Cuba

Una identità in movimento


Cuba y el Caribe. Construyendo una nueva conciencia histórica caribeña

Lohania Aruca Alonso


El Caribe se define de varias formas en el espacio y el tiempo, una de ellas es como región histórica. Para los estudios históricos acerca de Cuba es imprescindible percibir el espacio geográfico y los límites de éste y resulta que ellos, en cualquier dirección que señalemos, coinciden con el del la región Caribe; es esta, la demostración más elemental de que nuestra gran isla y/o archipiélago están justamente en el centro geográfico del Caribe, entre las grandes cuencas del Golfo de México, antiguamente denominado el Seno mejicano, y el Mar Caribe. Espacialmente nadie tiene dudas, somos parte del Caribe.

En cuanto al tiempo: recordaremos que lo que hoy llamamos el Caribe, se encontraba totalmente poblado al ocurrir el "descubrimiento", o "encontronazo" civilizatorio, por parte de los europeos occidentales representados por Cristóbal Colón. Las primeras anotaciones de Colón en su Diario de viaje están relacionadas con el Caribe. En verdad, el Gran Almirante del Mar Océano solamente recorrió y visitó el Caribe insular, las Antillas, y un corto tramo de lo que hoy llamamos circuncaribe[1], en la costa norte de la actual Venezuela.

Desde el siglo XIX, los viajes e investigaciones de los arqueólogos y antropólogos a diversas regiones de la isla de Cuba, principalmente a su región oriental, confirmaron la existencia de aquellos antiguos asentamientos humanos, y de su diversidad en cuanto al nivel de desarrollo demográfico y cultural presente en ellos. La cultura de los pueblos aruacos en el Caribe, sus distintas variantes y estadios de desarrollo, a través de estudios comparativos, se inicia por la arqueología "indoantillana", o de las Antillas durante el siglo XX, y todavía se llevan a cabo dichos estudios, que cada vez tienen mayor importancia científica para definir históricamente la región caribeña y su trascendental pasado histórico.

Nos planteaba el doctor Ernesto E. Tabío en la Introducción a la arqueología de las Antillas (1988, p. 5-6)[2]:

    "El área antillana es una de las regiones del Nuevo Mundo menos conocida desde el punto de vista de la arqueología. Sin embargo, es fundamental que, basada en esta disciplina, se acopie una información mejor para poder acometer una seria reconstrucción histórica de los hombres que la habitaron desde hace más de seis milenios hasta la llegada de los europeos a la misma".

El estudio de la historia de Cuba, demuestra que su poblamiento por los pueblos aruacos es parte de su época antigua, y que ésta fue mucho más extensa — posiblemente alrededor de ocho milenios —, que la época colonial (cuyo inicio se data en 1492 y finaliza en 1898) derivada de su descubrimiento, conquista y colonización por los españoles. Estos asentamientos de poblaciones tenían un origen migratorio, fundamentalmente desde el sur de Nuestra América.

Tales movimientos demográficos se efectuaron por oleadas sucesivas, que llevaron desde el continente hasta nuevas tierras insulares, habilidades, hábitos y costumbres (patrones culturales), que determinó un pasado común entre ellos, los cohesionó de cierta manera. La lengua aruaca y sus variantes locales, fueron habladas y entendidas por la mayor parte de los habitantes "naturales" o aborígenes, según testimonio de los propios cronistas españoles, se encuentran entre estos pueblos creencias similares en cuanto a su origen sociocultural y la explicación y uso que hacían del entorno natural[3].

Así, es como nos podemos plantear la necesidad de un nuevo abordaje de los temas históricos que tenga su punto de arrancada y más amplia explicación en la construcción, con avances y retrocesos, de nuestra identidad cultural caribeña, en su evolución, variada en sus hechos y escenarios particulares, única y contradictoria, a lo largo del tiempo histórico.

Mientras el comercio legal intraimperial a través del canal de la Florida y el océano Atlántico privilegió al puerto y ciudad de La Habana, por su estratégica posición geográfica, también la obligó a mirar hacia el norte y el oeste, la singularizó, Su proceso de urbanización es un modelo original e irrepetible en la historia del urbanismo cubano (ciudad capital metropolitana); sucedió algo parecido con otras manifestaciones culturales habaneras, lo cual provocó diferencias y distorsiones en relación con el desarrollo del resto de la red urbana de la isla.

El comercio de rescate, o ilegal, fuera del limite habanero, obligó a los asentamientos de población no habaneros a mirar hacia otras direcciones, por cierto caribeñas. Gracias a ello sobrevivieron otras poblaciones, villas y hasta ciudades de Cuba colonial, fundamentalmente encaminadas en sus actividades de intercambio comercial hacia las islas antillanas que nos rodeaban. En otras ocasiones, desde los enclaves militares o navales organizados en ellas por otras potencias colonialistas enemigas de España, nos llegaron amenazas e invasiones.

Jamaica, La Española (actualmente Haití y República Dominicana), y tantos otros territorios isleños o del circuncaribe en Centroamérica y el norte de Sudamérica, también forman parte de nuestra historia colonial, y, por supuesto, de etapas más reciente.

Hoy visibilizamos el mar Caribe casi como un "gran lago interior" que nos separa y, a la vez, nos une virtualmente a nuestros pueblos hermanos. Sin embargo, son muchos los esfuerzos que todavía tendremos que hacer para comunicarnos, transportarnos, y estrechar aún más los lazos de conocimiento, reconocimiento, y por la educación en la rica historia esta región, cuya conciencia social colectiva se encuentra en pleno proceso de construcción.


    La Habana, domingo, 9 de diciembre de 2007


      Notas

      1. El concepto circuncaribe fue propuesto por la historiadora alemana-mejicana Johanna von Grafestein Gareis, profesora e investigadora del Instituto de Investigaciones José Luis Mora, México, para definir el área costera de América continental, que rodea directamente el Mar Caribe y el Golfo de México. Tuvo mucha importancia principalmente en el comercio trasatlántico intra e interimperial hasta el siglo XIX inclusive. Grafestein Gareis, Johanna von, Nueva España en el Circuncaribe, 1779-1808. Revolución, competencia imperial y cínculos intercoloniales, México, UNAM, 1997.

      2. Ernesto E. Tabío, 1988, Introducción a la arqueología de las Antillas, Editorial Ciencias Sociales, La Habana.

      3. Fray Ramón Pané, Relación acerca de las Antigüedades de los Indios. Nueva versión con notas, mapas y apéndices José Juan Arrom. 1990, Editorial Ciencias Sociales, La Habana.



    Página enviada por Lohania Aruca Alonso
    (10 de diciembre del 2007)


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