La singularidad de la arquitectura cubana desarrollada hacia la medianía del siglo pasado pudiera convertir a La Habana en laboratorio ideal y punto de referencia para el estudio y preservación de ese importante patrimonio cultural, manifestó a Granma la italiana Maristella Casciato, presidenta de DOCOMOMO Internacional, organización que desde hace tres lustros trabaja por documentar y promover la conservación de las obras arquitectónicas del llamado Movimiento Moderno.

Acompañada por la francesa Emilia D-Orgeix, secretaria ejecutiva, y el holandés Wessel de Jonge, Casciato declaró

"... sentirme vivamente impresionada por la síntesis tan orgánica con que se articularon aquí los valores arquitectónicos con las artes visuales en un tejido urbano de enorme significación".

A lo largo de una semana, la delegación de DOCOMOMO no solo visitó edificios y recorrió al detalle diversas zonas de los municipios de Playa y Plaza de la Revolución, sino sostuvo encuentros con especialistas del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural — "la doctora Marta Arjona posee una energía, una vitalidad y un conocimiento imprescindibles y ejemplares", acotó Casciato —, y colegas de la Sección de Diseño Ambiental de la Asociación de Artistas Plásticos de la UNEAC, la Sociedad de Arquitectura de la UNAICC y el Instituto de Planificación Física.

El capítulo cubano de DOCOMOMO, presidido por el arquitecto José Antonio Choy, ingresó a la organización internacional en el VII Congreso efectuado hace dos años en París.

"Ustedes — comentó la arquitecta italiana — cuentan con una clara conciencia del patrimonio que atesoran y de la necesidad de preservarlo y promover sus valores, tanto por su atractivo estético, como por sus funciones y, más importante aún, por razones de identidad cultural".

La visita al conjunto de edificaciones de la Escuela Nacional de Arte dejó una honda huella en Casciato:

"Fue como tener al alcance de la realidad la utopía del Movimiento Moderno, al saber que ese sueño de la imaginación arquitectónica transformó un espacio elitista, donde se jugaba golf, en un ámbito de participación social abierto a la formación de talentos artísticos surgidos en el seno del pueblo. Dondequiera que vaya diré que la ENA merece ser incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad".

Y como de sueños que pueden llegar a concretarse se trata, la Casciato se despidió de Cuba con dos compromisos:

"Cuando decidan crear un centro de estudios e investigación sobre la arquitectura moderna, cuenten conmigo. Cuando soliciten ser sede de un Congreso de DOCOMOMO Internacional, háganlo también".

Fuente: www.granma.cubaweb.cu

CUBARTE
Año 4 Número 5, 06 de Febrero del 2004

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