Cuba

Una identità in movimento


Tomás Padró: general mambí de tres guerras

Joel Mourlot Mercaderes


Tomás Padró Sánchez Griñán es uno de los no muchos generales mambises que pelearon en las tres guerras de independencia libradas por los cubanos contra el dominio colonial español, y cuya interesante vida resulta bastante desconocida para gran parte de los habitantes de nuestro archipiélago.

Nació en Santiago de Cuba, el 25 de diciembre de 1856, en el seno de una familia de gran abolengo, la formada por el farmacéutico Tomás Padró Sirerol (de Igualada, en Cataluña) y por la santiaguera María Magdalena Sánchez Griñán, a los que les nacieron otros dos varones — Eduardo y Alberto —, cuyos destinos también se consumaron en el partriotismo.

Tomás estudió las primeras letras en su natal Santiago, pero pronto sus padres lo enviaron a completar su educación a Barcelona, donde venció el bachillerato en 1873, y la Licienciatura en Química y Farmacia, en 1875, de forma sobresaliente en ambos casos, al punto de conquistar varios premios y el inmediato ingreso en las sociedades médico-farmacéuticas de Cataluña.

Mas, sus añoranzas eran su familia, su Isla y su ciudad natal, a donde regresó en 1876,. y en la que se le dio por empleo el de director de la farmacia del Hospital Militar, puesto desde el cual aprovechó para ayudar a los insurrectos que aún se batían en la manigua contra los opresores de su pueblo.

Descubierta su ayuda a los revolucionarios, la jurisdiccion de guertra le abrió causa, y se vio obligado entonces a incorporarse a las fuerzas rebeldes, bajo el mando de Leonardo del Mármol, hasta la capitulación de Sierra Pelada, a fines de mayo de 1878, cuando el ya capitán de Sanidad Tomás Padró y Sánchez Griñán retornó a Santiago de Cuba para ponerse al frente de lo negocios de la familia, especialmente de la célebre farmacia Padró, si frente al parque de Santo Tomás.

Allí recibió al Dr. y luego general separatista Eusebio Hernández, como enviado de los organizadores del movimiento insurreccional de 1879 y presos en España; allí se reunieron Guillermón, José, Quintín y él con el comisionado y decidieron dar curso al alzamiento armado antes que caer prisioneros de las autoridades coloniales.

Fue, pues, uno de los protagonistas del levantamiento de Santiago de Cuba, el 26 de agosto de 1879, y fue, también, de los que, siguiendo a José Maceo Grajales, se internaron en los montes de la jurisdicción santiaguera para librar la batalla por la independencia de la Isla y la abolición definitiva de la esclavitud; esta vez como comandante jefe de Estado Mayor del general Moncada, durante los más de nueve meses que duró la contienda bélica, y cuando — traicionados los cubanos por los jefes españoles, que violaron los términos del pacto que puso fin a la Guerra Chiquita — fueron secuestrados en alta mar y llevados a prisiones españolas en la costa marroquí, las Baleares y centros de las Península Ibérica.

Destinado a Alicante, el comandante Padró obtuvo a poco que le dieran a Madrid por cárcel, donde colaboró con Rafael María de Labra y la Sociedad Abolicionista, hasta su regreso a Santiago de Cuba, en 1884, y donde, contrario a sus deseos, permaneció breve tiempo, a causa del tenso ambiente reinante, tras las fracasadas expediciones separatistas de los generales Ramón Leocadio Bonachea y Limbano Sánchez.

De tal suerte, se fue a Honduras en 1885, donde obtuvo la cátedra de Ciencias Físico-Naturales de la Universidad de Tegucigalpa, hasta 1887, en que pasó a Panamá, donde residían y laboraraban muchos cubanos, incluidos Máximo Gómez y los Maceo.

Aquí fue de los fundadores de una organización auxiliadora de la revolución y en ella militó hasta su regreso a Cuba, en 1888, donde se empleó otra vez como farmacéutico y como períto químico para la solución de algunos casos criminales en Santiago de Cuba.

En 1890, fue uno de los hombres de confianza del General Antonio en el movimiento insurreccional que éste preparó en toda la Isla de Cuba.

En la última campaña por la independencia nacional, librada a partir del 24 de febrero de 1895, recibió de Antonio Maceo la proclama que éste hiciera el 21 de abril de dicho año, y que Padró publicó y distribuyó, tras lo cual, el 1. de mayo, se fue a la guerra con 40 jóvenes de la clase prominente de la ciudad, en busca de dicho jefe.

El 7 de mayo, participó con Antonio Maceo en el ataque a los poblados de El Cristo, Dos Bocas y El Caney; el 13, en el combate de Jobito. El general Maceo lo nombró jefe de Estado Mayor de las fuerzas de José, jefe al que acompañó en su atrevida entrada al poblado de Guantánamo, en junio de 1895.

En octubre del propio año, el Consejo de Gobierno de la República de Cuba en armas lo nombró gobernador civil y administrador de Hacienda de Oriente, para desempeñar a la par con su cargo de Jefe de Estado Mayor del Departamento Oriental, puesto este último al que renunció luego, lo mismo que al de gobernador.

Fue en lo adelante, además, representante a la Asamblea de La Yaya (1897) y subinspector del Ejército Libertador en el 1. Cuerpo. Ascendio sucesivamente a teniente coronel, el 1-5-1895; a coronel, el 26 de agosto del propio año, y a brigadier, desde el 18 de agosto de 1898. Obtuvo la baja del Ejército Libertador, en septiembre de dicho año, y fue nombrado jefe de expreso de la Aduana de Santiago de Cuba, en noviembre de dicho año. Un mes después, resultó electo presidente del Consejo de Veteranos de Oriente; en febrero de 1899, designado secretario del gobernador civil de Oriente, y el 4 de abril, alcalde de facto.

El general Tomás Padró Sánchez Griñán falleció el 22 de julio de 1924. Se había casado con la señorita Ana Valiente Portuondo, con quien formó una fecunda familia. Su vida estuvo por entero dedicada a ella, lo mismo que a Cuba, a su ciudad natal y a su profesión, sus cuatro grandes amores...


Fuente: http://www.sierramaestra.cu/esp/historia.htm

Periódico Sierra Maestra. La prensa de Santiago de Cuba


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