Cuba

Una identità in movimento


Ileana Corvisón Menéndez: Otras disquisiciones no académicas menos categóricas, puede llegado el caso útiles sobre la traición

Ileana Corvisón Menéndez


Traición. (Del lat. traditio, -onis). f. Falta que se comete quebrantando la fidelidad o lealtad que se debe guardar o tener a persona, credo, y/o filiación, acorde a cánones éticos y morales de conducta.

Como veremos la palabreja en cuestión viene del latín, también por tanto se las trae y sus consecuencias por todos conocidas nos caen del mismo cielo, transportándonos al mismísimo infierno, o nos ataca dónde menos esperamos hundiéndonos en hueco de la desesperación y falta de confianza, si no llega a matarnos del porrazo.

Traición y muerte, son inseparables compañeras del ser en su tránsito por el laberinto del tiempo.

Cuidarnos debemos, porque ambas son amigas, además amigas de los amigos todos, de los poderosos carentes de ética, de los enanos de alma, envidiosos, desconocedores del escrúpulo de conciencia y dueños del más brutal analfabetismo sobre el significado de la ética. Todo lo anteriormente expuesto es común a ambos sexos, para decirlo a lo moderno unisex.

Pobre de quien ajeno a la existencia de este frondoso y letal árbol vaya por el mundo sin las precauciones pertinentes, ya que el mismo aunque no es especie propia de nuestro tiempo posee un increíble poder de adaptación y convive con nosotros a la entrada de este Tercer Milenio, aunque sus pútridas raíces se nutren con el rico y variado alimento de la historia lugar donde puede ser encontrado y seguir sus pasos cada vez mayores desde el Libro del Génesis hasta nuestros días.

Su línea genética ha sido mejorada minuto a minuto por tantos y tantos miles de años y sucesos que ya pasa a ser cosa del día a día, aunque no por frecuente menos despreciable y repulsiva.

La traición vive, respira se alimenta, es planta parásita y mutante, (todo apunta a que su origen no es alienígena ni escapó de los Expedientes X) se da en cualquier suelo de este maravilloso planeta, sin preferencia climática, no importa meridiano, paralelo o desastre nuclear ya que se ha demostrado que junto con las cucarachas sobrevivirá este catastrófico hecho.

Urge aprender a reconocerla y vamos hombre en términos taurinos a saber hacerle las verónicas y medias verónicas pertinentes, para mayor lucimiento de la faena clavarle las banderillas a tiempo y un desplante, o una trompetilla para acariciarnos el ombligo y palmearnos el hombro satisfechos de estar aún vivos.

Conocer sus disfraces, rutas preferidas, preverlas, cuidado esto si, sin paranoia que no es sano, pero es válido conocer de su muy variada y sutil existencia.

La traición es la pandemia de la historia, con un inconveniente grave, aún no se ha encontrado ningún medio de prevención ante ella.

Mucho ojo, nada ni nadie es lo que nos parece a simple vista, cualquiera puede ser portador de este mal, además de ser fruto legítimo de las circunstancias.

Un apartado en esto de las traiciones y traidores lo tiene el que en ocasiones nos traicionamos nosotros mismos por razones disímiles y pretextos a todas luces patéticos.

Cualquiera que la reconozca pues ponga distancia y nos vemos si logramos ambos salir ilesos.

Otros añadidos que pudieran ser útiles para reflexionar llegado el caso.

Traicionar: Verbo perteneciente a la primera conjugación, transitivo y en su carácter de pronominal en extremo dañino.

Es uno de los verbos cuyo uso está muy de moda, (vaya como que se lleva) y es usado hasta el abuso.

La peor traición es la que cometemos con nosotros mismos, ésa es la real génesis de la traición, tenerlo en cuenta.


    9/2/06


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