La suerte de las grandes mayorías del pueblo venezolano está echada junto a su Revolución Bolivariana. ¡Qué gran suerte tener vivo al Libertador, cabalgando los cuatro confines del territorio de su república, en estos inicios del siglo XXI! ¡Que hermoso que las ideas con las cuales quiso fundar las repúblicas americanas sean hoy antorchas que iluminan el quehacer político de Venezuela! ¡Qué felicidad que en medio de una lucha tenaz frente a sus enemigos de dentro y de fuera, el pueblo pueda ir viendo, convertidos en realidad, los sueños irrealizados desde el siglo XIX!
Hoy el pueblo venezolano se juega su presente y su futuro. El triunfo del SI en el plebiscito para aprobar la Reforma Constitucional significará la garantía de las transformaciones necesarias para dar plenitud a la justicia, la libertad y la equidad en el seno de la sociedad venezolana. Por eso todos los patriotas y revolucionarios, todos los oprimidos y explotados de antaño, todos los marginados y discriminados de siglos, todos los que han padecido de hambre, insalubridad, pobreza, incultura y males sociales infinitos, todos los que sueñan con una vida más plena y mejor para sus existencias, todos los que están decididos a defender a su tierra y a su pueblo, deben tener suficientemente claro que a un plan obedece el enemigo y que ellos, esa gran mayoría del pueblo, deben obedecer a otro plan.
Si el enemigo del pueblo, representado en sectores de explotadores, plutócratas, vendepatrias, sietemesinos, lamebotas del imperio, pusilánimes, traidores de diferentes banderas, confundidos, no quieren que el pueblo profundice las transformaciones, es porque nunca quisieron que el pueblo fuera realmente dueño de sus destinos y alcanzara la felicidad merecida. Esos bien vividos y bien comidos, esos egoístas de siete suelas, esos timoratos y aliados amaestrados del imperio, esos indiferentes, dicen y repiten ahora NO. No, para enconar al pueblo. No, para dispersarlo. No, para dividirlo. No, para detener su marcha. No, para vencer al pueblo.
Por eso, el pueblo venezolano que hoy marcha triunfante con la Revolución Bolivariana tiene que presentar su plan de unidad de acción y pensamiento. SI, PARA ENSEÑARSE EN TODA LA ALTURA DE PUEBLO NOBLE Y HERÓICO. SÍ, PARA APRETARSE Y JUNTARSE EN UNA INMENSA MAYORÍA QUE APLASTE CUALQUIER CONJUNRA. SÍ, PARA BURLAR LAS MAQUINACIONES Y GOLPES BAJOS DE LA OLIGARQUÍA Y SUS LACAYOS. SÍ, PARA AFIANZAR LA LIBERTAD DEL PAÍS, PROFUNDIZAR EL ALCANCE DE LA JUSTICIA Y ALCANZAR UNA MÁS PLENA IGUALDAD ENTRE LOS VENEZOLANOS. SÍ, PARA EXPRESAR LA UNIDAD EXISTENTE ENTRE SU LÍDER CHAVEZ Y EL PUEBLO QUE DEFIENDE CON SU AMOR LEAL Y FILIAL.
El SI para aprobar la reforma al texto constitucional es para dar marco jurídico y político a las transformaciones vitales que darán verdadero protagonismo democrático al pueblo venezolano. Será continuar las cosechas que ya conoce todo el mundo: las misiones educacionales, la atención primaria y especializada de salud, el desarrollo del arte y la cultura, el desarrollo de los deportes y la recreación, la mejoría de los salarios y lograr el pleno empleo lo antes posible, disminución de la jornada laboral, mantener la posibilidad de revocar a los funcionarios electos, poder elegir o no a quienes deban ser electos para gobernar, darle a las juventudes y a los estudiantes y a los niños una mayor participación en el desarrollo y conducción de la sociedad, darle a la mujer el lugar que merece. En fin, es abrir para todos, aún para los que adversan el proceso revolucionario, las bondades de un sistema que provocará asombro y admiración de propios y extraños.
Wilkie Delgado Correa
Doctor en Ciencias Médicas
Profesor Consultante y Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas
Escritor y periodista
Página enviada por Wilkie Delgado Correa
(28 de noviembre del 2007)
