La principalísima calle 23, de La Habana, se extiende a lo largo de unos tres kilómetros desde el Puente sobre el río "Almendares" hasta el Malecón de la ciudad. En su trayecto hay puntos de mucho interés, pero hoy queremos referirnos a su zona más transitada y conocida: La Rampa, que comienza en la intersección de calle 23 y L y tiene como su otra frontera natural el Malecón habanero.
Quizás muchas de los cientos de personas que transitan diariamente por La Rampa, así llamada por su acentuada inclinación, no conozcan que hace apenas setenta cinco años atrás esta era una zona inundada de profundas furnias y solares yermos.
Cuentan los cronistas que hasta la década del veinte del presente siglo en los aproximadamente 500 metros que hoy ocupa La Rampa existía un camino rodeado de hoyos de gran profundidad y de terrenos baldíos que le daban un desolado y triste aspecto al lugar.
Es conocida la anécdota que refiere como una familia habanera que transitaba, en 1919, por esa zona, después de un huracán, pereció al caer con su automóvil en una de de esas furnias llenas de agua. Un tiempo después comenzó La Rampa y el primer edificio que en ella apareció fue el local de la empresa distribuidora de automóviles La Habana Autos. En este sitio se encuentran hoy el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Isla.
Frente al local de la firma automovilística fue inaugurado el primer Cinódromo de Cuba, que pronto quebró y cedió su espacio al cabaret "Montmatre". La tercera edificación que por orden cronológico apareció en la hoy concurrida Rampa habanera fue el edificio de apartamentos "Alaska", inaugurado en 1930 y demolido a principios del Siglo XXI.
En una de las furnias cercanas se construyó el stadium "Marina", el cual colindaba con el Hotel "Nacional" y era el escenario principal de las peleas de boxeo en la época. En otras de las hondonadas de la zona funcionada, por su parte, un improvisado campo de béisbol.
En la parte más alta de La Rampa, donde hoy se ubica la famosa heladería Coppelia, estaba el hospital "Reina Mercedes", que funcionó hasta 1954. Cerca de la actual sede del Instituto Cubano de Radio y Televisión construyó su vivienda el dueño de aquellos terrenos llamado Aulet. Al morir en la década del cuarenta su sobrina quedo como heredera, aunque una cláusula del testamento especificaba que ella no podría disponer de esas propiedades nada más y nada menos que hasta 1975. Un buen abogado y "una fuerte suma de dinero" posibilitó a la mujer apoderarse de los terrenos, los cuales comenzó a vender en cuantiosas sumas.
Uno de los primeros compradores fue el italiano Amadeo Barletta, vinculado a la mafia y al gobierno fascista de Benito Mussolini. Barletta mandó a fabricar en La Rampa un gran edificio para su empresa "Ámbar Motors", inmueble que ahora ocupa el Ministerio cubano de Comercio Exterior.
A partir de la década del cuarenta, La Rampa habanera fue ampliada y estafada. A ambos lados de la vía aparecieron nuevos edificios de apartamentos como el "Retiro Médico" con murales pintados por el genial Wifredo Lam, restoranes, centros nocturnos, una gran empresa televisiva, agencias bancarias, oficinas, estaciones de radio y hasta una agencia de servicios fúnebres.
Hacia La Rampa se trasladó el centro de la ciudad, condición que mantiene aun en nuestros días, cuando es transitada por cientos de personas que admiran su esplendor.
Fuente: CUBARTE
01 de Noviembre, 2005