Con dolor he recibido la noticia reciente y pienso que un estupor recorre el mundo ante la noticia increíble de que la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos se ha negado a conocer a profundidad la verdad de los Cinco Héroes cubanos. Con ello convalida el proceso amañado e injusto que condenó a estos cinco antiterroristas cubanos a condenas que, como dice el dicho, lloran ante los ojos de Dios. Es un acto dictado por una venganza política en que la ceguera e insensibilidad de este nivel del sistema de justicia norteamericano ha actuado en forma consecuente para cohonestar la decisión de los otros niveles.
Aunque se sabía que la elección de la Corte era impredecible, había quizás una remota esperanza que en ese nivel existiera un mínimo de cordura, de alteza moral, de sapiencia jurídica, de desprejuiciado ejercicio de la justicia. Además, era un caso excepcionalmente merecedor de que la apelación encontrara oídos receptivos, pues se trata de una causa que está respaldada por personalidades y organizaciones de todo el mundo que representan a los mejores valores de la humanidad. Rechazar esta causa con tanto acompañamiento es signo de menosprecio y burla que no tendrá justificación jamás.
¡Triste el papel de la justicia norteamericana con la decisión de la Corte en esta fecha! Se llena de infamia, una vez más, este instrumento mayor de la justicia estadounidense. Ni los cambios prometidos por Obama en la realidad de los Estados Unidos han podido modificar una actuación en la cual no estuviera presente el espíritu de venganza contra Gerardo, Antonio, Ramón, René y Fernando. Duele tener que reconocer que en este mundo la injusticia aún se impone con su manto criminal.
Pero los ilustres magistrados de la Corte Suprema y los políticos y el gobierno de los Estados Unidos deben saber que esta ha sido una decisión indigna que cubre de lodo el prestigio de la nación norteamericana, y que la humanidad que hoy ha sido burlada no se cansará en su lucha denodada para que un día impere la justicia que hoy le ha sido escamoteada escandalosamente. Esta lucha no terminará hasta la liberación de los cinco cubanos presos y el prestigio de los Estados Unidos y de sus instituciones representativas se hará polvo ante la contundencia de las denuncias y los reclamos que se continuarán haciendo en defensa de la humanidad y de estos hijos honrosos.
Wilkie Delgado Correa
Doctor en Ciencias Médicas
Profesor Consultante y Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas
Escritor y periodista
Página enviada por Wilkie Delgado Correa
(15 de junio de 2009)