Listos para encender la llama de la libertad, los encontré una tarde. Sus rostros no podían disimular el agotamiento físico, mas el compromiso con su país no les permitía descansar. Sólo una idea se albergaba en sus corazones: hacer de Colombia un símbolo de igualdad y justicia.
"Venimos a Cuba porque es nuestra esperanza, es lo que mantiene vivos nuestros sueños, es el paradigma que contrasta con la realidad latinoamericana".
Afirmaba Yolanda Rodríguez, integrante de una delegación colombiana de solidaridad con la Isla. Para ella y sus compañeros resulta increíble la preocupación del estado cubano por el desarrollo integral del ser humano.
"En Colombia sólo las personas con buena posición económica tienen acceso a una salud y educación óptima. Ustedes aquí no solo gozan de esos servicios de forma gratuita, sino también con una calidad incomparable".
"El deber de nuestra América es enseñarse como es, una en alma e intento".
"Lo mejor que hemos hecho es venir a Cuba — decía Jaqueline Navarrete — no la que nos muestran los medios de comunicación, sino la verdadera: esta Cuba hermosa que tiene un pueblo cálido, culto, feliz; donde sus líderes son del pueblo y luchan por el pueblo. Para mi resulta un sueño entrevistar a los dirigentes de mi país, comunicarle mis inquietudes. Ellos no se mezclan con gente humilde".
Marleny Castellanos no pudo ocultar su asombro al entrar a una escuela y conversar con niños que tenían muy claro todos los beneficios que les proporciona la Revolución.
"Estoy impactada — dijo —.
Es imposible que todos se hayan puesto de acuerdo para contar la misma historia. Aquí es la misma verdad, una sola verdad".
"Otros crecen, y tenemos que crecer nosotros".
Para Zaida Carolina Rodríguez, la labor es mucho más ardua. Ella tiene 9 años y sabe que su generación es la encargada de construir una sociedad nueva.
"Quiero contarle a mis amigos que hay unos vientos de libertad muy fuertes en América, un torbellino que nos arrastra a todos. Es nuestra responsabilidad convertir a Colombia en un lugar seguro para las próximas generaciones".
Manuel Guillermo Silva, se mostró muy interesado por el material humano de nuestra Isla.
Nadia Chilito es trabajadora social. Se encarga de orientar a jóvenes marginados que abandonan sus estudios. Esta visita le ha ampliado su proyección laboral.
"Mis compañeros de Colombia que estudian acá, tienen una perspectiva de lo humano, de lo que es comunidad, ese sentimiento tiene que fundarse en nuestro país, desde los niños hasta los adultos".
Dina Luz Román, agradece profundamente al pueblo cubano por inspirarla a pensar en construir la sociedad de una forma diferente, aún cuando sabe que es un riesgo para su vida y la de su familia.
"Yo amo a Cuba. Quiero que ustedes mantengan su dignidad, que hagan valer a la Revolución y que la amen, que la amen...".
Gracias a la labor del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), personas como estas, se unen para respaldar la revolución cubana. Ellos están seguros de que América se salvará de sus peligros. Se muestran firmes y decididos pues,
"... para morir luchando nunca es tarde".
El Delegado Provincial de ICAP, Francisco López Domínguez (Paquito), señalaba que esta institución se creó en 1960 con el objetivo de realizar una labor de divulgación de la historia de las naciones hermanas.
"Nosotros agradecemos y atendemos todas las expresiones de apoyo a la revolución, así como a los comités y organizaciones que surgen para enaltecer los principios de una sociedad libre y soberana".
Hoy el mundo se levanta,
"... estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la cabeza, sino con las armas en la almohada. Es la hora del recuento, y de la marcha unida, y hemos de andar en cuadro apretado como la plata en las raíces de los Andes".
Página enviada por Lázaro David Najarro Pujol
(15 de enero del 2007)