Sobre cuándo las tropas invasoras de los Estados Unidos y de sus aliados saldrán de Irak, se habla y se continuará opinando, sin que todavía se pueda hacer un pronóstico preciso. Creo, sin embargo, que el cuándo no es lo más importante, sino cómo saldrán.
La retirada pudiera ser dentro de uno, diez o cien años, y el resultado sobre cómo saldrán será el mismo: derrotados. Pues el tiempo de la conquista no significará nunca la magnitud de una victoria legítima. Sin embargo, bastará que el sentimiento de odio y antipatía de los dominados sea generalizado, que exista conciencia sobre que los ocupantes son enemigos a los cuales se debe resistir tenazmente un día tras otro hasta desgastarlos, para que la derrota sea evidente y real. Si bien se puede afirmar con absoluta certeza que saldrán derrotados, vale la pena profundizar sobre todo lo que lleva implícito ese cómo llamado derrota.
A pesar de su inmenso poderío y de haber provocado pérdidas cuantiosas y desproporcionadas en vidas y recursos materiales de Irak, las tropas norteamericanas y aliadas, militares y civiles, saldrán con pérdida significativa en vidas. El luto llegará también al pueblo norteamericano multiplicado en muchos más miles de padres, hijos, esposos y esposas, hermanos, parientes, amigos y vecinos de los caídos. También llegará el luto, en menor cuantía, a los pueblos cuyos gobernantes decidieron acompañar a Bush en su nefasta aventura invasora.
Saldrán las tropas invasoras anatematizadas por el genocidio practicado, que hoy se calcula en más de 600 mil iraquíes muertos. Muchos invasores, vaya usted a saber cuantos, saldrán calificados como criminales de guerra de lesa humanidad.
Saldrán como ejecutores de actos condenados por los pactos internacionales de derechos humanos y del derecho humanitario. Asesinato, violaciones, torturas, irrespeto y afrenta a las creencias, valores y dignidad de las personas y de las nacionalidades, persecuciones, cacerías, secuestros, desapariciones, exterminios, terrorismo, destrucción de hogares y ciudades.
Saldrán como entronizadores del terror, la ilegalidad y tropelías infinitas, incluyendo secuestros internacionales, cárceles secretas y cárceles de nuevo tipo o territorios amurallados, desconocimiento de los derechos de los detenidos y de las normas de tratamiento justo y civilizado.
Saldrán como soldados que con sus botas violaron principios sagrados de los pueblos como son la independencia, la soberanía, la autodeterminación y la paz, cumpliendo los dictados de la potencia imperial que desató una guerra ilegal e injustificable a pesar de la protesta del mundo y del propio pueblo norteamericano.
Saldrá heridos físicamente: sin piernas, sin brazos, tuertos y ciegos, en fin, con mutilaciones físicas diversas.
Saldrán traumatizados sicológicamente: ya sea con mentalidad de asesinos y torturadores, con sentimientos de odio, de miedo, de terror, de desconfianza, de culpa, de suicidio. En fin, saldrán con penas del alma que durante sus existencias quizás nunca sanarán. Padecerán de recuerdos y de pesadillas horribles.
Saldrán con pérdida o modificación de valores humanos esenciales que quizás los lleve o ya los han llevado a la autodestrucción (suicidio) y a la destrucción de sus familias o de otros ciudadanos (homicidios individuales o colectivos).
Saldrán con un sentimiento de haber sido engañados, de haber defendido intereses espurios de una clase política y de un gobierno mediocre y estúpido, pero criminal, de la inutilidad y de lo indefendible de la guerra librada. Saldrán defraudados y con las vendas de la patriotería caídas. Saldrán con el heroísmo y el patriotismo herido, por la traición de sus propios gobernantes. Los arrepentidos serán humanamente bien aventurados. Los fieles creyentes de las conquistas imperiales, seguirán siendo una amenaza para el pueblo norteamericano y la humanidad.
Saldrán acompañados de todas las mentiras propaladas por el gobierno norteamericano sobre las causas sobre la guerra, sobre fantasiosos rescate de soldados y heroínas, sobre supuesta muerte heroica en combate, sobre los show propagandísticos, sobre los miles lados claro y oscuro de la guerra y su consecuencia.
Saldrán con un record absurdo de afectación económica para su país, que será culpa del gobierno de los Estados Unidos. Los costos económicos ascenderán a miles de millones de dólares, a fin de mantener los gastos diversos de la guerra y, por supuesto, la corrupción galopante de todos los tipos de funcionarios y de las empresas ligadas a los intereses gubernamentales. ¿Cuántos costará esta aventura a la economía iraquí?
Saldrán como victimas o victimarios del llamado "fuego amigo", incluyendo a soldados y hasta periodista.
Saldrán con cientos de desertores que por sus razones legítimas de no ser partícipes de un crimen, más que condena merecen honor.
Saldrán con un sentimiento contrario y de condena de hombres y mujeres de todos los pueblos del mundo, que en nombre de la paz y los principios que rigen en las Naciones Unidas, se han opuesto desde el principio o en etapas posteriores a esta guerra absurda que aplicó el terrorismo más ignominioso y brutal en nombre de un supuesto y engañoso combate contra el terrorismo "made in USA".
Saldrán repudiados, condenados, odiados, denunciados, castigados por sus actos.
Pero en fin sólo ellos individualmente, los soldados y oficiales, sabrán en lo más íntimo como realmente saldrán, según sus vivencias y valoraciones, aunque jamás lo confiesen.
En resumen los invasores de Irak saldrán desmoralizados y derrotados desde cualquier punto de vista que estos hechos sean analizados. Una vez más la historia confirmará que los conquistadores no han tenido ni tendrán futuro.
"Remenber that, conquerors and soldiers of fortune in other lands!">
Página enviada por Wilkie Delgado Correa
(23 de julio del 2007)
Wilkie Delgado Correa
Doctor en Ciencias Médicas
Profesor Consultante y Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas
Escritor y periodista