Cuba

Una identità in movimento


A guitarra limpia, Longina y una década de luces

Ariel Díaz


Yo viví en Santa Clara. Tuve el privilegio de asistir al nacimiento de un grupo creativo de trovadores que una década después ha dejado una huella visible en la escena nacional y muchísimas canciones a tener en cuenta. Entre las paredes de El Mejunje, sitio de encuentro y fábrica de originalidad me hice, en gran medida, trovador; una palabra que debería escribirse hace ya tiempo con mayúsculas en el libro de la cultura nacional.

Mi otra escuela es, sin temor a equivocarme, el Centro Pablo. Desde que puse un pie en el patio de la calle Muralla #63 no hice más que crecer. En amigos, en canciones, en tenacidad. Colaboré todos estos años con sus propósitos porque eran también los míos.

Por eso he regresado a Santa Clara, para sumarme a la jornada de homenajes que varias instituciones, espacios y personas han decidido hacer al Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau en el décimo aniversario de A guitarra limpia. Durante la más reciente edición del festival Longina, posiblemente el único evento consistente que para la trova existe en la isla, un Mejunje atestado de público ovacionaba estos diez años de empeño y de trabajo de la pequeña tropa liderada por el poeta y cineasta Víctor Casaus. En mi doble condición de protagonista y deudor sentí que, de repente, se unificaba una idea. Como si dos ríos que hasta ahora habían estado compartiendo sus afluentes se unieran en un solo cauce.

Cuando el célebre Silverio, anfitrión histórico de la sede santaclareña, abrió con su habitual discurso la noche del jueves, dedicaba la fiesta al Centro Pablo como a un hermano querido, una contraparte eficiente y auténtica. Destacando la oportunidad que el enclave habanero había brindado a los trovadores de la provincia durante todo este tiempo. Haciendo justicia a la verdadera determinación de A guitarra limpia de reunir a la trova toda, sin excepciones. Exponiendo de esta manera la diferencia de estilos e influencias que cada región del país aporta a la canción trovadoresca.

En las palabras de agradecimiento Casaus señaló a su vez la importancia de estos vínculos materializados en la más reciente producción discográfica del Centro, el CD Te doy una canción. Homenaje de cuarenta y tres trovadores a Silvio Rodríguez en su sesenta cumpleaños. Disco que recoge los conciertos realizados el 25 y 26 de noviembre del 2006 en el octavo aniversario de A guitarra limpia donde intervienen, entre otros, los cantores santaclareños Diego Gutiérrez, Alain Garrido, Leonardo García y el dúo Yanet y Quincoso de Caibarién.

No faltó el estímulo de los presentes a quienes integramos, a nombre de los que no estaban, la pequeña delegación: María Santucho, coordinadora general, Katia Hernández y Enrique Smith, responsables de gran parte de la reciente imagen gráfica y el diseño de A guitarra limpia, la trovadora Lilliana Héctor, una de las más jóvenes del país y un servidor.

A continuación se abrió paso a la mejor de las maneras de festejar, la canción cotidiana, los coros de quienes asisten cada jueves a estos muros marcados por la pequeña historia local que se torna universal entre las voces de las generaciones.

Por una hermosa coincidencia (a decir de mi amiga Teresita Fernández, ¨los círculos de amor que se cierran¨) está cumpliendo diez años también la peña La Trovuntivitis. Espacio de encuentro de los trovadores de Villa Clara y sus alrededores. Para esta ocasión han preparado una serie de actividades que incluyen presentaciones de materiales audiovisuales, conciertos y exposiciones fotográficas.

En la noche del viernes el homenaje viajó hasta la localidad de Camajuaní, a la peña De palo pa rumba donde también fue resaltada la labor de esta década A guitara limpia. Entre la presentación de la revista Dédalos de la Asociación Hermanos Saíz y las canciones del grupo Evocación y el Yolo Bonilla acompañado de sus músicos, hubo espacio para el reconocimiento y el propósito de estrechar aún más los lazos entre la capital y las demás poblaciones del país.

Creo muy acertada esta intención colectiva de contribuir a la supervivencia del Centro Pablo. Es una prueba contundente de que el esfuerzo, cuando es auténtico y sostenido, rinde frutos, para algunos inesperados. Sobre todo por estos tiempos donde la sinceridad se ha convertido en lujo y la eficiencia en pieza de museo.

A esta merecida ola de tributo se sumarán también otras instituciones y eventos como el Cubadisco 2008 en el mes de mayo y El Trovazo, espacio de conciertos llevado a cabo por la trovadora Yamira Díaz en Pinar del Río. Además se extenderá hacia Argentina en una jornada de presentaciones que incluirá recitales de los trovadores Ihosvany Bernal y Samuel Águila, presentaciones de libros, fotografía y arte digital durante los meses de febrero y marzo.

Honores para quienes han escogido el camino de entender e impulsar el arte como algo vital, necesario y revelador. Un pequeño grupo de personas apoyadas por los artistas y el público en el afán de construir un mejor país, un pueblo más culto y libre.

El mundo nos sorprende bajo una oscuridad impredecible. Diez años de luz no podrán menos que ser recordados.





Página enviada por Víctor Casaus
(15 de enero del 2008)





Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau






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