Cuba

Una identità in movimento

El Museo Antropológico Montané y la comunidad universitaria

Armando Rangel RiveroDanay Ramos Ruiz



La historia de nuestra Antropología, se inicia en 1874,
con la llegada a Cuba de un médico inteligente
que recibió el espíritu de la Sociedad Antropológica de París
y estudió en su Laboratorio y Museo
(…) me refiero al Dr. Montané
(Dr. Arístides Mestre Hevia).


Introducción

El Museo Antropológico Montané, de la Universidad de La Habana, es la institución científica de su tipo más antigua del país. Sus colecciones están conformadas por piezas pertenecientes a las culturas prehispánicas que poblaron Cuba y el continente americano. Además posee exponentes de la cultura material de Europa, Africa y Oceanía.

Una vez instaurada la Cátedra de Antropología y Ejercicios Antropométricos en la Facultad de Letras y Ciencias, se inauguraba el Museo de Antropología de la Universidad, con el objetivo de desarrollar las clases prácticas, cursos y conferencias a estudiantes y público en general. Es importante señalar que desde el siglo XIX, se gestó la idea de crear un museo de antropología que atesorara todos los objetos pertenecientes a las sociedades comunitarias.

Su fundación data del 29 de junio de 1903. En esta fecha el Rector de la Universidad de La Habana firmó el acuerdo de la Facultad de Letras y Ciencias, de que el Museo Antropológico de la Universidad, llevara el nombre de Montané. Sus compañeros de la Facultad, a través de su Decano, Evelio Rodríguez Lendián, enviaron una proposición al Rector, quien la aprueba, el 30 de junio de 1903.En ella, se lee:

La Facultad de Letras y Ciencias en su sesión de este día acordó proponer a usted; se denomine el Museo Antropológico de esta Universidad "Museo Antropológico Montané". Toda vez que su creación, la adquisición de valiosos objetos que en la misma existe y el especial brillo en la enseñanza de la antropología se debe exclusivamente, por un lado, a la particular iniciativa del doctor Montané y por el otro, a su reconocida competencia dentro y fuera del país en esta materia.

Luis Montané Dardé nació en La Habana en 1849, y fue llevado por sus padres a Francia donde se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras en la Facultad de Tolosa y en la de París. A los quince años era miembro titular de la Sociedad Antropológica de París. Se formó como médico y antropólogo en la Escuela de los profesores Paul Broca y Ernest Hamy. Fue alumno además de Armand Quatrefages.

Llegó a Cuba en 1874 y de inmediato se incorporó a la Real Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de La Habana, donde organizó la Sección de Antropología. Tuvo a su cargo la fundación de importantes sociedades como la de Estudios Clínicos de La Habana y la Antropológica de La Isla de Cuba. Dirigió todos los programas de Antropología en la Universidad y representó a Cuba en los Congresos de Mónaco, Ginebra y Buenos Aires. En 1921, después de haber culminado su labor como docente en Cuba, ocupó la Presidencia de la Sociedad Antropológica de París.

Los museos antropológicos poseen un amplio campo de acción multidisciplinario, en ellos se muestra el legado material y espiritual de diversas comunidades y sociedades. Debemos tener presente que la Antropología, no es sólo el estudio del hombre por sus características físicas como animal, sino también los rasgos no biológicos que denominamos cultura.

La Arqueología, como ciencia que explica la vida de las culturas que nos han precedido en el tiempo, sirve para entender y exponer las riquezas artísticas de asentamiento humanos. Por su inagotable atmósfera, logra fundirse armónicamente con otras ciencias como la Museología. Esto permite que, el trabajo de campo, el laboratorio y la búsqueda intelectual, interactúen en el valioso análisis que define las piezas que van a formar parte de las colecciones de un museo. En nuestro caso, aborda las culturas prehispánicas que habitaron la mayor de Las Antillas y el Caribe.

En la museología antropológica se establece una frontera: por una parte, la obra expuesta por su valor artístico, científico e histórico, y por la otra, el concepto antropológico/arqueológico por el cual fue llevado a la institución. Sin embargo, no logramos percatarnos de que todos estos aspectos sean hilvanados a la hora de expresarles al público el significado del objeto que observan, bien en las salas del museo o en el catálogo que llevan consigo cuando abandonan el recinto.

Los círculos de interés de las escuelas, conferencias, talleres y simposios que se organizan, muestran la dinámica del patrimonio antropológico. El público exige de forma distinta el conocimiento de una obra que permanece en equilibrio, reposo y armonía detrás de una vitrina.

Las obras expuestas en el Museo Montané, son el resultado de más de un siglo de trabajo de campo. Distintas generaciones de arqueólogos y antropólogos cubanos y extranjeros han recorrido el archipiélago para conformar la mejor muestra del patrimonio prehispánico que posee el país. El prestigio alcanzado en la especialidad ha colocado al Museo al frente de la Asociación Latinoamericana de Antropología.

Los objetivos de trabajo del museo siempre han estado encaminados a la docencia universitaria y la extensión cultural para la comunidad; y ha servido como centro de referencia para la creación de otros museos en Cuba, el Caribe y América.


El Museo Montané en la Universidad

La Habana decimonónica se fue convirtiendo en una ciudad en la que cada vez se iban creando mayor número de instituciones científicas y culturales; éstas, acompañadas de libertades de asociación, aumentaron la participación en la sociedad de los sectores medios y altos en la vida nacional.

Desde principios del siglo XIX, aparecieron centros de cultura, debates y polémicas: la Escuela de Pintura y Escultura de San Alejandro(1818), el Museo de Anatomía Descriptiva(1823) y las transformaciones en la enseñanza universitaria provocadas por la secularización de la misma, fueron algunos de los acontecimientos que conformaron las aspiraciones de una ilustración que había despertado a finales del siglo XVIII.

En las actas de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba se puede leer el deseo de crear un Museo de Arqueología. El 16 de diciembre de 1883, Antonio Bachiller y Morales expresó

... que poseyéramos un museo de arqueología aunque fuese muy inferior a los de Washington, Copenhague, Londres y otros...

Ya por entonces existía la preocupación de exponer diferentes piezas de arqueología cubana que habían sido encontradas en las expediciones de Francisco Jimeno Fuentes (1825-1890) y Miguel Rodríguez Ferrer (1815-1889).

El Museo Antropológico Montané de la Universidad de la Habana, se ha nutrido en sus noventa y cinco años de existencia de las Antigüedades encontradas a lo largo y ancho del territorio cubano, esto enriquece el contexto universitario y la población que lo circunda. La riqueza acumulada en el museo adquiere un valor social más útil, pues no sólo es material docente, sino que forma parte del contexto extra universitario. La comunidad es parte activa del conocimiento de los asentamientos prehispánicos que habitaron Cuba.

Desde su creación se ha estructurado a partir de diferentes conceptos. Las colecciones, por su naturaleza, se han dividido en: Antropología zoológica, Antropología física, Prehistoria europea, Etnología del antiguo continente, Etnología americana y de Cuba; y Aborigenes de Cuba y de Las Antillas. El Museo Antropológico Montané en su primera etapa estuvo bajo la responsabilidad de los doctores Luis Montané Dardé y Arístides Mestre Hevia.

El Museo ha obtenido sus colecciones por diversas formas de adquisición de bienes muebles. Entre la multitud de donativos se encuentran los hallazgos de las expediciones arqueológicas realizadas por eminentes figuras como: Miguel Rodríguez Ferrer, Luis Montané Dardé (1849-1936), Carlos de La Torre Huerta (1858-1950) y Juan Antonio Cosculluela(1884-1950) en las más diversas regiones de país. Estas se efectuaron entre 1847 y 1915. Años después varios científicos norteamericanos trabajaron en la Isla, pero los que con mayor fuerza lograron excavar y publicar sus obras fueron tres: Mark R. Harrington, Cornelio Osgood; e Irving Rouse.

La promoción de actividades científicas siempre fue un objetivo de trabajo, diversos cursos de verano, expediciones y la responsabilidad de hacer una campaña de cultura por la naturaleza, han formado parte del programa del Museo. En el año 1937, por Decreto Presidencial No 3057, se crea la Comisión Nacional de Arqueología, cuya sede fue el Museo Antropológico Montané. La misma editó trimestralmente la Revista de Arqueología que tuvo gran importancia para el conocimiento y divulgación de los temas arqueológicos

En la búsqueda de una escuela cubana de arqueología y Antropología se organizan otras expediciones, encabezadas por los doctores Carlos García Robiou (1900-1960) y René Herrera Fritot (1895-1968). Se deben destacar otras personalidades como: Fernando Ortiz Fernández(1886-1969), Manuel Rivero de la Calle y Ramón Dacal Moure, que incursionaron en temas diversos: cultura negra y raza, osteología, crecimiento y desarrollo de la población cubana, y el estudio de las costumbres, industrias de las comunidades prehispánicas y el trabajo de campo.

Durante la década del cincuenta el Museo permaneció inactivo por más de cinco años, esto se vinculó al cierre de la Universidad por la situación política del país; su reapertura ocurrió el 9 de junio de 1962. Su inauguración coincidió con la creación del Instituto de Antropología de la Academia de Ciencias. El museo puso al servicio de los estudiantes e investigadores una biblioteca con cientos de folletos y libros sobre la temática arqueológica y antropológica.

No debemos olvidar que con las investigaciones del Dr. Antonio Núñez Jiménez (1923-1998), fundador y Presidente de la Sociedad Espeleológica de Cuba, se lograron impulsar los estudios sobre la antigüedad del hombre en la Isla, pues correspondió a él excavar en la región de Seboruco — sitio más antiguo 6000 AP y hacer su exposición por vez primera en el Museo Antropológico Montané.

La institución atesora piezas únicas de su tipo en el Caribe. Entre ellas se encuentran el Idolo del Tabaco y el Idolo de Bayamo. El Idolo de Bayamo fue depositado en el Museo en 1848 por el geógrafo español Miguel Rodríguez Ferrer, aporte que marcó el inicio de las colecciones de Prehistoria cubana en el Museo Antropológico Montané. Esta pieza constituye desde entonces el número uno en el Catálogo general.

El Idolo del Tabaco fue encontrado en la finca Chafarinas, Gran Tierra de Maya, Maisí, provincia de Guantánamo; Casiano E. Lores Lambert se lo entregó a Tomás Estrada Palma el 6 de enero de 1906, veintiséis días después éste lo donaría al Museo Antropológico Montané.

La institución universitaria cuenta con una valiosa colección de la industria lítica perteneciente a la cultura Preagroalfarera, esta comunidad de cazadores, recolectores y pescadores habitaron todo el archipiélago y ha sido clasificada en dos aspectos: Guayabo Blanco, con un nivel alto de desarrollo de la industria de la concha y Cayo Redondo, cuyas áreas exploró el arqueólogo norteamericano M.R. Harrington. El académico se percató que este grupo poseía el conocimiento de cómo pulimentar las bolas, los corazones y las dagas líticas.

Otra muestra importante es la que está dedicada al estudio de las comunidades Protoagrícolas, caracterizada por una industria microlítica, con cerámica rudimentaria y muy temprana. Las regiones de Cuba que son más valoradas por los estudiantes en las conferencias que reciben son: Canimar en Matanzas y Nibujón en Baracoa.

La cultura Agroalfarera es la de mayor representatividad. Integrada por una valiosa colección de vasijas y tiestos de barro, algunos de ellos decorados con símbolos geométricos, zoomorfos y antropozoomorfos contribuyen a una adecuada explicación sobre el origen y desarrollo de la cerámica en La Antillas. Hay que sumar la colección de hachas petaloides y atípicas entre las que figuran las enmangadas, de una factura monolítica excelente. Los collares, colgantes, dentaduras y pectorales taínos, resumen el quehacer de una cultura que sólo fue precedida en el tiempo por los europeos que realizaron la conquista/colonización.

Con el amplio programa de estudio de las facultades de Artes y Letras e Historia y Filosofía se ha tenido que variar el concepto de la exposición, incrementándose nuevas vitrinas donde se pueda apreciar la colección, Nazca, Chimú, Chavín y Chancay del Perú; de México las piezas pertenecientes a las culturas Tolteca, Azteca, Totonaca, Mayas, Zapoteca y Mixteca. Es significativo el trabajo que hacen los estudiantes de la carrera de Historia al abordar desde la exposición museológica los valores de los diferentes estadios de la Prehistoria Europea.

En 1962 el Museo Antropológico Montané inició un proceso de especialización debido a requerimientos nacionales y a las nuevas políticas adoptadas por la Universidad de La Habana. A partir de 1963 el Museo se incorporó al movimiento de renovación cultural llevado a cabo en el país; vinculándose a ciclos de exposiciones sobre el hombre, las civilizaciones y su desarrollo en los más diversos ámbitos geográficos. Entre las muestras exhibidas están: Prehistoria de Europa, Arqueología de Cuba, Cerámica peruana, Arqueología de las Antillas, Cultura Maya, Cultura Taína (reproducciones pictográficas de aborigenes de Cuba); Exposición de fotografías de esculturas romanas del Templo de Mitra; Tejidos de la India, etc.

En 1969 la sala de la institución recibió una total reorientación hacia la arqueología cubana, con la exhibición de piezas representativas de los principales componentes de la cultura material de nuestros primeros pobladores.

Durante estos años el Museo se interrelacionó con especialistas de Europa del Este. Estos lazos de colaboración cristalizaron en exploraciones arqueológicas que sentaron las bases de un significativo intercambio científico. Entre las personalidades que han trabajado en el museo están: el polaco Janusz Kozlowski, el checo Pospisil Milak, los norteamericanos David Watter y Daniel Sandweiss, el noruego Thor Heyerdahl, la española Consuelo Prado, y el mexicano Carlos Serrano.

El Museo ha contado con los conocimientos de especialistas en Antropología forense, no sólo en la formación de personal para Medicina legal, sino también en análisis e identificación de personalidades históricas como el Mayor General de la Guerra de Independencia Vicente García González (1833-1886) y su hijo, labor que dirigió el Dr. Manuel Rivero de la Calle. Se contaba con el antecedente, de que el Dr. Luis Montané junto a los doctores Montalvo y Latorre, habían realizado el estudio del cráneo del Lugarteniente General Antonio Maceo. Esta identificación ha sido retomada y estudiada a través de la prensa de la época, por los doctores Gregorio Delgado y Manuel Rivero de la Calle.

Si desde sus inicios la institución ha estado vinculada a la actividad docente y se ha propuesto una intensa extensión universitaria, propiciando conferencias y visitas al mismo. Hoy no ha perdido de vista esos objetivos y los ha incrementado a través de la colaboración con instituciones homólogas o interesadas en la Arqueología y la Antropología en su concepto más amplio, estimulando así los contactos científicos — culturales a escala nacional e internacional.

El Museo Antropológico Montané resulta el centro de investigación y exposición arqueológica que posee la más larga y continua tradición en nuestro país. Sus años de vida institucional se encuentran representados en sus colecciones, que contienen en sí mismas los criterios de investigación que van desde la etapa del coleccionismo erudito hasta la reciente concepción y complejización de la ciencia arqueológica.

Es válido señalar que entre las labores desempañadas por el Museo Antropológico Montané y su actual equipo de trabajo están: la creación de Círculos de interés con alumnos de escuelas primarias sobre el arte aborigen cubano; la atención a pioneros de quinto grado en la asignatura de Historia de Cuba — etapa precolombina —; los seminarios y conferencias sobre Antropología, Arqueología y Arte aborigen a estudiantes de Historia, Enseñanza Artística, Historia del Arte, Diseño Industrial, Instituto Superior de Arte y Enseñanza Técnico Profesional; la colaboración con temas de Antropología aplicada al turismo, desde la óptica de la defensa de la cultura aborigen, las rutas o senderos del turismo, la colaboración con el Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museología (CENCREM) en cursos de Museología, Arqueología, Conservación del Patrimonio y sitios arqueológicos; el asesoramiento a la Dirección de Patrimonio para la Sección de Arqueología; la colaboración con el Cementerio de Cristóbal Colón en aspectos de Antropología Forense; estudios sobre el desarrollo físico de los estudiantes de ballet así como de las mujeres y la colaboración con la Escuela Taller de restauración de la Habana en Antropología y Arqueología.

El Museo Montané por su trayectoria histórica, en función de la enseñanza y del desarrollo de la antropología en Cuba, ha sido hasta hoy una institución importante para la Universidad de La Habana y para la cultura cubana. En la actualidad ostenta la categoría número uno otorgada por el Ministerio de Cultura a aquellas instituciones que, con el más alto rigor científico, sean poseedoras de valores artísticos, científicos e históricos de consideración para la cultura y el patrimonio nacional.


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Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma, Italia

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