Cuba

Una identità in movimento


La vuelta del revisionismo y el oportunismo

Felipe de J. Pérez Cruz


Agradezco a "La Polilla" publicar la totalidad de la correspondencia[1] cruzada en días pasados con Roberto Cobas Avivar, un cubano radicado en Europa, que desde una posición declarada socialista y antimperialista, adversa el proyecto revolucionario que hoy llevamos a cabo en Cuba. También deseo felicitar la primera publicación en Kaos en la Red de dos de estas cartas[2].

La correspondencia vista en su conjunto, permite hacernos un dibujo del interlocutor que antes no teníamos. Conocemos la formalidad de su pensamiento, estilo y métodos.

Artículo a artículo, sofisma a sofisma, nos hubiera sido más difícil separar lo que dice, de lo que realmente lleva dentro de sí. En la oportunidad de evaluar el intercambio, me interesa brindar al lector varios ángulos de análisis que le permitan — más que atender lo que dice y no hace Cobas —, conocer la naturaleza de esta propuesta de pensamiento

En la presente entrega me detendré en ubicar un marco referencial comparativo que permita dar cuenta del camino intelectual emprendido por Cobas. Esto servirá para explicar el hilo conductor en que se mueve su pretendido marxismo y socialismo.


Revisionismo y oportunismo

La crítica al marxismo ortodoxo, con toda la carga peyorativa que el anticomunismo contemporáneo logró impregnarle al término "ortodoxo", ha devenido en un lugar común para la actual literatura marxista, tanto para los esfuerzos de perspectiva revolucionaria, como para los nuevos revisionistas y oportunistas. En este repunte del debate teórico marxista, el concepto "Marxismo ortodoxo", se asume como sinónimo de estalinismo. Así más allá de la lucha teórica en sí misma y enquistada en esta, nos enfrentamos a toda una mitología bien concebida por los aparatos propagandísticos del imperio. Cobas se mueve con holgura en este escenario. Lo domina.

El torrente de ideas en discusión no ha podido aún sacudirse del impacto de la derrota política del bloque soviético europeo y de la confusión reinante que ello generalizó. La necesidad no superada de reevaluación y enriquecimiento del legado revolucionario de los fundadores y más lúcidos continuadores del socialismo científico, la constante hostilidad del pensamiento contrarrevolucionario, y las tradiciones negativas que persisten en el seno de la izquierda marxista; crean un panorama en extremo complejo para el trabajo teórico. Un reto particular está en que la creación de teoría revolucionaria, debe cuidarse tanto de las contaminaciones de la ideología y la política burguesa, como de caer en nuevos dogmatismos, en nuevos sectarismos.

Hoy hay que evaluar todo lo progresivo que pueda tener uno u otro enfoque, aprender de nuestros errores antiguos y recientes, incluso aprender también de los adversarios. Cobas pretende hacernos creer que su posición responde a estas demandas revolucionarias, pero su propuesta pronto se nos devela en el sentido contrario.

¿Por qué Cobas no es el camarada que dice ser? A simple vista se puede constatar como en la práctica este señor manipula y utiliza el arsenal creado por los aparatos del anticomunismo, los mitos y prejuicios vendidos por la propaganda enemiga, para desde ellos cuestionar la estrategia y la práctica de la Revolución Cubana. Pero tan magra labor no resulta lo principal.

Cobas ha emprendido una campaña publicística, proclamándose adalid de lo que califica como pensamiento — socialismo y marxismo — crítico. Tal empeño lo enfila contra los fundamentos ideoteóricos de la Revolución. En particular la labor de Cobas, aunque no lo proclama abiertamente, se dirige a desmontar los principios y valores del pensamiento del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.

Realmente Cobas representa algo muy viejo si de marxismo y teoría revolucionaria se trata. Lenin hace cien años — "Marxismo y revisionismo" 1908 — ya nos dejó el alerta:


... cada problema más o menos "nuevo", cada viraje más o menos inesperado e imprevisto de los acontecimientos — aunque sólo altere la línea fundamental del desarrollo en proporciones mínimas y por el plazo más corto —, provocará siempre, sin falta, una u otra variedad de revisionismo.


El genial conductor de la Revolución de Octubre vio además que aparecía en el horizonte de la lucha ideológica una nueva tipología de antagonista, aquella que unía lo peor del revisionismo y el oportunismo: La catalogó como revisionismo oportunista.

Equivocar la imprescindible renovación del socialismo científico con adulteraciones simplistas, convertir las siempre necesarias negaciones dialécticas en irreconciliables antagonismos, constituyen las expresiones más nítidas del revisionismo. Desviarnos de las tareas de orden en la lucha revolucionaria, con apelaciones superrevolucionarias al debate teórico, por la pureza unas veces o por la renovación otras; es la táctica del revisionismo. El hipercriticismo subrayando pretendidas — o reales — insuficiencias teóricas en la estrategia revolucionaria, es lo más característico del actuar de Cobas. La misión del revisionismo quiéranlo o no sus representantes, se concentra siempre en desorientar y desarmar a las masas revolucionarias.

Como le resulta irrebatible el apoyo de que goza la dirección de la Revolución, Cobas adelanta la tesis de la fragilidad del "pacto social", que puede estallar en cualquier momento. Acaban de marchar el 1 de mayo, por la Plaza de la Revolución en la Ciudad de la Habana y las plazas de decenas de capitales y pueblos, millones de cubanos, pero este avizorado profeta de la hecatombe, sigue intentando sembrar dudas.


A las ideas optimistas, revolucionarias que defendemos — señalaba Fidel en fecha tan temprana como 1963 —, no les faltarán críticos, calculadores, esa gente que tienen una posición absolutamente metafísica ante la vida; suman, restan, pero les falta una suma: es la suma de la voluntad, es la suma del valor, es la suma de la decisión, es la suma de los factores morales con los cuales los pueblos siempre han emprendido y han realizado las más grandes tareas en la historia de la humanidad [3].


Particularmente importante es desnudar el método de análisis y de elaboración de política de este adversario. Cuando le cuestionamos más que el programa, el método de intelección, Cobas nos responde que


... analiza la realidad en lo que llama sus contradicciones de fondo, las que determinan la cualidad de la formación socioeconómica. Es decir, aquellas que influyen determinantemente sobre la viabilidad de la alternativa socialista de desarrollo que nos queremos dar los cubanos en Cuba.


El "método" de Cobas nada nuevo aporta. En teoría es esencialmente el método de Marx, pero: ¿Tiene una idea Cobas de lo que habla? En ciencia no solo vale el discurso, sino la demostración del camino del conocimiento: ¿Tiene una idea Cobas de cuánto trabajo estadístico, cuánta documentación, tuvo que procesar Marx — y después Engels — para descubrir y explicitar el sistema de contradicciones del capitalismo en el Siglo XIX, para redactar y publicar El Capital entre 1862 y 1894?

¿Sabe Cobas cuánto trabajo de campo, cuanta masa de datos y evaluaciones se necesita, solo para acercarse a la determinación de "la cualidad de la formación socioeconómica" en la Cuba de hoy? Y lo pregunto porque se trata de un esfuerzo de ciencia que conozco. Porque en la práctica, la metódica que Cobas anuncia seguir, tampoco es algo novedoso para el estudio de nuestro país. Desde hace más de dieciocho años se aplica por un equipo de investigadores del Instituto de Filosofía de La Habana, quienes la han certificado, y publicado[4] en diversos y continuos estudios socio-filosóficos introducidos a la práctica social.

Método y metódica en definitiva, le quedan flacos a Cobas, quien carece del trabajo de campo que él se niega hacer en Cuba, y no posee la base de datos y evaluaciones cualitativas acumulada por los científicos cubanos durante dos décadas. También le falta la perspectiva que dan el trabajo de equipo y la cooperación académica socialista. A todo ello hay que añadir la pasión, la honestidad y el compromiso revolucionario con que trabajan los científicos del Instituto de Filosofía.

El marxismo revisado y depurado por la genialidad de Cobas, no rebasa los programas históricos de la socialdemocracia de centro y sobre todo de izquierda. Quien tenga dudas que compare las genialidades de este señor — y también de otros que nos quieren vender sus novedosísimos jarabes —, con la plataforma teórica y política que promovía la Fundación Friedrich Ebert Stiftung en los ochenta [5].

Por ser socialista de izquierda Hitler asesinó a cientos de revolucionarios europeos. Por ser socialista, junto a comunistas, nacionalistas, curas revolucionarios y patriotas de las más diversas cosmovisiones, se sufrió cárceles, torturas y asesinatos en las dictaduras de Franco o Salazar en Europa, de Somoza, Stroessner y los gorilas de la CIA y el Plan Cóndor en América Latina. Ser hoy socialdemócrata de izquierda en Europa frente al reverdecer del neofascismo, el neoliberalismo y el imperialismo, constituye una opción de resistencia y emancipación. Pero enarbolar aquí en Cuba esas doctrinas, superadas por el marxismo y el leninismo, y enriquecidas por la historia revolucionaria cubana, constituye una acción divisionista, tan extemporánea como triste.

Fiel a la tradición histórica del revisionismo — ideológicamente funcional a esta excrecencia de la forja revolucionaria — Cobas reclama una y otra vez espacios de debate para hacer gala de sus oropeles "teóricos". En realidad más allá de algunas ideas interesantes (se lo he reconocido), termina en la "vana cháchara y el bizantinismo" que refería Antonio Gramsci. También en la misma tradición, Cobas se manifiesta intolerante y agresivo — dogmático recalcítrante — si de defender sus puntos de vista se trata. No existe para él la reflexión "de mérito" capaz de potenciar — aún en la discrepancia —, los reconocimientos y aprendizajes mutuos. Quien lo adverse está condenado irremediablemente a la hoguera.


El tema de la democracia

Cobas en la correspondencia publicada y en no pocos de sus artículos de opinión, propone grandes soluciones democráticas para el socialismo cubano, y demanda que se le aporten pruebas de que no está en lo cierto. Esta es una burda trampa intelectualoide. Sin dudas en una Revolución la democracia siempre tendrá que ser un proceso de enriquecimiento y avance continuo. El situar como tarea de primer orden una aspiración histórica que resulte inobjetable, en este caso la conquista de "toda" la democracia posible, "desconociendo o pasando por encima de las condiciones del movimiento real, olvidándose de la situación concreta" es lo típico del oportunismo.

En teoría la propuesta de Cobas es consecuente con la plataforma que le es afín:


El socialismo es libertad y auto determinación del individuo... empeño colectivo llevado por productores libres, no sometidos al dictad ni del Estado ni del Partido — afirma Cobas.


Y ya en su trabajo de 1908 Lenin criticaba esta apuesta "democrática" y "libertaria" de los revisionistas de entonces, en la dirección de debilitar el concepto histórico de Estado como órgano de dominación de clase. Lenin alertaba entonces contra


... el intentó de revisar realmente los fundamentos del marxismo, o sea, la teoría de la lucha de clases.


El papel del Estado revolucionario en la defensa de la Revolución con el consiguiente aplazamiento histórico de la ampliación de la democracia, lo vivió Lenin con toda la crudeza de la guerra civil y la intervención militar de las potencias imperialistas recién nacida la República de los Soviets. Las tensiones entre dictadura y democracia las han vivido todas las revoluciones socialistas contemporáneas, frente a un imperialismo que no ha dado ni un día de paz. Los cubanos — con la nada rara excepción de personas como Cobas — bien lo sabemos con medio siglo de bloqueos y agresiones....

Cobas solo presenta un esfuerzo fallido de reargumentar el paradigma formal demoburgués de la democracia liberal, los "derechos humanos" y la "libertad de expresión". No afirmo que el marxismo esté reñido con el democratismo y otros valores positivos procedentes de la filosofía burguesa en su época revolucionaria. De lo que se trata es que Cobas no quiere o no puede ver, que el avance de la democracia socialista tiene su propia dinámica, y sobre todo implica una nueva — en el sentido de radicalmente distinta — construcción:


Nuestra tarea — definía con sabiduría Lenin en "De nuevo acerca de un gabinete salido de la Duma", 1906 — no se limita, en modo alguno, a apoyar las consignas más difundidas de la burguesía reformista. Nosotros mantenemos una política independiente y solo convertimos en consigna nuestra aquellas reformas que interesan incondicionalmente a la lucha revolucionaria, que incondicionalmente contribuyen a elevar la independencia y el grado de conciencia y la combatividad del proletariado... Solamente mediante esta táctica — insistía Lenin — podemos hacer inocuas las reformas (burguesas)... que son siempre de doble filo, siempre hipócritas, que encierran siempre trampas burguesas...


Para Cobas solo valen sus disquisiciones teóricas. Desconoce que para hablar de construcción democrática, de Carlos Marx y Federico Engels a nuestros días, el factor de la práctica ocupa un lugar primordial[6]. No quiere o no puede ver las conquistas realmente sustantivas de la democracia socialista cubana, las formas de democracia directa, de participación y democratismo popular. En ese camino estamos y en el seguiremos avanzando, pues ni en este ni en ningún otro tema, creemos que ya hemos llegado a la cima.

Los revolucionarios de la derrotada Europa socialista, obviaron las alertas leninista y el costo del error ha sido colosal. Con las trampas de la superdemocracia liberal de perestroika y glasnost, el abandono de los instrumentos de lucha de clases por parte de los Partidos, el cerco y la paralización de los Estados como aparatos de desarrollo de la hegemonía socialista... se caminó hacia el caos, la subversión política y la involución histórica. La sociedad de "productores libres, no sometidos al dictad ni del Estado ni del Partido" que en aquellos países proclamaban irresponsablemente los revisionistas de turno, terminó como sociedad sometida al capital, a la explotación del hombre por el hombre: ¿Es este el futuro a que nos invita el supermarxismo de Cobas?


"Ser sin ser": Un antiguo tema

Cobas afirma muy seriamente, que "su pensamiento" e "identificación ideológica" está en lo que escribe. Sus


... textos justamente (son) los que dan fe de su posición ideológica.


Y ello nos debe bastar. Una pretensión de reduccionismo tan rampante, demuestra como el revisionismo y el oportunismo de Cobas está fuertemente arraigado desde la propia "subjetividad" con que se asume como sujeto histórico. Se trata de la vuelta de un antiguo tema de la lucha ideológica del marxismo en torno a la categoría de la práctica: Reaparece con Cobas, el intento tergiversador que pretende reducir la práctica a la actividad intersubjetiva, a la autoexpresión de un sujeto individual[7].

Hay que recordarle a Cobas, la solución que dieron los clásicos del socialismo científico al problema principal de la filosofía, y con él a la comprensión de la práctica en tanto actividad material sensorial humana adecuada a la solución de necesidades e intereses. La conciencia y por supuesto la ideología, no tienen existencia por sí mismas tal como probó Carlos Marx en "La Ideología Alemana" (1845-46). Son el resultado de ese ser social-hombre total "conjunto de todas sus relaciones", en cuya definición se extendió el fundador del marxismo en "Tesis sobre Feuerbach", (1845).

En las citadas obras de Marx — pioneras de la filosofía del socialismo científico — queda suficientemente sustentado que la "forma" de demostrar la unidad de los intereses del sujeto — y en ellos su conciencia teórica de clase — con su sociedad, se da en el mismo proceso objetivo de la producción y reproducción de la vida material y espiritual, en particular en la actividad revolucionaria práctico transformadora.

Al filósofo revolucionario Cobas le basta para ser


"... escribir sobre filosofía y política".


Así cierra el camino — se de pensar a Cuba y la Revolución se trata —, a su propia práctica humana autoconciente y con ello empobrece toda su perspectiva[8]. El filósofo se auto enajena. Esta posición es filosóficamente miserable. Recuerda el debate de Marx con el filósofo pequeñoburgués Pierre J. Proudhon — Miseria de la Filosofía, 1874 —, quien coqueteaba de dialéctico, incapaz de manejar el materialismo histórico y la perspectiva revolucionaria que el marxismo abrió para la economía política.

Desde esta miseria de la filosofía se acomoda y afilia Cobas a la dicotomía que se establece en la academia burguesa — muy fuerte en el mundo anglosajón — entre el scholarship y el commitment. Ni que hablar de la tradición de la intelectualidad cubana. Cobas nunca ha reflexionado sobre la opción definitiva del más grande de los pensadores cubanos. De ser contemporáneo con José Martí, Cobas hubiera estado entre los críticos de su holocausto en Dos Ríos.

Sin el más mínimo intento de ontologizar la práctica, hay que plantearse con seriedad qué es un intelectual revolucionario, y en lo específico qué es ser filósofo o un politólogo, un economista o historiador marxista en la Cuba de hoy.


Ser socialista — afirma Armando Hart — no es solo pensar en abstracto sobre el socialismo, sino también tener en cuenta la imagen que proyectamos de nuestra política, sobre la base de una práctica concreta[9].


Ni la cátedra que imparto, ni el artículo, o el libro que escribí bastan. De muy poco valdrían estos productos literarios o científico-culturales, si no expresaran y multiplicaran mi participación en los más amplios espacios sociales, en sus entramados de relaciones materiales y subjetivas. Es en esa práctica donde se prueban, hacen y rehacen las ideas, en tanto se hace y rehace la vida misma. Esa práctica social en lo fundamental multiplica mi experiencia para nuevos empeños, me forma, y sobre todo me educa. Pero nada de esto resulta importante para Cobas.

Es tanto el filosofismo ciego y rampante de este crítico del socialismo cubano, que incluso hasta desprecia la posibilidad de visitar Cuba y apreciar por sí mismo el Objeto de su ocupación literario-filosófica.

Evidentemente, este adversario del proceso revolucionario cubano, falto de práctica social revolucionaria — aburguesado y amaestrado su revolucionarismo por el capital —, se atrinchera en una críptica criticidad científico filosófica, para buscar en ella una cómoda "exactitud" objetiva que le permita argumentar y demostrar, los errores de nuestro socialismo y sus salvadoras tesis. Precisamente es este posicionamiento el que coloca a tan penitente crítico en la matriz de existencia de todos los revisionistas y oportunistas.

Lenin refiriéndose a la desnaturalización revisionista del marxismo hecha por Kautsky, "La revolución proletaria y el renegado Kautsky", 1918 —, afirmaba:


Por lo que se refiere a las raíces filosóficas de este fenómeno, esto se reduce a una sustitución de la dialéctica por el eclecticismo y la sofística: Qué casualidad! Pudiéramos aquí colocar los caracteres que aparecen al inicio y final de algunas películas: "Cualquier similitud... es pura coincidencia".



Un hombre en pasado

La primera realidad de un revisionista y un oportunista no es filosófica, ni política. Radica en su falta objetiva de optimismo histórico (así se lo expresamos a Cobas en la correspondencia). Los revisionistas y oportunistas por muy "postmodernos" que se nos quieran vender, viven tortuosamente en el pasado, porque son incapaces de disfrutar la vida que corre en el movimiento revolucionario que realmente existe.

¿Cómo se identifica Cobas? Se trata de un individuo que afirma haber "disfrutado" los "logros" de la Revolución. Que afirma haber trabajado modestamente por estos logros durante


... sus años de escuela, de labor profesional y de militancia partidista.


TODO EN PASADO. ¿A qué se dedica ahora? A "analizar" la Revolución "desde acá", y claro su acá refiere a su residencia en Europa. Sobre qué más hace por Cuba, nada dice de sí y de su entorno el señor Cobas. No le interesa que lo conozcamos. A los pobres mortales nos debe alcanzar con su iluminada intelección.

Mientras Cobas piensa, millones de cubanos y cubanas viven sus irrepetibles vidas, enfrentan con honor los avatares de la compleja cotidianidad en la nación, sin perder la sonrisa y el amor, estudian, producen, crean... Pero esto carece de validez para el crítico. Ah, la minoría que delinque, los que roban y malversan, los pesimistas y acobardados que le cuentan sus miedos, los revolucionarios que se equivocan: Estos sin son los (y las) compatriotas objeto de "sus estudios".

Mientras, Cobas sigue dando vueltas y más vueltas en sus cavilaciones filosóficas, en el viejo continente — como en muchas otras partes del mundo —, hay más de treinta asociaciones de cubanos residentes, que desde casi todos los países comunitarios, trabajan intensamente por su patria, vinculados al movimiento de solidaridad[10]. Conozco a muchos de estos compatriotas, no todos profesan mi compromiso político e ideológico, pero sienten que es su deber hacer algo más que aplaudir o discrepar. En estos cubanos corre la risa y la pasión, nunca hablan en pasado, para ellos el trabajo por y con Cuba revolucionaria tienen un presente. Ellos con su patriótico aporte también acercan el futuro ¿Existen estos cubanos y cubanas para el filósofo Cobas?

El trabajo en el movimiento de los Foros Sociales, la labor con las organizaciones, movimientos, iglesias y partidos de izquierda, me ha permitido conocer a otros muchos compatriotas que un día abandonaron nuestra tierra sin entender la Revolución, para reencontrarla definitivamente en las luchas contra el capital y el imperialismo, en el lugar donde decidieron echar sus raíces. Me ha dado mucha satisfacción y orgullo verlos sumergirse en las tareas de sus organizaciones, para hacer avanzar la lucha emancipadora en los pueblos que asumieron como suyos. Admiro la valentía de estos compañeros que no se amilanan y enfrentan el precio de ser revolucionarios activos, lo que significa riesgos bien concretos por "revoltoso" y/o "comunista" al que además se le puede endilgar la acusación de ser "agente de Castro". Estos compatriotas tampoco hablan en pasado. Sienten lo que hacen — y definitivamente es así — como su marcha unida al día-día de los que aquí peleamos por un futuro mejor.


La actitud frente a la Revolución

Cuando Lenin trataba el tema del envilecimiento del marxismo por los oportunistas — El Estado y la Revolución, Capítulo VI, 1917 — precisaba como en general el problema de la actitud frente a la Revolución era un tema que los teóricos y publicistas de la II Internacional (1889-1914)


... se habían esforzado por eludir o no (lo habían) advertido.


Tal parece que esta situación se repite ahora con el marxismo de Cobas. El extrañamiento de la realidad objetiva y de la praxis de la lucha revolucionaria, el intelectualismo y filosofismo de este adversario de la Revolución Cubana, compite con aquellos militantes de los partidos socialdemócratas que a principios del Siglo XX, rindieron su marxismo frente a los intereses del capital. Y por supuesto si de actualizar ese escenario europeo se trata, es evidente la plena identidad de Cobas con quienes tras el derrumbe de la URSS y el campo socialista, abandonaron el socialismo científico y las posiciones de izquierda y emigraron hacia los centros y las derechas.

Estoy convencido que Cobas nos entendería mucho mejor, si empleara una parte de su tiempo y energías, en luchar porque ese socialismo y esa democracia con la que sueña, se concrete en España, Alemania o Polonia, en cualquier país de la Europa que recorre. ¿Por qué su sapiencia marxista no la emplea también en colaborar con quienes en Europa, luchan por rescatar el marxismo revolucionario como alternativa de organización y combate? ¿Por qué no se mete de lleno a organizar un sindicato, una organización, una célula revolucionaria para cambiar el status capitalista en alguno de esos países? Esa precisamente es la tradición de nuestra emigración revolucionaria: La de Pablo de la Torriente Brau, que acudió a la defensa de la República Española, ingresó en las filas del Partido Comunista Español, y dio su vida como comisario político. La del joven comunista Enrique Vilar, comandante de un batallón del Ejército Rojo, caído en combate por la liberación de Polonia.

Si Cobas tuviera práctica de lucha concreta, comprendería que


... donde cambia el aspecto de la cuestión es cuando hay que practicar las frases. Entonces se da uno cuenta del gran abismo que va de la realidad a la teoría[11].


Desde tal realidad pudiera Cobas reevaluar su propia intelección, comprender las limitaciones e inconsecuencias de su revisionismo oportunista. Por esta vía de seguro que comprendería los retos de pelear el socialismo en las circunstancias concretas de nuestro país. Entendería porque José Carlos Mariátegui afirmaba para su tiempo y todos los tiempos, que el socialismo es eminentemente estudio fertilizado por la audacia: "creación heroica".





Notas

  1. http://lapolillacubana.wordpress.com/2009/05/08/polemica-epistolar-iii-parte/.
  2. http://www.kaosenlared.net/noticia/cuba-controversia-politica-i.
  3. Fidel Castro Ruz: Ideología, conciencia y trabajo político.1959-1986, Editora Política, La Habana, 1987, p. 31.
  4. Ver: Jesús P. García Brigos y otros: Las contradicciones esenciales del desarrollo de la sociedad cubana contemporánea, Instituto de Filosofía, La Habana, 1990; Miguel Limia David: "Las contradicciones esenciales de la sociedad cubana contemporánea", Revista Cubana de Ciencias Sociales, La Habana, No. 25, Año IX, enero-junio de 1991, pp. 81-108.
  5. Ver entre otros: Thomas Meyer: El Socialismo Democrático. 36 tesis, Forschungsinstitut der Friedrich- Ebert -, Stiftung, 1982.
  6. Ver: August H. Nimtz, Jr: Marx and Engels. Their Contribution to the Democratic Breakthrough, State University of New York Press, Albany, 2000, p. 305.
  7. Ver: Rigoberto Pupo Pupo: "La lucha ideológica contemporánea en torno a la categoría de la práctica", en Colectivo de Autores: Estudios sobre aspectos de la lucha ideológica en Cuba: Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, 1985, pp. 142-164.
  8. Ver: István Mészárov: La teoría de la enajenación en Marx, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2005, p. 198.
  9. Ver: Armando Hart: Prólogo, en Antonio Gramsci: Gramsci y la filosofía de la praxis, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1997, p. XX.
  10. Ver: Eurocubanos: http://www.eurocubanos.eu.
  11. Julio Antonio Mella: Mella. Documentos y Artículos, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975, p. 200.








Página enviada por Felipe de J. Pérez Cruz
(25 de marzo de 2009)


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