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Héroes: Atlanta junto a Miami en la revancha de la injusticia contra Gerardo Hernández Nordelo
Wilkie Delgado Correa
Si Emilio Zola hubiera vivido en estos tiempos y hubiera conocido el caso de los 5 Héroes cubanos y, en especial, las condenas aplicadas a Gerardo Hernández Nordelo por la jueza del Tribunal Federal de Miami y ratificadas por el Onceno Circuito de Apelaciones de Atlanta, su Yo Acuso famoso, justiciero y reivindicador en el caso de Alfred Dreyfus, hubiera estado dirigido a la conciencia del mundo y de los Estados Unidos para defender con la pasión de sus argumentos la inocencia de todos ellos y en particular de Gerardo, y para poner en la picota pública la atroz injusticia que hasta ahora han cometido tanto el gobierno como el sistema de justicia norteamericanos.
Cuando se ha cumplido diez años de una prisión injusta y se acaba de ratificar la condena de Gerardo a dos cadenas perpetuas más quince años, uno no puede menos que pensar en el odio mezquino que entraña la revancha contra este ser humano transparente como el rocío y con un alma noble y pura como la de un ángel o la del artista humorístico que es. Las autoridades norteamericanas no han tenido ni un átomo de piedad para ninguno de los cinco Héroes, y mucho menos para Gerardo. ¡Qué clase de estoicismo ha debido poseer para soportar durante diez años el peso de la atroz condena, dictada por primera vez en Miami y ahora ratificada en Atlanta! Como ha expresado el abogado Roberto González, hermano de René, en el caso de Gerardo
"... fue demasiado injusto, la manipulación, el miedo; demasiado absurdo descargar en un hombre tanto odio por una cosa con la que no tiene absolutamente nada que ver".
"Es un juego, da la magnitud del desprecio que se siente por la vida de los demás, de quienes no se doblegan, ni se someten, porque si se hubieran sometido no hubiera pasado nada".
"El abogado de Gerardo le dijo a su mamá, que Gerardo era un santo, porque nunca había visto a una persona que resistiera tanto odio contra el desde tanto humor".
Y es una razón más para admirarle ese heroísmo rebelde que reflejó con una dignidad sin límites en su alegato, al expresar ante el tribunal su más firme convicción:
"Su señoría, la Fiscalía considera, y así lo ha pedido, que debo pasar el resto de mi vida en una cárcel".
Confío en que si no es en éste, en algún otro nivel del sistema, la razón y la justicia prevalecerán por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza y se comprenderá que no hemos hecho ningún daño a este país, que merezca semejante condena. Pero si así no fuera, me permitiría repetir las palabras de uno de los más grandes patriotas de esta nación, Nathan Hale, cuando dijo:
"Sólo lamento no tener más que una vida para entregar por mi patria".
Como se aprecia en la voz de este patriota verdadero, nada hay en Gerardo de ese "torvo espía", de "... ese criminal personaje condenado por conspiración para cometer asesinato y atentar contra la seguridad de Estados Unidos", esa imagen falsa que han tratado de imponer la propaganda y el vilipendio de la fiscalía, el gobierno y los tribunales y contraponer a la verdadera imagen límpida de Gerardo, el más castigado y mancillado de los 5 Héroes. Porque además de la condena atroz, se le ha privado cruelmente durante diez años de la visita de su esposa Adriana, una condena adicional de tipo estatal que le niega la visa para esta visita, que analizada desde los puntos de vista legal y moral, tienen derecho ambos tanto a la luz de los derechos humanos como de los derechos humanitarios. Las razones esgrimidas, al igual que en el caso de Olga, la esposa de René, constituyen un insulto a la razón y al sentido altruista de la política a nivel nacional e internacional. El gobierno de George W. Bush coloca así a los Estados Unidos en una triste posición al practicar una política cavernaria e inhumana contra seres humanos que son admirados y defendidos en el mundo entero. ¿Hasta cuando los Estados Unidos, como gran nación, podrá acumular tanto desprestigio y encono por el daño gratuito que ocasiona a individuos y pueblos? ¬ Ninguna grandeza basada en el poderío de la fuerza bruta podrá resistir la autodestrucción que se origina por la práctica inmisericorde y continua de malas acciones contra los demás. El pueblo de los Estados Unidos debe despertar, debe resistirse a exhibir una imagen de cowboy o ranger todopoderoso, ante el mundo, pues estos no son tiempos para andar de falsos reyes magos o de supermanes. Estados Unidos debe andar con el mundo, y no contra todo el mundo ni contra una parte de él.
Esperamos y confiamos que, como señalara Gerardo, ya que no ha sido en la Corte de Atlanta, en algún otro nivel del sistema de justicia norteamericano, cuya máxima instancia es la Corte Suprema de Justicia, la razón y la justicia prevalecerán por encima de los prejuicios políticos y los deseos de venganza y se comprenderá que Gerardo y los cinco Héroes no han hecho ningún daño a los Estados Unidos, que merezcan semejantes condenas.
Wilkie Delgado Correa
Doctor en Ciencias Médicas
Profesor Consultante y Profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas
Escritor y periodista
Página enviada por Wilkie Delgado Correa
(19 de septiembre de 2008)
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