Un grupo de artista de la plástica de la ciudad de Camagüey trabajó denodadamente en la reanimación y ambientación de una otrora edificación de finales del siglo XVII, convertida actualmente en el centro de recreación El Cambio, de la corporación Palmares, en la provincia agramontina, muy visitado por turistas de todas las latitudes y atendido por un personal altamente calificado en la preparación de diversas coctelerías.
En 1995 el pintor, artesano y ceramista Oscar Rodríguez Lasseria, con la colaboración de los también artistas de la plástica Pedro Valdivia, Guillermo López, Manuel Alcalde, Jesús León y Alexis Rodríguez, decoraron y ambientaron la instalación, ubicada a escasos metros del parque Ignacio Agramante.
El Cambio constituye un sitio donde con frecuencia se reúnen artistas de las disímiles manifestaciones del arte, principalmente pintores, poeta, narradores y músicos, quienes intercambian sobre diferentes temas de la cultura camagüeyana, cubana y universal.
La instalación fue fundada en 1909 como casa de cambio de billetes y a partir de una idea y un diseño de Oscar Rodríguez Lasseria, en 1995 comenzó a funcionar como centro recreativo, el cual a finales de 2005 fue totalmente restaurado por su autor y la participación de los artistas de la plástica, Oscar Rodríguez (hijo), Oscar Pérez Alvariño y Nelson Miranda Varona.
Desde el bar El Cambio se percibe una parte de la ciudad; es un paisaje muy hermoso: el parque Agramonte hacia donde dirijo la mirada. Allí en ese parque, testigo fiel del transitar de varias generaciones de camagüeyanos, se llergue majestuosa la estatua ecuestre de El Mayor Ignacio Agramonte, como cumpliendo un sueño de su amiga Aurelia Castillo de González:
"... ¡... él siempre debe estar altísimo ante nuestra vista interior, como símbolo y eterno ejemplo de pureza moral, decívica grandeza!"
Allí se puede encontrar la amisdad, porque como apuntó el critico Pavel Alejandro Barrios en uno de los escritor plasmados en la pared de la instalación...
"La amistad, como el amor, es aceptación y es tolerancia, es sufrimiento y alegría compartidos, es distribución gratuita de toneladas de paciencia. Es esperarlo todo, soportarlo todo y no renunciar jamás a la Esperanza, aceptar la complicidad y el compromiso como al día y la noche".
Inspirado en el sitio original y actual un poeta camagüeyano Gustavo Pérez, en una de esas tertulias literarias, escribió un poema que tituló: Jugar la suerte.
El de la otra esquina,
lleva en su zapato izquierdo
un veintitrés rotundo.
Ha llenado su vaso al rubor de la espuma
y resume tranquilo la nostalgia.
¡Vapor! declara el barman
a la pregunta ingenua del que inaugura
el otro extremo.
Repilado canta sones memorables,
y en el fondo
un turista intenta la alegría,
tamborileando sin rubores
sobre la piel oscura.
Ahora el de los cucuruchos
pasa en su desvarío
diagnosticando que la tarde
no tiene precipicios.
"Lamparita de noche" dice Domingo Lugo
mientras un hombre de casco amarillo
y manos ásperas,
se detiene a mirar el coro de botellas
donde el ron enseña sus tonos prohibidos.
Aquí todos cantamos algún tema en silencio
dice y se despide.
"Es el cambio"
y la ciudad que no tiene portales
para las turbias pantomimas.
El Bar se queda mudo
y un bolero restituye lo ausente
cuando Beny Moré confirma
no se decirte que pasó…
afuera la oscuridad paga su cuenta.
En El Cambio el pintor, artesano y ceramista Oscar Rodríguez Lasseria, ha llevado a su obra numerosos refranes populares referidos a los origenes y funciones actuales de la hermosa instalación, en la que también los visitantes pueden plasmar sus firmas e iniciativas...
Lázaro David Najarro Pujol, escritor y periodista.
Labora en la emisora Radio Cadena Agramonte de Camagüey.
Autor de los libros Emboscada y Tiro de Gracia,
ambos publicados por la Editorial Ácana de Camagüey.
Editor del Sitio Web: http://camaguebax.awardspace.com/