Cuba

Una identità in movimento


En el monte de las banderas

Adys M. Cupull Reyes


Por el Malecón hacia la emblemática Tribuna Antiimperialista José Martí, transitan ahora los cubanos para rendir tributo a las víctimas del Terrorismo de Estado. Su original estilo escultórico y su enaltecedora función en defensa de la paz, la justicia, y la independencia, hacen de ella, un lugar excepcional, más al completar el símbolo, con el inigualable MONTE DE LAS BANDERAS.

Se escucha la palabra, Monte, y se piensa en árboles, arbustos, montañas; pero al mirar hacia el bosque, se siente que en las ciento treinta y ocho astas y banderas que flotan y se agitan en lo más alto, está todo lo que se ama. Los versos del Héroe Nacional de Cuba se encuentran ahí, en un monte que no es de espumas porque ya sus versos encontraron el amparo, en la Patria soberana y libre que soñó.

Impresionante es la siembra de esas banderas. El pueblo crea y crece en la lucha a pensamiento que se le hace. Engrandece el alma del cubano la inigualable forma para recordar a sus víctimas, a los amados hermanos asesinados.

En él, la brisa suave que viene del mar, desde el este, hace que rocen las cuerdas junto a las astas de metal, y se escucha un sonido ténue parecido al campaneo o al suave redoble de tambores.

Las banderas son negras, con una estrella blanca que resalta en el contraste de los dos colores. Al ondear, producen un murmullo, como si hablaran, y contaran del dolor, de las leyes genocidas, de las guerras de despojo, de torturas y desaparecidos, de las muertes, el hambre, la miseria, y la destrucción de la humanidad que ocasiona el Terrorismo de Estado implantado hoy por Estados Unidos.

Todos los hombres y mujeres de ideas nobles y justas sienten el deber de visitar este lugar de combate.

Las imágenes de los mártires del criminal acto terrorista ocurrido contra la nave de Cubana de Aviación en Barbados, y las de otros crímenes no podrán ser borradas jamás. Un pueblo culto no podrá ser engañado nunca.

El aire fresco que viene del este, es contínuo las banderas flotan, no se detienen, no se callan:

    "Luis Posada Carriles, George.W. Bush: asesinos, criminales, genocidas".

Parece que murmuran.

El Monte de las Banderas fue inaugurado el día 6 de febrero y desde entonces, el pueblo habanero rinde tributo a las víctimas del Terrorismo de Estado, frente a frente a los culpables.

Los hijos, viudas, madres, hermanos, familiares, amigos; y las queridas madres, esposas hermanas e hijos de los Cinco Héroes cubanos prisioneros en las cárceles de los Estados Unidos por combatir el terrorismo, han estado presentes.

El tributo continuará cada día, no habrá descanso.

    "En el Monte de las Banderas se izará la enseña nacional, cada vez que sea necesario".

Así expresó el segundo secretario de la UJC, Hassan Pérez Casabona el 24 de Febrero al conmemorarse el 111 Aniversario de la Guerra Necesaria por la Independencia, y agregó:

    "... en horas solemnes de la Patria o en las futuras batallas que libremos por Cuba y por el mundo. En este combate incesante la representará permanentemente la bandera negra de la estrella blanca que en nombre del pueblo enérgico y viril ha hecho temblar nuevamente la injusticia".

El aire sopla continuamente, viene desde el este, por donde sale el sol. Las banderas se agitan, flamean sin cesar, su murmullo suave, es ya un Grito Continental de justicia y contra las mentiras, frente al monstruo de la SINA, convertido en centro de la contrarrevolución en Cuba.




Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(27 de febrero de 2006)


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