Desprendimiento de lo que fuera "Olomibé", "Perla del Caribe" firma su tarjeta de nacimiento en 1993, bajo la batuta de ese maestro septuagenario nombrado Leopoldo Beltrán, quien hoy, al filo de los ocho años, continúa dirigiendo una agrupación cuyo promedio de edad ronda los cuarenta y está integrada por diez músicos.
El grupo adopta su nombre en homenaje a Felipe Tartabull Díaz, integrante de "Olomibé" y autor de la pieza homónima. Su sello distintivo es el cultivo de la línea folclórica, fundamentalmente el yambú, el guagancó y la rumba. Este último ritmo es abordado por "Perla del Caribe" al estilo tradicional, y con menos explosividad que lo ahora usual; también suele combinarlo con el guaguancó, para configurar una mixtura melódica por ellos llamada guagua-rumba.
Pese a que la mayoría de los grupos cubanos han establecido sus diferentes polirritmias, esta fusión, la carta de presentación de los músicos cienfuegueros, aporta una identidad propia que los distingue en el horizonte nacional.
Aunque el suyo sea un estilo que esté particularmente identificado con la apuesta creacional de ningún antecedente o contemporáneo específico, "Perla del Caribe" y la persona de su director, Beltrán, conocedores del medio y la historia musical cubana, respetan a instituciones del arte como Los Muñequitos de Matanzas — con los cuales han compartido escenario, y de una manera recíproca le tributan admiración por mantenerse siempre reacios a abandonar las coordenadas habituales de su labor —, Los Papines y el Folclórico Nacional.
Actualmente la agrupación posee un repertorio activo de 50 números, que pone en función del tipo de receptor. Por ejemplo, cuando tocan en el sistema hotelero, son capaces de llevar a su molde ritmático melodías de los extranjeros que los escuchan. Hasta El día que me quieras o La Virgen de la Macarena suenan en clave de solar, y eso da la medida de la adaptabilidad de una orquesta que ha capeado el temporal del período especial, sin jamás ver en sus manos instrumentos nuevos — los que tienen, se los compraron ellos mismos —, y sin que represente justamente su género uno de los más apreciados por el público masivo ni priorizado en espacios de primer nivel.
Aun así, no puede hablarse de que le falte oportunidades de mostrar su arte a "Perla del Caribe", y la agrupación se presenta en distintos espacios de la provincia, además de participar eventualmente en confrontaciones habaneras en la Peña del Ambia y otros sitios, sin contar sus periplos por algunas provincias.
En estos momentos "Perla del Caribe", por donde, a la manera de varias agrupaciones cienfuegueras, transitaron muchos músicos, está compuesta por los siguientes integrantes: Darío Castillo (toca el quinto); Jorge Pérez (el tres-dos); Eduardo Duániz (tumbador); Lázaro Maceira (en los palitos, catá); Juan Enrique Chacón y Evelio Martínez (cantantes); Libertad Santa Cruz (cantante, corista y bailarina); Héctor Luis Hidalgo (bailarín y eventual vocalista del coro); Jesús Madrigal, un niño que tiene montada una coreografía personal para bailar el Elegguá joven y a quien emplean en aperturas y otros momentos de las actuaciones; y Leopoldo Beltrán, el director, quien también interviene en el coro o los bailes.
Esta agrupación perteneciente al Centro Provincial de la Música Rafael Lay, ensaya diariamente y lucha para que el género escogido goce de preferencia entre el público. El empeño con que asume su objetivo debe ayudarla en el propósito.
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Desprendimiento de lo que fuera "Olomibé", "Perla del Caribe" firma su tarjeta de nacimiento en 1993, bajo la batuta de ese maestro septuagenario nombrado Leopoldo Beltrán, quien hoy, al filo de los ocho años, continúa dirigiendo una agrupación cuyo promedio de edad ronda los cuarenta y está integrada por diez músicos.