Cuba

Una identità in movimento

Guillén, paradigma de intelectual revolucionario

Julián Pérez Valdés



Nicolás Guillén y Fidel CastroEl 23 de enero de 1959, regresó Guillén a Cuba, después de un largo exilio que se extendió por casi seis años. A su llegada ya el periódico Noticias de Hoy, cerrado por presidente de la república Fulgencio Batista, circulaba nuevamente y sus páginas estaban incondicionalmente al servicio de la Revolución, cuyo torbellino absorbió al Poeta Nacional.

Aprecia de inmediato que los hechos marcan el momento culminante de la etapa convulsiva en la que fue protagonista destacado, y el inicio de una que alcanzaría, sin dudas, dimensión universal, a la que había que entregarse con tanto denuedo como en la anterior.

Pero existía una gran diferencia: si en la primera luchaba un pequeño grupo de vanguardia, ahora son contingentes los que se forjan su destino.

"No es lo mismo ser un franco tirador que formar parte de un ejército; aunque en ambos casos se luche por una misma causa"[1].

Bajo esas circunstancias esgrime, nuevamente, sus armas más eficaces, ahora para defender a la Revolución en el poder.

Ya en el mes de marzo de 1959, aparecen de forma sistemática sus trabajos en las páginas del diario. Dos meses después, el 15 de mayo, surge la primera sección fija a su cargo, llamada "Crónicas", que se extendería durante toda la existencia del órgano. Esta sección se caracterizó por reflejar variados temas y, al igual que "Motivos" en la década pasada, fue centro de fraterno diálogo entre el lector y el periodista.

El 10 de noviembre de 1963, ven la luz por primera vez sus "Ocios dominicales", catalogados por el autor como una "...especie de trabajo voluntario que nos hemos impuesto nosotros mismos"[2], y que se mantuvo hasta mediados del siguiente año. Aquí, generalmente, publica trabajos referidos a hechos y personajes históricos, así como del mundo cultural y científico.

Al igual que sus artículos periodísticos, fueron numerosos los poemas del autor de La paloma de vuelo popular, que parecían en Hoy. Causa admiración la existencia de una actividad literaria tan densa y de tanta calidad, junto al desempeño de otras funciones que ocupaban gran parte de su tiempo.

Cuando con ese mismo carácter viajaba al interior del país o al extranjero, no dejaba de llegarle a los lectores las crónicas sobre las vivencias del reportero. Así encontramos "Santiago de Cuba" (1959) y "Crónicas desde Viena", en ese mismo año.


Tratamientos de los temas

La Revolución es el punto final de una etapa de gestación, y el inicial de una nueva encaminada hacia el mismo objetivo: La independencia nacional. Desde esa óptica aborda Guillén los temas de sus trabajos periodísticos.

Desde los primeros momentos se adoptaron medidas encaminadas a erradicar el problema racial. Guillén lo destaca en sus artículos:

"Nunca se ha visto que las playas, los hoteles, los restaurantes, los cafés, los sitios públicos en general, dejaran de ser exclusivos de un puñado de raspacueros ostentosos, sin otro mérito que el producto de su pillaje, para convertirse en lugares de concurrencia democrática y universal"[3].

Pero el racismo, al igual que la discriminación de la mujer, por su larga existencia adquiere una sólida fijación en la sicología humana, por lo que aún, cuando se erradican las condiciones que lo propician, subsiste en forma sutil. Guillén lo sabe, y reconoce que:

"Es posible que haya todavía algunos pequeños Lynchs escondidos o enmascarados... "[4].

El tema del racismo gira con mucha fuerza al plano internacional, fundamentalmente hacia los Estados Unidos, donde

"La vida cotidiana del negro [...] se desarrolla en un clima de fracaso, humillaciones, maltratos físicos, miseria y dolor crónicos"[5].

El tema cultural estaba generalmente presente en sus trabajos. Se aprecia en ellos un marcado interés por el desarrollo de la sabiduría del pueblo, y una preocupación constante porque la adopción de este carácter popular no fuera en detrimento de la calidad artística.

En el Primer Congreso de la Cultura, expresó:

"Nosotros, los escritores y artistas cubanos, nosotros los creadores, queremos que la cultura sea un hecho generalizado, un fenómeno que abarque todas las capas de la población, empezando por lo que fueron marginados por el capitalismo y vivieron ayunas de toda enseñanza durante vidas y vidas a través de nuestra historia. Sin cultura popular, ¿a dónde puede ir nuestro mensaje? Y al mismo tiempo, ¿cómo recibir el mensaje del pueblo, si éste permanece en la ignorancia?"[6].

No hubo un proyecto revolucionario en beneficio de la cultura, una sola tarea en ese sentido, que no recibiera el aliento de Guillén. A ellos van dirigidos, por ejemplo, sus crónicas "Narraciones camagüeyanas" (1959), donde apoya la actividad intelectual en las diferentes provincias y "Nueva Revista Cubana" (1959), en la que destaca el gran servicio de ese órgano cultural.

El antimperialismo fue, con justificada razón, el tema más relevante de su periodismo revolucionario.

"No podemos hacernos visiones acerca de la actitud del gobierno norteamericano en poder de los más conspicuos representantes del capitalismo financiero, respeto a la política nacionalista de Fidel Castro. Su reacción será rabiosa, agresiva, brutal y tendrá por objetivo (imposible objetivo) la sumisión de nuestro pueblo. A eso responde la campaña de prensa contra Cuba y la política oficial yanki"[7].

América Latina no estuvo ausente de su pensamiento. Conocedor de los problemas del área, pues los vivió muy de cerca, percibía un despertar de sus pueblos, acelerado por el estampido de la mayor de las Antillas:

"Las vértebras del gran espinazo andino, no crujen porque se inclinen, sino porque se erigen y levantan"[8].

Alentó ese despertar en trabajos como "Muito obrigado" (1962) y "Venezuela Libre" (1963). En otros como "Vivir para ver" (1963) sostuvo la necesidad de enfrentar al imperialismo norteamericano por ser éste el principal enemigo de América.

Las revoluciones autenticas son abarcadoras. Inciden en todas las manifestaciones y actividades de la sociedad. Guillén se entregó a este proceso y logró, como pocos, una presencia universal en el mismo. Por eso en su periodismo están presentes, generalmente caracterizados por su cruzamiento, todos los temas revolucionarios.


    Citas y notas

    1. Augier, Angel. En: Entrevista concedida al autor.

    2. Guillén, Nicolás. "Ocios dominicales". En: Noticias de Hoy. 22 marzo 1964.

    3. ____________ "Lo nunca visto". En: Prosa de Prisa. T. II, p. 294.

    4. ____________ "Racismo y Revolución". Idem T. III, p. 302.

    5. ____________ "No". Idem T. II, p. 320.

    6. ____________ "El Congreso de Cultura". Idem T. II, p. 81

    7. ____________ "Una lección útil". Idem T. II, p. 272.

    8. ____________ "Nuevos tiempos". Idem T. III, p. 68.

 

Radio Ciudad del Mar, Cienfuegos


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