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Cuba |
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Una identità in movimento | ||
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El dolor de Ned Quevedo
El periodista camagüeyano Ned Quevedo López es una persona con una gran sensibilidad humana, capaz de sentir el dolor ajeno.
Desde su pequeña trinchera personal participa en la gran Batalla de Ideas en la que está inmerso el pueblo cubano. Siente inmensamente en su corazón que cinco hermanos nuestros estén cumpliendo largas condenas en cárceles de Estados Unidos de América por combatir el terrorismo, mientras que los verdaderos terroristas se pasean impune pos las calles del imperio.
Este hombre sencillo que perdió la visión totalmente en 1992, tiene una bella trayectoria como periodista: lleva sobre su pecho más de una docena de medallas, ordenes honoríficas y distinciones.
No obstante haber perdido la visión, nunca ha dejado de crear y dar su aporte a su país y a la organización a la que ahora pertenece: La Asociación Nacional de Ciegos y Débiles Visuales, en la que fue seleccionado Vanguardia Nacional.
Siente profundamente el dolor de una familia que el gobierno de Estados Unidos de América la priva del derecho de abrazar y besar a lo que los cubanos y miles de hombres de todo el mundo consideramos los Héroes prisioneros del imperio.
Ned Quevedo López no puede ver ahora las imágenes dantescas que circulan por el mundo de las torturas y vejaciones en cárceles de Irak, de violaciones de los derechos del ser humano en las prisiones en la base naval de Guantánamo, de las víctimas en Afganistán...
Casi son las mismas imágenes que si pudo ver en una larga etapa de su vida; los crímenes cometidos por el mismo imperio en Viet Nam y otros pueblos del Mundo.
Ned Quevedo López se solidariza con una niña que no puede ver a su padre, al que solo conoce por las fotografías que envía desde la prisión. En ella se inspiro para que de su corazón de hombre sencillo brotaran estos versos que denomino: "Cuenta la Colibrí".
Lázaro David Najarro Pujol, escritor y periodista. Cuba. Una identità in movimento
"Cuenta la Colibrí"
Cuenta la colibrí
que a una niña el amor
de una flor a otra flor,
la condujo a Martí.
De la Patria el andar
a la Edad de Oro fue
y Camilo y el Che
perfumaron su hablar:
— Dime libro que das
luces de amanecer;
¿Cómo puedo romper
la prisión de papá?!
Dime mundo mejor
que es posible vivir
si debemos seguir
separados los dos.
Dime encarcelador
que me niegas tener
sus besos, su querer,
sus caricias, su voz.
¿Por qué tanto negar
que yo lo quiera ver,
y pueda responder,
a su amor con mi amor?!
Yo quisiera jugar,
Mi muñeca mecer;
Pero siempre al volver,
lloramos de dolor...
Cinco voces tendrán,
rejas en la prisión,
pero en el corazón
del mundo acusarán.
Y Bolivar traerá
Con Sucre y San Martín,
la libertad que al fin,
las puertas abrirá:
— Si ser útil es más,
que ser príncipe o rey,
la injusticia sin ley
Meñique destruirá.
Y muy pronto verás,
que el pico va a cavar
y el hacha a destrozar
la prisión de papá...
El cura Hidalgo, al vil,
su estandarte clavó;
y la niña besó,
la imagen de Martí.
Porque el sueño infantil
realidad y calor,
de una flor a otra flor,
cuenta la colibrí.
Labora en la emisora Radio Cadena Agramonte de Camagüey.
Autor de los libros Emboscada y Tiro de Gracia,
ambos publicados por la Editorial Acana de Camagüey.
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