Los cubanos descienden en su gran mayoría de africanos supervivientes a la trata negrera y de españoles que consiguieron adaptarse al clima y a las fiebres tropicales, los cubanos han heredados rasgos de los unos y los otros, pero siendo algo nuevo y peculiar: un mundo aparte.
Mas que de ser inteligente o ilustrado, el cubano presume de ser listo en el sentido mas terrenal de la palabra, de saber "inventar" dentro de la necesidad, sacandose soluciones creativas de la manga para enfrentarse a los problemas cotidianos, soluciones temporales y chapuceras muchas veces, como el famoso "picadillo de soja" o las "barbacoas" especie de entresuelos de madera, que van contra todas las leyes de dios y de la arquitectura, empleados para duplicar el espacio habitable en las casas habitadas por 3 generaciones... pero es mejor una chapucería que nada, porque están muy mal vistos los "pasotas".
La mayor parte de las veces el cubano medio se desfoga de la ira o la pena riendo, no pocas veces de si mismo, salvo que le toquen "la moral" y esta moral incluye una serie de cosas, de las cuales se siente muy orgulloso, y que si se toma en serio.
Una de ellas es el autoconvencimiento de la propia valentía personal y de la hombría, un sustrato machista que consiste en "dar (en todos los sentidos incluido el sexual) sin que le den", este machismo sin ser taliban ni mucho menos, impone cierto código de honor, mas de cara a la galería que otra cosa, muchas veces en contra de los íntimos sentimientos reales del propio interesado, que se esfuerza en ahogar su miedo o su ternura por todos los medios a su alcance... y esto ha variado poco con la Revolución, que mas bien lo ha reforzado, los cuernos o "tarros" como se dice allá, siguen siendo pecado mortal, cuando la que los pone es la mujer, y venial cuando los pone un hombre... una niña es una "chacletita" una cosita linda, con la que el padre se da el lujo se ser tierno, y sigue siendo una niña durante mucho tiempo, un niño es un hombre desde el momento mismo de nacer, a un niño de dos años, que ya juega con pistolitas de madera, le enseñan sin el menor empacho, a decir malas palabras, hacer gestos claramente sexuales y groseros y a tocar cuanto trasero femenino pueda, a no llorar "porque los hombres no lloran" y a reprimir cualquier rasgo de "flojera" exterior, aunque por dentro se esté muriendo en vida, curiosamente, y sobre todo entre las clases menos favorecidas, se estimula también a las mujeres a ser fuertes y valientes y el panteón popular cuenta con no pocas heroínas. A los chicos se les pide tácitamente que sean sexualmente agresivos, y que no pierdan ninguna oportunidad de meter mano, mientras que el momento de la iniciación sexual de las nuchachas (si no media matrimonio) intenta retrasarse en todo lo posible, aunque los abortos y los casamientos "por penalti" están a la orden del día, a los padres de la novia esto no les agrada, prefieren "que la niña salga vestida de blanco de su casa" es decir virgen, una misión casi siempre imposible. Las divorciadas por su parte gozan de casi las mismas prerrogativas que los hombres. En ocasiones esta pretendida dureza a toda costa, y doble moral impuesta por el machismo popular termina por enfermar de los nervios a nuestro latín-lover, imponiendole pruebas que es incapaz de superar.
En línea con lo dicho mas arriba, un valor fundamental es la familia, dentro de la cual, salvo error su suma o pluma, los hombres ocupan un lugar de claro liderazgo, tomando bajo su protección material y moral o como dicen allá "representando" a los niños, las mujeres y los viejos que le toquen, procurando que tengan todas las comodidades posibles, lo cual incluye básicamente intentar llevar a casa la mayor cantidad de dinero y bienes y el arreglo de desperfectos de equipos y vivienda, pero no las tareas domesticas cotidianas, que al igual que en España y toda Latinoamérica, suelen recaer en las mujeres, junto con el cuidado de los viejos y los niños... a las señoras se les pide que sean diligentes y limpias, que tengan todo en orden y que se abstengan de "satear" (provocar sexualmente) con extraños, la moral del hombre es naturalmente mas flexible, puede tirar de vez en cuando alguna "cana al aire", siempre y cuando "guarde las formas" es decir, cumpla con su deber de esposo, atienda debidamente las necesidades, materiales y sexuales de su legítima mujer y no le restriegue a sus nuevas conquistas por los morros.
Otro valor muy apreciado, e involucrado con el sentido de la hombría es la amistad, los amigos ocupan un lugar muy especial en el corazón de los cubanos, los amigos en las buenas y en las malas, traicionar o ser traicionado por un amigo es una de las peores cosas que puede suceder,¡ah esos amigos! que se aparecen habitualmente sin llamar, justo antes de la comida, y que luego se sientan a beber y a charlar y a jugar al dominó hasta el agotamiento... para furia de la esposa.
La patria, y la bandera, a la que se identifica con la madre (y a las madres se les quiere mucho en Cuba: a veces de manera obsesiva) son vistas como algo sagrado que hay que defender a toda costa, sobre todo contra los extranjeros, que envidiosos de nuestra maravilla intenten mansillarla... lo cual no impide que la gran mayoría de estos exaltados patriotas, se lleven tranquilamente hasta los clavos del centro de trabajo, para comerciar con ellos en el mercado negro y llegar felizmente a fin de mes, sin ver la menor contradicción en ello, ni darse cuenta que entre todos los rateros dañan mas al país que una invasión americana, porque para los nacionales las reglas son distintas, la patria es de todos, y por lo tanto, el robo de la propiedad estatal es un mal generalizado, castigado por la ley, pero no por la moral popular, que le llama simplemente "conseguir" o "resolver": mi primo me "consiguió" una lata de pintura, mi hermana me "resolvió" este par de zapatos, y así por el estilo, en cambio usurpar la propiedad privada (incluyendo a las mujeres) del vecino esta mal visto, se considera robo puro y duro, naturalmente castigable, tanto es así, que en caso de pillar a un ladrón adentro de la casa, si el dueño le descalabra seriamente o le mata, la justicia es mas bien blanda, en cambio el robo con fuerza en vivienda habitada lleva penas muy duras, y si hay un homicidio, el ladrón puede acabar fusilado o con treinta años de condena.
Existe un fuerte apego al barrio, que es la patria pequeña, y cada barrio cuenta con sus tradiciones mas o menos pintorescas, nada puede sustituir esto en el corazón de los cubanos, unas de las angustias mas terribles cuando se sale del país es la pérdida de esas calles y esas caras conocidas, pues los vecinos suelen ser como hermanos. Sin llegar ni mucho menos a la situación de los Balcanes, existe cierto regionalismo en Cuba, cierta competencia, sobre todo entre las provincias orientales y la habana, que se disputan el origen de la legitima cubanía, orientales y habaneros hablan con acentos claramente diferenciados, y los primeros suelen emigrar para la capital, a la búsqueda de mejores condiciones económicas, donde, sin perder un ápice de orgullo, terminan por hacinarse en barrios marginales o ejercer de "ocupas", los orientales sobresaturan las ya deterioradas infraestructuras capitalinas, provocando el descontento, la mayoría de las veces rezongado en voz baja, de los nativos habaneros, otra cosa que joroba es que los policías suelen ser también orientales y comportarse en ocasiones con cierta grosería como si estuvieran en territorio ocupado... si bien al principio de la Revolución se estimuló la venida de campesinos a la Habana, ahora se hace justamente lo contrario, utilizando para ello medidas administrativas he incluso policiales, las otras provincias, Camagüey, Santa Clara, Matanzas, Pinar del Río, Isla de la Juventud, etc. tienen mas orgullo de si mismas, sus propias tradiciones acentos bailes y héroes locales, y sus habitantes son bastante mas reacios a venir para la capital, a cuyos habitantes acusan de hablar mal el idioma, de pronunciar "patque" (parque) o "cabbón" (carbón) y de ser empachados y orgullosos.
Aún al día de hoy, y a pesar de las dificultades, La Revolución, y Fidel "El Caballo" como se le conoce cariñosa y admirativamente, son defendidos sin reservas por una buena parte de la ciudadanía, el comandante ha sabido encarnar durante muchos años el hombruno, inquieto, rebelde y agudo espíritu nacional, el comandante es increíblemente inteligente y "guapo" (valiente) a la hora de enfrentar al enemigo imperialista y a sus secuaces los "gusanos" (contrarrevolucionarios) de Miami que se robaron a Eliancito... en fin un buen hombre cargado de las mejores intenciones, y si las cosas no salen siempre bien, es porque el no se entera... porque no se lo dicen... Fidel, habitualmente en paradero desconocido, (no se sabe donde vive ni se conoce casi nada de su vida privada) pero que tiene el don de aparecer en media hora en cualquier punto del país, vive rodeado de una espesa nomenclatura de descarados e ineficientes "vive-bien" que ademas de trabajar mal, y abusar de las prerrogativas de sus cargos, le ocultan intencionadamente muchos problemas e injusticias sufridos por el pueblo, y lo obligan, a el, que si vive austeramente y no para de trabajar por los mas infelices, a utilizar todo tipo de artimañas para "enterarse de la verdad" y "poner orden" ejerciendo de Robín Hood... eso cuando no esta refrenando al hermano Raúl, un Robespierre, sin guillotina... esta ingenua versión popular es creída a pie juntillas por muchísimos cubanos.
La religión se vive con bastante pasión, pero como algo personal y privado, predominan dos tendencias: el catolicismo popular y la religión afrocubana "Regla de Ocha" de origen yorubá, mas o menos sincretizada con el primero, los santos mas populares (presentes en ambas religiones) son Nuestra Señora de la Caridad del Cobre (Ochún para los afrocubanos), patrona y madre de todos los cubanos en las buenas y en las malas, Santa Bárbara (Changó) también madre protectora y patrona de los rayos y de la artillería, San Lázaro (Babalú Ayé) que legisla con las enfermedades, Nuestra Señora de Regla (Yemayá) gobernadora del mar y también buena madre de sus hijos, La Virgen de las Mercedes (Obatalá) que vela por la justicia y por los presos... aunque el estado es oficialmente laico existe libertad de cultos y lo más importante, no existen tensiones religiosas, estas dos tendencias principales antes mencionadas conviven entre sí y con otras minoritarias (protestantes, judíos, masones, musulmanes, budistas, practicantes del vodoo, etc.) en total armonía.
El cubano, es vital y fundamentalmente alegre, pero cuando no es atajada por la risa, la ira se convierte en "guapería" palabra de difícil traducción, un especie de huida hacia adelante, que incluye una serie de gestos provocadores y palabras obscenas, empleadas intencionadamente con el fin de herir moralmente y aterrorizar al contrario, antes de tener que irse a los puños o al machete, que es una medida mas bien reservada para casos extremos, las mujeres raras veces de hieren gravemente, limitandose a darse de bofetadas (galletas en el argot popular), arañarse, tirarse de los pelos, e intentar desnudar, ante el entusiasmado público a la contraria... no sin antes vomitar un rico vocabulario de malas palabras ensartadas y combinadas del modo mas creativo posible. Haberlos haylos, guapos y guapas profesionales, que andan las calles moviendose, manoteando, y parandose, con un aire la mar de interesante, el carisma de estos perfectos ciudadanos y ciudadanas consiste, en lo fundamental, en colarse a la brava en las numerosas colas y comerciar lo comprado en el mercado negro.
Con los extranjeros visitantes, que no son considerados entes peligrosos para la concordia nacional, la gente en general suele ser servicial y hospitalaria, los niños se acercan con descaro a pedir unas monedas, los adultos sonríen con timidez, excusandose por la modestia con que pueden recibirlos, e intentan tirar "la casa por la ventana" en su honor, el cubano siempre quiere en la medida de sus posibilidades "quedar bien" incluso a costa de aparentar lo que no tiene recurriendo a la ayuda de los enseres del vecino... que asoma la cabeza por la ventana para enterarse de la conversación, el extranjero se sorprenderá de ver caras tan alegres en mitad de tanta necesidad y a cambio de estas atenciones deberá contestar una lluvia de preguntas, sobre la naturaleza y costumbres de su país de origen.
Bajo estos presupuestos el cubano encaja el día a día con bastante optimismo, aunque ha habido cosas de las que no ha podido consolarse fácilmente, siendo Cuba un país con una tasa bastante alta de suicidios y enfermedades mentales y cardiacas, uno de estos temas dolorosos ha sido la el exilio de centenares de miles de cubanos, con el consiguiente desgarro familiar, dura tesitura, sobre todo para los revolucionarios, divididos entre el amor a los parientes idos inculcado profundamente por los valores familiares y el amor a la revolución que los llama traidores... punto y aparte merece el internacionalismo, hasta hace bien poco, los soldados cubanos han participado en numerosas guerras abiertas o encubiertas tanto en América latina como en países africanos, guerras de las que no todos han salido bien librados y muchos han vuelto con los pies para alante... aquí la familia vuelve a dividirse entre el amor a la revolución y el miedo por la suerte del hijo o del marido... y las secuelas... muchos de estos veteranos regresaron para encontrarse con que la esposa los había abandonado, y muchas de las esposas fieles se encontraron con que el marido traía un SIDA africano y/o una insoportable afición por el alcohol, utilizado habitualmente para templar el espíritu antes y luego del combate...
Otra cosa que hiere el orgullo nacional, es la relajación de las costumbres especialmente el "jineterismo" (prostitución) un fenómeno en auge. Una de las promesas de la revolución, desde antes incluso de su triunfo, era la erradicación de la prostitución en Cuba, que se había convertido en un puti-club de los marines yanquis, una de las primeras medidas, y mas populares, que tomaron los jóvenes revolucionarios, fue cerrar los prostíbulos y reinsertar socialmente, mediante el estudio y el trabajo, a las prostitutas, en su gran mayoría mujeres analfabetas y de origen campesino, forzadas a la prostitución por la miseria, entre las reinsertadas y las que se fueron para el norte, el país se limpio de esa lacra casi completamente: por lo menos durante los largos años en que el país estuvo prácticamente cerrado al turismo extranjero, pero nada mas fue permitir que volvieran los turistas (a finales de los 80) se reinicio lo mismo, pero con algunas variaciones, las actuales prostitutas, conocidas como "jineteras" no son ya analfabetas y muchas cuentan con estudios superiores y son bilingües o trilingües, no viven en prostíbulos (que siguen prohibidos por ley) por lo que atienden a los clientes en sus propias casas o procuran colarse en los hoteles, sobreviviendo como pueden a las numerosas redadas policiales, junto con la prostitución comienzan a filtrarse en el país otros vicios casi desconocidos como el consumo de drogas y los juegos de azar (que también están terminantemente prohibidos) esta ilícita actividad de la prostitución trastoca totalmente el sistema de valores de la familia tradicional cubana, que por un lado condena la actividad sexual incontrolada en las mujeres y la servidumbre al extranjero, y por el otro, choca con la cruda realidad y es que una de estas muchachas puede ganar en unas pocas horas, lo que su padre, obrero honrado, en varios meses de trabajo... la realidad económica se impone... aunque con todo ello, muchos sientan que sus ideales han sido traicionados.
Los valores morales de la revolución, básicamente la igualdad de derechos para todos los ciudadanos y orgullo nacionalista, y los tradicionales en el pueblo de Cuba, apego a la familia, hospitalidad y hombría personal, se ven puestos en jaque por los tiempos que corren, por la presencia en las calles de demasiados delincuentes, prostitutas, extranjeros (con mas derechos que los nacionales) y policías, por el bajo nivel de vida de una parte de la población mientras que otra, con acceso a los dólares (legal o ilegalmente) vive claramente mejor... la salud del Comandante en Jefe, pilar donde descansa la revolución o lo que queda de ella, comienza a preocupar, creando bastante incertidumbre sobre el futuro a mediano plazo del país.
Esta página fue señalada y enviada por Jordi Satorra del sitio WEB
CUBA EN EL CORAZÓN