C.C. ¿Qué valoración puede hacer de estas nuevas obras?
J.G. En primer lugar yo había tenido hace ya varios años la agradable experiencia de ser padre de gemelos, unos varones que ya han crecido y son adultos; pero no la de ser padre de trillizos, pues cada libro es como un hijo que se hace desde que se concibe, se escribe y luego viene la Odisea de la publicación, que en ocasiones resulta más dolorosa que un parto, con perdón del pobre Odiseo, que muchas veces se queda por debajo de la realidad. Mientras un niño o niña tarda en condiciones habituales nueve meses, hay libros que tardan muchos años y luego su publicación puede tardar otros tantos.
En el caso de Africanía y etnicidad en Cuba: los componentes africanos y sus múltiples denominaciones, esta obra había obtenido el Premio de Investigaciones que cada año otorga el Instituto Juan Marinello, pero por cuestiones de recursos no se había publicado por la institución. En esta oportunidad tanto la editorial Adagio como la de Ciencias Sociales han publicado sendas ediciones con dos fines bien definidos. La primera para la red de Escuelas de Instructores de Arte y la segunda para la red comercial. El libro posee un prólogo de la Dra. María del Carmen Barcia, una muy conocedora del tema de la esclavitud en Cuba, y aborda el estudio de más de mil denominaciones étnicas de africanos en Cuba así como su comparación con otros lugares de América, hasta identificar más de ochenta representantes de diferentes etnias africanas traídas durante la ominosa trata moderna transatlántica, aunque también se hace énfasis acerca de la trata transamericana y caribeña como una necesidad de estudios comparados para conocer mejor el tema de la interculturalidad de nuestro mediterráneo americano. En este sentido, el libro también rinde homenaje a esa pléyade de personas que, desde mediados del siglo XIX hasta nuestros días, han tratado de deshilvanar la compleja madeja para identificar la amplísima diversidad de componentes étnicos africanos en América y particularmente en Cuba. Esto no es más que otro grano de arena ya que en este campo no se puede decir la última palabra, pues aun quedan muchas incógnitas incontestables. Sin embargo, la sistematización de un conjunto muy disperso de información las ciencias en general y las sociales en particular siempre le han otorgado un gran valor metodológico y epistemológico. El hecho de tratar de ordenar lo habitualmente caótico para reinterpretarlo desde un nuevo tiempo/espacio es de un modo u otro un paso hacia delante.
El libro sobre Islas Canarias en la cultura cubana representa para mi una deuda con el lector cubano, pues para nadie es secreto que una parte muy importante de nuestra herencia cultural en campos y ciudades procede de estas siete islas del Norte de África, que si bien son parte de la hispanidad ultrapeninsular, la insularidad canaria siempre ha estado de cara al inmenso Atlántico que nos enlaza y nos separa. Esta obra reúne nueve trabajos de los cuáles solo tres habían sido publicados en Cuba. Los textos fueron dados a conocer en diversos momentos en Islas Canarias, pero no en forma de libro. Por ello trato de abarcar desde cuestiones generales de los movimientos migratorios hasta personalidades de gran interés, sin dejar de realizar un balance del estado de las investigaciones sobre Cuba en ambas orillas durante al menos dos décadas. De igual manera deseo rendir tributo al loable esfuerzo que desde hace varios años realiza la Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera" para dar continuidad a los estudios sobre las múltiples aristas del legado canario en la cultura cubana y de Cuba en la canariedad. Ese gran esfuerzo también se ha realizado en Islas Canarias a través de varias instituciones que menciono en el libro y de las que estoy sumamente agradecido. Recuerda que en Canarias he tenido la oportunidad de publicar dos libros, debido a sendos premios: Significación canaria en el poblamiento hispánico de Cuba, Tenerife, 1992 y Valentín Sanz Carta en Cuba: un itinerario vital, Las Palmas, 1999; y ninguno de ellos ha sido publicado en Cuba. Por ello, esto es una ocasión muy importante para dar a conocer textos inéditos aquí.
En relación con el libro sobre La cultura popular tradicional en Cuba: experiencias compartidas, fue casi un encargo de Fernando Rojas, actual Viceministro de Cultura cuando atendía el Consejo Nacional de Casas de Cultura. Ese es un tema que tiene mucha tela por donde cortar y que aun no goza de toda la buena salud que nuestra cultura popular tradicional merece. Aun se encuentra en condiciones de lamentable desigualdad respecto de la cultura artístico-literaria profesional y de aficionados con sus grandes estrellas y lentejuelas, y que obviamente merece toda la atención y respeto. El libro se compone de ocho capítulos que aborda cuestiones claves sobre el estudio nacional e internacional acerca de las limitaciones del folklore como disciplina y el alcance de la cultura popular tradicional, como parte de una labor de encuentros con otros colegas de América Latina y el Caribe; vincular cuestiones de la política cultural y su aplicación en el ámbito de la cultura popular tradicional cubana, sus logros y limitaciones; sobre todo para identificar y atender a los artistas aficionados propiamente dichos respecto de miles de personas que en el país poseen determinadas características culturales relacionadas con su procedencia o pertenencia socio-ocupacional y su relación con diversos asentamientos humanos, independientemente de la existencia o no de las reconocidas "instituciones culturales"; valorar el papel de la cartografía cultural en Cuba y el estudio de la cultura popular tradicional como instrumento para subrayar la riqueza de la diversidad cultural, hecho que debe perfeccionar de manera constante la aplicación creadora de políticas culturales; reflexionar sobre otras experiencias internacionales en la protección de la cultura popular tradicional dentro de sus normas jurídicas; y cómo a partir del conocimiento acumulado, los portadores y gestores de la cultura popular tradicional son objeto de reconocimiento social, lo que representa un impacto favorable para elevar la autoestima, el sentimiento de dignidad personal y grupal, así como el amor por lo propio, independientemente del respeto, preferencia o rechazo hacia las expresiones de otras culturas. Este apoyo político, moral y jurídico generalmente no se corresponde con la débil sostenibilidad de un financiamiento para las expresiones raigales de la cultura cubana en tanto inversión para el desarrollo. También ha resultado de gran interés conocer y evaluar cual es la visibilidad de la cultura popular tradicional cubana en los sitios nacionales de Internet con el objetivo de constatar las sustanciales diferencias que existen entre lo mucho que se hace y lo aun insuficiente que se dice que se hace, para facilitar una mejor congruencia entre la política cultural como "deber ser" y su aplicación como acción concreta. Por suerte, ya el Consejo Nacional de Casas de Cultura ha emprendido un conjunto de acciones que ameritan una nueva evaluación al respecto y que debe tender a revertir una parte significativa de los problemas identificados.
C.C. ¿Existe información gráfica, tablas y mapas en esas obras que ilustren los temas estudiados?
J.G. En esta oportunidad no han existido dificultades con diversas ilustraciones (fotos, dibujos, mapas, logos de sitios Web, gráficos, tablas...) intercaladas en las obras, pues un libro para la enseñanza sin ilustraciones es algo así como un ladrillo inhóspito, el problema fundamental en este caso es el gramaje del papel que, por su baja calidad, conspira contra la presencia misma de cada libro. Un libro para la enseñanza que no sea atractivo formalmente, independientemente de la calidad del contenido, el estudiante no lo aprecia y puede que ni se lo lea. Incluso si se lo lee puede que se rompa con un mínimo de uso. Resulta en este sentido tirar por la borda el arduo trabajo, por ejemplo de Eliseo Palacios García en el diseño y la composición digital para que luego la poligrafía no esté a la altura de todo el trabajo realizado. Este es un tema que hay que resolver en relación con la buena u óptima calidad, no solo del contenido, sino del libro como objeto atractivo.
C.C. ¿A qué otro tipo de público puede ser de interés o de material de consulta estas obras?
J.G. Estos son temas de gran interés para el público en general dado el grado de instrucción alcanzado en el país. Como bien te comenté, ya la Editorial de Ciencias Sociales tiene listo el primero de los tres libros para su red comercial y te puedo adelantar que deberá tener una gran acogida. De igual manera Islas Canarias en la cultura cubana, está en el plan de la propia editorial para el año próximo y si supuestamente solo se vendiera en las delegaciones de Asociación Canaria de Cuba "Leonor Pérez Cabrera" la edición no alcanzaría ni para comenzar pues tienen más de veinte mil miembros adultos. El propio tema de la cultura popular tradicional es objeto de estudio en diversas partes del país, especialmente en la Licenciatura en Estudios Socioculturales y constantemente me envían correos estudiantes, maestrantes y doctorantes para obtener versiones digitales de textos sobre este tema. Sin embargo, aun no he propuesto el libro en la red comercial.
C.C. ¿Está trabajando otras propuestas que puedan convertirse en libros?
J.G. En estos momentos la Editorial Adagio tiene listos varios títulos en diversas fases de realización, aunque prefiero hablarte de temas y no de títulos, pues estos pueden cambiar a última hora. La iconografía de africanos y descendientes en Cuba es un texto aun inédito por lo voluminoso; el patrimonio cultural vivo es un tema de suma actualidad sobre todo para contraponer el pensamiento antropológico latinoamericano a concepciones absurdas y desfasadas del pensamiento científico más avanzado; la artesanía popular vinculada con la diversidad de expresiones religiosas también es un tema recurrente a partir de una anterior publicación de la UNEAC en el 2000; el cuerpo humano y sus símbolos es un tema de alcance universal muy vinculado con las percepciones antropocéntricas de la realidad; el legado hispánico a la cultura cubana, respecto de la publicación de la Editorial de Ciencias Sociales en 1999, ha sido muy ampliado y actualizado a la luz de nuevos trabajos; en fin, hay que esperar con mucha paciencia para que, poco a poco, sean conocidos los nuevos libros. Todo sea para contribuir, al menos con una semillita, al trabajo del Centro Nacional de Escuelas de Arte.
C.C. Le deseo muchos éxitos en tan importante empresa y muchas gracias por su entrevista.
J.G. Gracias a ti.
MSc. Carmen Corral
El Cerro, La Habana, 16 de octubre de 2009