- Jesús Ayala, Olorí Merín Aronigunlu Ní Ozaín;
- Pedro Pablo Duarte, Olorí Mesecam Forí Leso Ní Ozaín;
- Leopoldo Augusto Lay, Olorí Mesecam Gunlu Ocuín Ni Ozaín;
- Lázaro Sahún, Olorí Mesecam Debbua Ocuín Ní Ozaín;
- Dagmar Cordero, Olorí Mesecam Arono Akarin Ní Ozaín;
- Maikel Trillo, Olorí Mesecam Aarón Leso Ní Ozaín.
La Regla de Ozaín es un culto milenario que de hecho rigió los destinos religiosos de una buena parte del continente africano durante unos 3 000 A.C., según los Sobas (sumos sacerdotes de la Regla de Ozain).
Prueba de esto, es el esplendor alcanzado por algunas naciones que sostuvieron relaciones mercantiles y religiosas con Dahomey país del occidente africano en el cuál, los mandingas establecieron su imperio.
Más al norte, Cartago fue una de las naciones, la cual llegó a convertirse en un gran imperio. El vínculo establecido desde el punto de vista religioso se manifiesta todavía en las ruinas de lo que fue una magnífica ciudad, donde se pueden observar uno de los símbolos más
importantes de la Regla de Ozaín que sin duda alguna, los cartagineses llevaron a su tierra y usaron en cada una de sus casas con el fin de alejar o exorcizar demonios.
Por otra parte, los viejos Sobas (sumos scerdotes) de la Regla de Ozaín extiéndase los Ala Wowwo u Olorí que habitan en el Congo, hablan y cuentan en sus historias pletóricas de una rica tradición oral, de un extranjero que llegó a su tierra, desde el otro lado del mundo, que presentaba los ojos rasgados y tenía en su poder un pergamino donde estaba dibujado el continente que había descubierto. Estas tierras se encontraban al suroeste cruzando el gran océano que baña las costas del Congo.
Su nombre fue registrado de forma oral de generación en generación por los ancianos y fue el primer extranjero en cientos de años de existencia de esta regla, que fue consagrado como Olorí.
Su nombre era SENG HEN y era chino, navegante y aventurero.
Los Sobas lo hicieron Olorí por haber descubierto las tierras en las cuales 100 años después, sus descendientes sufrirían, vivirían, morirían y renacerían. Esto lo predijeran los oráculos aproximadamente por lo años 1418 D.C.
Esta información propagada por la oralidad africana, arribó a Cuba con los esclavos del Congo y se encuentra preservada en la tradición de la Regla de Ozain. Recientemente los medios de prensa de diferentes países e internet, reportaron la presentación en Beijing y Londres un antiguo mapa chino que podría revolucionar la visión de la historia universal. Si se confirma que éste se basa en una cartografía de 1418, se probaría que la dinastía Ming llegó a América por lo menos siete décadas antes que Colón.
Este es un mapamundi que habría sido hecho 104 años antes de que Elcano culminara la primera circunnavegación europea al planeta, iniciada por Magallanes. Aparece toda Sudamérica no sólo antes de que Pizarro llegara al Perú y Ecuador (1532) y Almagro a Bolivia y Chile (1535-37), sino incluso medio siglo antes de que los incas del Cusco avanzaran hacia la costa y conquistaran la mayoría de lo que fue su imperio (el que se extendería desde el sur colombiano al norte argentino).
Ciertamente que hay muchos errores y deformaciones. No están las actuales islas británicas y la península de California se dibujo como una isla. No se destacan los golfos Pérsico y el de México. Sin embargo, esta sería la mejor cartografía de esta época, donde se pueden leer en los caracteres chinos que Australia está poblada por gente de piel oscura y las Américas por pueblos de tez rojinegra que llevan plumas.
Este mapa indica que fue dibujado por Mo Yi Tong en 1763, copiado a su vez de uno que fuera del emperador Yongle de 1418. El coleccionista que adquirió esta antigüedad por 500 dólares en Shanghai se dio cuenta de su importancia al tomar conocimiento del libro "1421: el año en que los chinos descubrieron al mundo", de Gavin Menzies, publicado en el 2003.
El culto de Ozain fue una regla muy "sui géneris" en África. Sus seguidores, 2 000 A.C. protagonizaron la Gran Guerra Santa, liderada por Hunon Dagboel, Ala Wowwo de origen Hula (etnia bantú). Fue el hombre que humanizó este culto, pues prohibió los sacrificios humanos.
Desde entonces, los ritos se basan en rezos y cantos, apenas existen sacrificios de animales, excepto cuando se va a realizar una ceremonia suprema (Yezam) para iniciar a algún Olorí.
Podríamos afirmar que es una regla ecológica pues sólo se utilizan plantas medicinales y en ocasiones aves domésticas.
Esta culto jugó en Cuba un papel fundamental hasta el año 1902 en que la naciente Regla de Ifá cobró fuerza, por lo cual, comenzó a verse como tabú. Los Oloríes ya viejos fueron retirándose a los campos con sus secretos y sabiduría.
La Regla de Ozaín incursiona en todas y cada una de los cultos africanos. Posee 324 Ozawas (caminos) no tiene límite de prohibición de Ozawas, puede decomisar algunos de ellos funestos.
Posee un oráculo adivinatorio compuesto por 15 tableros, además de la conocida Guía y el Onishé de Ozaín (resguardo), entregados por los Oloríes. Existen varios poderes que también se entregan (en la ceremonia suprema o Yezam), por ejemplo: Dobbo, Yekun, Odduanoo, Opanije, etc., incluyendo a la Deidad Suprema que es Olofin.
Posee también tres criptografías (tipos de escrituras).
En la Regla existen varios grados o niveles de sacerdocio:
- El Sumo Sacerdote es el Ala Wowwo Mesecam Meyé, el cual posee todos los poderes y sortilegios mágicos;
- Los Olorí Mesecam, el cual es próximo en jerarquía al anterior, tiene todos los poderes, menos Olofin;
- Los Olorí Merín, que tienen todos los poderes, pero no los pueden entregar;
- Los Odduanoos, sacerdotes honorarios;
- Los Alawo Dobbanos, del principado en Ozain.
En Cuba hasta el momento solo existe un templo que es practicante de esta regla: "Orí Eiyé Keiyé". El cual posee un Ala Wowwo, seis Oloríes, cinco Dobbanos, seis Dobbanas y diez Odanos (personas que se juran en Ozain, el primer paso para entrar en la Regla, entre hombres y mujeres), e infinidad de fieles al culto.
Ya se han escrito tres libros referentes a estos temas, el tercero ya se encuentra en fase de terminación. La edición se efectuará al concluir este último.
Este es un culto, que fundamenta su trabajo en rezos, cantos y conjuros. El sacrificio de animales es esporádico y motivado por los hechos antes expuestos (la ceremonia de Yezam y otras).
El objetivo de sus fieles y sacerdotes es el de revitalizar este culto ancestral por la importancia que reviste en el contexto social, pues no necesariamente el practicante o iniciado, debe haber sido amparado por otra Regla o Sacerdocio.
Por otra parte, se adjuntan varios aspectos gráficos de algunos Oráculos y poderes de esta Regla así como también, la simbología de un Ala Wowwo Mandinga en un Yezam (Ceremonia Suprema del Sacerdocio) en el templo "Orí Eiyé Keiyé".