "Rosas y Violetas", de José Mauri, y "Presentimiento", de Eduardo Sánchéz de Fuentes. Fue un programa de grandes pretensiones artísticas, pero que recuerda también el infausto discurso en inglés del presidente de turno, Alfredo Zayas, dirigido a los Estados Unidos, que concitó el rechazo popular por su conducta sumisa y servil al amo del norte.
Aquel programa, que inauguró la PWX, en Aguila y Dragones, le abrió las puertas del éxito a la Montaner, iniciándose un período de conciertos y diversos espectáculos en la Isla, seguidos de giras por escenarios internacionales.
En 1928, actúa en el Palace y en el Olimpia de París; es contratada para sustituir a Raquel Meller y un año más tarde actúa en el espectáculo de Josephine Baker, regresando a Cuba en 1930, para marchar al siguiente año rumbo a Estados Unidos, contratada por M. Jolson para cantar en su Wonder Bar.
En 1935 estrena en el Teatro Principal de la Comedia un espectáculo de Gilberto Valdés, donde interpreta "Oggere", "Bembo, Tambó y Sangre africana", y filma la película "Romance del palmar". Ese año es proclamada Reina de la Radio, por su desempeño artístico en ese medio.
Las actuaciones de Rita, "La Única", continuán en su tierra natal en la que filma, en 1948, "Maria la O". Y en el 49 inicia una temporada con Bola de Nieve, otro grande de la música cubana, en el cabaret Mulgoba, y pasa luego a Tropicana, donde actua durante nueve años. En 1954, es filmada "La única", título que recoge su versatilidad en la escena.
Fue más que todo una cantante de teatro lírico, con un amplio diapasón interpretativo que iba desde una "Mamá Inés", estrenada por ella en la zarzuela Niña Rita, de 1927 y donde canta ese tango congo de Ernesto Lecuona y Eliseo Grenet, hasta su rol protagónico en las óperas "La Medium" y "El teléfono", del italiano Gian Carlo Menotti, en 1955. Tambien actuó en la Televisión Cubana en la década del 50.
Luego de haber dejado una profunda huella en el pueblo que admiró su arte, falleció en La Habana a la edad de 58 años, el 17 de abril de 1958, dejando trás de sí una estela de fama y cariño popular. Pero el nombre de Rita Montanar, no es un recuerdo lejano, o una evocación constante en la radio, la televisión, el teatro cubanos, sino que precisamente un prestigioso colectivo le rinde homenaje mediante su fructifera labor.
El 27 de marzo de 1962, se estrena bajo la dirección de Cuqui Ponce de León, el grupo teatral Rita Montañer, con la comedia "Propiedad particular", de Manuel Reguera Saumell, en la Sala Hubert de Blanck, para comenzar un largo y fructífero camino que traería al grupo hasta hoy: premios, giras nacionales e internacionales y el reconocimiento del Ministerio de Cultura y del público amante del teatro, y como una manera de continuar un arte donde la Única fue genio y figura hasta la sepultura.
CUBARTE
Año 3 Número 16 18 de abril del 2003