Tal vez no esté muy lejano el día en que se reúnan en un solo colectivo de autores, historiadores estadounidenses y cubanos para hacer un balance realista y sincero de lo que fueron, y significan para cada una de sus naciones, las relaciones entre los Estados Unidos de América y Cuba, durante los cincuenta años (¡medio siglo!) que corren entre el inicio del gobierno revolucionario cubano y el año 2009. En la columna que represente lo más positivo y valioso del resultado de semejante análisis, se ubicará, sin lugar a duda, la conducta profesional y la obra historiográfica y pedagógica del Dr. Lou A. Pérez Jr., acerca de nuestra historia común.
Desde sus primeras visitas a Cuba (esenciales para su labor científica), Lou, como es conocido por muchos historiadores, archiveros y bibliotecarios, a lo largo de toda la Isla, ha sido un colega sencillo, trabajador y atento a las inquietudes, opiniones, y hasta a las situaciones individuales de quienes le han rodeado en el proceso infatigable de sus investigaciones históricas. Ha merecido no sólo el respeto profesional sino que, con largueza, se ha ganado la amistad y el afecto de muchos de nosotros.
Infelizmente, la mayor parte de su obra escrita en inglés y publicada por editoriales estadounidenses, ha estado al alcance de un público cubano muy reducido. Solamente en ciertos casos se ha podido ampliar este círculo. Un ejemplo muy especial fue la edición de Archivos de Cuba (Ediciones Unión, Colección Clío, La Habana, 2003) por Lou y Rebeca J. Scott, la coordinación de Gladys (Marel) García Pérez, un grupo de compiladores cubanos (historiadores reconocidos) y una larga lista de especialistas o colaboradores locales, que alcanzaron los rangos institucionales provincial y municipal.
El contenido del referido libro es nada menos que una guía de fuentes cubanas regionales y locales, que refleja los datos principales para conocer su ubicación, jerarquía, y las características de la información que ofrece a los investigadores nacionales e internacionales. Por eso el beneficio de esta obra para el avance de la historia regional y local, de la llamada microhistoria, los estudios de caso, y otros, que complementan y avalan con mayor rigor la historia nacional e internacional acerca de Cuba, es inmenso.
El proyecto fue hecho realidad, presentado y vendido en la Feria Internacional del Libro de La Habana del año 2004. A mi juicio este trabajo es la piedra angular de una seria profundización en la historiografía cubana, nunca antes alcanzada. Solamente por este aporte, al que contribuyeron de diversas formas la buena fe de instituciones y profesionales estadounidenses, y a cuya referencia acudimos constantemente los historiadores cubanos y extranjeros, merece nuestra mayor admiración y gratitud, extensiva a sus alumnos y colaboradores, el amigo muy querido, Lou.
Fuente: CUBARTE | 13 de Enero 2009