Convocados por la revista TABLAS, el 31 de mayo de 1996, presenté en casa de Dora Alonso mi puesta en escena Pelusín Frutero. A la cita asistieron además de su esposo Fausto y familia, las escritoras Esther Suárez, Julia Calzadilla y un fotógrafo de la revista. Una hora más tarde, sin protocolo alguno y en un ambiente lleno de alegría, Esther intercambiaba sus preocupaciones acerca del futuro del personaje-títere que Dora sacara a la luz en 1956, Pelusín del Monte y Pérez del Corcho.
Su creadora no se había planteado la posibilidad de que otros escritores asumieran tal desafío, pero temía por su Peluso Patatuso y debía pronunciarse. Fue entonces que surgió la brillante idea de que Esther escribiera nuevas aventuras y Dora le daría su visto bueno. En ese nivel de confianza, delicadeza y belleza a la vez, quedó grabado en mi memoria la voz de Doralina de la Caridad al despedirse de Esther en la puerta de su casa... te voy a decir como dijo Eliseo: "te dejo el tiempo, todo el tiempo".
El relevo del legado de nuestra identidad teatral; el títere nacional, ya tenía una sucesora. Pero Dora, "decidió volver a ser polvo de estrellas" y guiar a Esther desde el firmamento. A finales del 2001, Esther entrega su primer libreto S.O.S. Pelusín, dedicado, en un principio, para el repertorio del Teatro de Títeres "El Trujamán", pero la magnitud de la pieza no se correspondía con la estética de pequeño formato del Trujamán-Sahímell y el desafío pasaba a manos del Teatro Nacional de Guiñol.
Esther Suárez Durán, una de las más osadas y valientes mujeres del ámbito teatral de nuestro país, con su prolífera carrera, vasta sabiduría y su hechizante inteligencia ha sabido garantizarle a esta nueva generación de espectadores un Pelusín sin precedentes. Sosteniendo la identidad del niño guajiro cubano, su hablar pícaro y dicharachero y su encantadora manera de meterse en problemas y resolverlos, S.O.S... nos devela al Peluso en temas tan contundentes como el racismo, el abuso de poder y la marginalidad social en la Cuba actual. Por fortuna Dora continúa iluminando a nuestra Esther y ya contamos con dos obras más para los retablos cubanos y del mundo, Pelusín enamorado, de 2002 y Pelusín y la esperanza, de 2003.
El protagonismo de Pelusín en estos nuevos textos encuentra la definición y la defensa de su condición de patrimonio de todos. Trascender del retablo a los textos escolares de la primaria o a los libretos para la televisión, generación tras generación, lo convierte en el intérprete del pueblo, como sentenció tan brillantemente el maese de maeses, Armando Morales.
Página enviada por Esther Suárez Durán
(16 de junio de 2007)