Cuba

Una identità in movimento

Para el Che

Varios Autores


Che Guevara
Nicolás Guillén

Sed y sombra del Che
Raúl Ferrer

Che
Mario Benedetti

Che
Julio Cortázar

Che Guevara

Como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera,
como si el Plata vegetal viniera
con el Cauto a juntar agua y ternura.
Así Guevara, el gaucho de voz dura,
brindó a Fidel su sangre guerrillera,
y su ancha mano fue más compañera
cuando fue nuestra noche más oscura.
Huyó la muerte.De su sombra impura,
del puñal, del veneno, de la fiera,
solo el recuerdo bárbaro perdura.
Hecha de dos almas brilla entera,
como si San Martín la mano pura
a Martí familiar tendido hubiera.

Nicolás Guillén


Sed y sombra del Che

El árbol poderoso lo cautiva:
más que su sombra, su poder lo llama.
Ve en el tronco la fuerza primitiva
que en las ubres del llano puja y mama.
Siente cantar el manantial y deja
que corra sin mirarse en sus cristales.
Muerto de sed por el carril se aleja
junto a sus guerrilleros inmortales.
Agua y árbol, fantásticos hermanos.
Adiós para los dos dicen sus manos
armadas sobre el asma y la fatiga.
Mientras el sol abrasador se asombra
de que un hombre rechace tanta sombra
Y en tanta sed, imperturbable, siga.

Raúl Ferrer


Che

Lo han cubierto de afiches, de pancartas,
de voces en los muros, de agravios retroactivos
de honores a destiempo...
Lo han transformado en pieza de consumo,
en memoria trivial, en ayer sin retorno,
en rabia embalsamada...
Han decidido usarlo como epílogo,
como última thule de la inocencia vana,
como añejo arquetipo de santo o satanás,
y quizás han resuelto que la única forma
de desprenderse de él o dejarlo al garete
es vaciarlo de lumbre, convertirlo en héroe
de mármol o de yeso y por lo tanto inmóvil,
o mejor como mito, o silueta o fantasma
del pasado pisado.
Sin embargo los ojos incerrables del Che
miran como si no pudieran no mirar,
asombrados tal vez de que el mundo no entienda
que treinta años después sigue bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre.

Mario Benedetti


Che

Yo tuve un hermano.
No nos vimos nunca
pero no importaba.
Yo tuve un hermano
que iba por los montes
mientras yo dormía.
Lo quise a mi modo,
le tomé su voz
libre como el agua,
caminé de a ratos
cerca de su sombra.
No nos vimos nunca
pero no importaba,
mi hermano despierto
mientras yo dormía,
mi hermano mostrándome
detrás de la noche
su estrella elegida.

Julio Cortázar


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