Cuba

Una identità in movimento

Poemas de Ileana Corvisón Menéndez (2)

Ileana Corvisón Menéndez




Dime caracolito,
siempre de mudanza.
extrañas amigos
¿O te anegas de añoranza?




Excelentísimo señor idiota,
brillante en su memez,

Inefable inmunidad le inunda,
protege, arropa
de los embates de la señora vida.

Señor idiota,
orondo en su pedestal

ve cambiar el mundo,
sin saber dónde está.

Señor idiota,
todos hemos hecho el idiota alguna vez,
no es privilegio suyo,
la testarudez.

Vaya cambie las vestiduras,
también de paso la piel.
Envidiable señor idiota,
vive su mundo de precavida sensatez,
quedó sentado en el andén de la historia,
espera con fe la próxima vez.




Los neutrales como los pacifistas, devienen en historiadores. Motivo su naturaleza precavida, unos no toman partido para no enemistarse con los demás. Los otros no pelean activamente, para no enojarse con nadie, y aquí no ha pasado nada y nada puede ser mejor de lo es.
Así transcurre la vida de ambos, llenando páginas y más páginas que serán leídas con igual avidez por vencedores y vencidos.
Puede que con el tiempo devengan en prósperos negociantes y amasen una buena fortuna de la venta de las historias recreadas por ellos, magnificados o empequeñecidos los hechos, cuestión de gusto como una buena receta de cocina, aquí un poco de suspenso, allá una pizca de terror, finalmente habrá logrado un perfecto equilibrio para que satisfaga el gusto de todos tanto vencedores como vencidos, y por supuesto sus bolsillos increiblemente se irán llenando poco a poco, porque hay que ser precavidos.
El colmo de los precavidos es no nacer, para no tener que morir después de cualquier enfermedad, vulgar y dolorosa, o de otra forma corriente: un pequeño ejemplo, que lo parta un rayo, esto último es lo más temido, por los precavidos.



Para encontrarte
remontaré sin dudarlo,
el laberinto del recuerdo,
Allí esperas escondido.
y me lleva la pleamar
de mi deseo.
Más que verte
te adivino,
en la opalescente claridad
de lo inmortal,
el recuerdo.
Y eres de nuevo el pequeño
que amamantaron mis pechos,
la magia del instante
la quiebra
el cotidiano timbrar del teléfono,
que ratifica, estás muy, muy lejos.

5/6/2004









Siento miedo a veces,
de estas lágrimas que brotan
que nadie ve, nadie nota.
Y es que sé me desangro,
que la vida se me escapa,
gota, a gota.




Cuba. Una identità in movimento

Webmaster: Carlo NobiliAntropologo americanista, Roma, Italia

© 2000-2009 Tutti i diritti riservati — Derechos reservados

Statistiche - Estadisticas