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Cuba |
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Afirma Fidel Castro que México no pudo refutar verdades de Cuba
El Comandante en Jefe Fidel Castro afirmó que la declaración del Gobierno de México en la noche del lunes, revela el reconocimiento de que no hay un átomo de mentira en las pruebas presentadas por Cuba.
Ni siquiera intentaron desmentir las verdades que expone esa conversación telefónica, dijo el líder de la Revolución al comparecer ante la radio y la televisión cubanas, ante la respuesta gubernamental mexicana, que calificó de precipitada y poco seria.
Insistió en que el comunicado emitido por México no impugna ni en una coma lo expuesto en la declaración política de Cuba, donde se ofrecen detalles sobre la conversación telefónica entre el presidente Vicente Fox y Fidel, y en la que el primero limita la presencia del mandatario cubano en Monterrey.
Comentó Fidel que analizó en detalle las declaraciones formuló en México tras la información brindada por Cuba, y expuso que los puntos revelados por el gobierno de Fox no tienen argumentación sólida.
En torno a la declaración mexicana como respuesta, el presidente de Cuba apuntó que coincide plenamente con el primer punto, sobre todo, cuando dice que la conversación habla por sí misma.
Dijo que efectivamente al inicio se dice que la conversación era privada, pero Fox fue hiriente, irrespetuoso e humillante, y prueba las limitaciones y justificaciones que fue adicionando para evitar la asistencia del jefe de la Revolución cubana, o reducir al mínimo su estancia.
Comentó que es risible incluso el argumento de que no había habitaciones para la delegación oficial cubana, al tiempo que abundó en el cuidado que tiene en los anuncios públicos de participación en foros internacionales, debido a los numerosos planes de atentado contra su vida.
Ejemplificó con lo acontecido en las Cumbres iberoamericanas de Cartagena de Indias, en Colombia, Isla Margarita, en Venezuela, y Ciudad de Panamá, donde se habían planificado actos terroristas que incluso pusieron en peligro otras vidas.
No tuve alternativa alguna ante lo que me planteó Fox en la conversación, señaló Fidel.
Subrayó el líder cubano que lo expresado por Cuba pone al descubierto las limitaciones impuestas por el Gobierno de México a la hora de almorzar y prácticamente la hora de retirarse de Monterrey.
No puedo desafiar la soberanía mexicana, ir por la fuerza, y por eso me tuve que ir, afirmó, aunque no estuviera conforme pero no tuve alternativa, la conversación fue irónica todo el tiempo, con elegancia y respeto.
Se preguntó por qué incluso cuando afirma que está dispuesto a hacer lo que se le está proponiendo haga en Monterrey, Fox anuncia que lo recibirá en el aeropuerto, y ni siquiera fue, ni tuvo noticias ni saludos desde su llegada, como le había prometido.
Comentó la solicitud clara hecha por Fox de tratar de no agredir a Estados Unidos, y se preguntó cómo se va a advertir a Cuba que no agreda a EE.UU. o lo critique, ni tampoco al presidente Bush.
El mandatario cubano analizó que aunque no tiene intenciones de halagar a Fox, lo respeta como presidente de México, y a fuer de ser sincero confesó que es una persona con la que se puede conversar y con la que ha tratado sobre temas sociales y ambientales.
Tras afirmar que no le tiene animadversión alguna al presidente de México, recordó que éste señaló al asumir la presidencia que solicitaría la colaboración en educación y salud a Cuba.
Apuntó Fidel, sin embargo, que él no posee experiencia en materia de política y tiene una dependencia total, en especial de su canciller Jorge Castañeda.
Al retomar el hilo de las presiones que recibió para limitar su participación en Monterrey, Fidel señaló que no dicen la verdad de que Cuba es un peligro solo por sus ideas, por sus principios y por la unidad de su pueblo.
Explicó que no tenía disyuntiva y que no podía imponer su presencia en aquel país para la mencionada Cumbre de la ONU en contra de la voluntad del Presidente del país huésped de esa cita.
El Presidente cubano reiteró que no se le desea crear en lo más mínimo problemas a México y que estuvo callado un mes por esa consideración a ese país.
Puntualizó que adicionalmente le hicieron saber a Cuba que si iba a la Cumbre otro dirigente y no el Jefe de Estado cubano le darían participación en el famoso retiro espiritual.
Al respecto dijo que esa fórmula finalmente fue incumplida, al no ser permitida la participación de Ricardo Alarcón, Presidente del Parlamento de la Isla y jefe de la delegación a la cita, en ese augusto encuentro en el cual estaría presente George W. Bush.
Explicó que a su llegada a Monterrey no tuvo la oportunidad de conversar estos problemas con Fox y exteriorizó su disgusto con la forma en que se condujo este asunto.
Fidel manifestó su interés en conocer si se le pidió a Bush, o a otro invitado, un mínimo de cortesía como se le exigió a Cuba para con los invitados a esa reunión de Naciones Unidas.
En su comparecencia el Comandante en Jefe rememoró detalles de la participación de México en la preparación del proyecto presentado en Ginebra para condenar a Cuba, incluso desde la visita del presidente Fox a La Habana, en febrero de este año.
Explicó como el propio mandatario mexicano le expresó, en un momento de sinceridad, no agradarle el texto elaborado ya por Estados Unidos y que no lo apoyaría, al tiempo que se lo facilitó al canciller cubano Felipe Pérez Roque, a pesar de la protesta de Jorge Castañeda.
En esa ocasión, apuntó, el Imperio se quedó sin patrocinador y comenzó su larga e intensa batalla, pero ahora con un nuevo documento que le imputaron a Perú, país que por presión de su Congreso se vio obligado a renunciar al papel que le deparaba el gobierno norteamericano.
Fidel recordó como en esa carrera de relevo se encontró un nuevo candidato en Uruguay en la persona de su Presidente, a quien volvió a calificar de judas trasnochador y abyecto, para patrocinar la condena de Cuba en la Comisión de Derechos Humanos.
No obstante, subrayó, las 800 mil vacunas cubanas comprometidas con ese país para combatir la epidemia de meningitis están seguras, "no ayudamos a los gobiernos, sino a los pueblos, jamás sentiremos desprecio por el pueblo de Uruguay", sentenció.
En relación con otros puntos de la declaración del vocero presidencial de México, Fidel señaló que cómo se atrevían a afirmar que en esa nación hay separación de poderes y un Congreso independiente, cuando no respetan sus acuerdos y exigencias al gobierno.
Denunció entonces como a pesar de que ese mismo legislativo pidió la abstención en relación con Cuba en Ginebra, votaron a favor del proyecto yanqui por decisión de un ministro que cocina la política exterior mexicana, y se preguntó de que valió la amplia mayoría en la Cámara de Diputados.
Fidel insistió en el cuestionamiento expresado en la declaración del vocero sobre "mantener las relaciones con el mismo respeto que le merecen a México el resto de los países", y por el contrario la Isla no es respetada, es traicionada y no se cumple la palabra dada.
Más adelante refirió que como aparece en el comunicado de la presidencia mexicana, tal parece que frente a la mentira y la ofensa externa Cuba es la culpable del asesinato de miles de mexicanos en la frontera con Estados Unidos, cuando es la única que habla y denuncia con autoridad esas masacres.
Si las verdades de Cuba sirvieran para la unidad de los mexicanos, entonces nos alegraríamos, afirmó el Comandante en Jefe.
Fidel reflexionó sobre los puntos dos y tres del comunicado del Gobierno mexicano, y en torno a los comentarios finales de ese documento, de manera que con sólidos análisis demostró el imprescindible empleo moderno de las grabaciones a fin de tener constancia política e histórica.
Esas argumentaciones revelaron con mayor nitidez las poco profundas afirmaciones de la declaración de México, la cual intentó, sin éxito, refutar la validez de la prueba presentada por Cuba, con el objetivo de restarle credibilidad.
Afirmó que es la primera vez que obligado por las circunstancias debió hacer uso de una comunicación telefónica con otro jefe de Estado, tras las reiteradas llamadas que hizo el país al cese de las provocaciones y las mentiras lanzadas por el Gobierno de México contra Cuba.
Hoy no existiría la diplomacia siquiera si no se deja constancia del intercambio que ha tenido un presidente, señaló el líder cubano, quien se preguntó si Fox no deja constancia de ninguna de sus conversaciones con otros mandatarios, y si sólo se guía por la memoria.
No hay otra alternativa que grabar para la historia y la política, precisó, y en la comparecencia citaron declaraciones formuladas por el expresidente mexicano Miguel de la Madrid, quien corroboró el amplio y tradicional uso de esa práctica en el mundo.
Siento repugnancia por la mentira, dijo Fidel, para confirmar la necesidad que tuvo de emplear, por primera vez, esa irrebatible prueba.
Aclaró que Cuba nunca ha grabado conversaciones entre otros jefe de Estado, pero Estados Unidos sí lo hace, y a continuación subrayó que el imperio posee un sistema que permite interceptar dos mil millones de llamadas.
Me gustaría que el presidente Fox respondiera si él cree que Estados Unidos graba las conversaciones de otros Jefes de Estado, afirmó.
Refiriéndose a la grabación de su conversación con Fox, puntualizó que en ningún momento fue algo premeditado, ni para embaucar al mandatario mexicano.
Este es un país de principios y de verdades, dijo y reiteró que Cuba no quería utilizar esa prueba por consideraciones a México y se fue sumamente paciente, pero llamó a consultar a filósofos, especialistas y religiosos si es ético o no el uso la grabación de esas conversaciones.
Fidel también se preguntó a quién se debía lealtad: a la mentira y al engaño, o a la verdad; al presidente Fox o a los 11 millones de cubanos, a los 100 millones de mexicanos y a los 500 millones de latinoamericanos.
Ratificó que en esa conversación telefónica se violaron sus derechos, sobre todo en las ideas que transmitió el mandatario mexicano.
Nadie está obligado a guardar lealtad ante lo injusto e inmoral, destacó Fidel, quien enfatizó en que esa conversación fue política y no un secreto de confesión.
Durante su comparecencia Fidel retó a cualquiera a presentar pruebas de algún desaparecido, torturado o de ejecución extrajudicial en Cuba, asunto en el cual destacó la limpia historia de la Isla en esa materia desde la lucha
revolucionaria en la Sierra Maestra.
Señaló que el mundo comienza a reconocer la verdadera obra social de la Revolución cubana y cuestionó los conceptos que sobre democracia y derechos humanos hizo el vocero presidencial mexicano en el comunicado del gobierno de aquel país.
Refirió los numerosos programas sociales impulsados por la Isla para dotar a la población cubana de una cultura general integral, para que opine con razón y dominio.
Por el contrario se preguntó sobre la ficción de las democracias representativas, que tanto recomiendan a la Mayor de las Antillas, con sus millones de analfabetos, pobreza, marginalidad, desempleo, violencia y publicidad banal, entre otras lacras.
Puso el ejemplo de México que posee 47 veces más analfabetos, 82 veces más escolares que no asisten a las escuelas, y 4,5 veces más mortalidad infantil, que Cuba.
Al profundizar sobre el tema, Fidel explicó que en la vecina nación un millón de indígenas no saben leer ni escribir y el 58 por ciento de los niños de esas comunidades sufren desnutrición, en tanto sólo el 37 por ciento de la población económicamente activa tiene un empleo firme.
En tal sentido, se volvió a preguntar qué tipo de democracia pueden disfrutar esas personas en un país en el cual el 38 por ciento de los hogares se encuentran por debajo del límite de la pobreza y un 13 por ciento en la indigencia.
Acerca de la libertad de prensa y el pluripartidismo citado en el comunicado mexicano, el presidente cubano afirmó que en la Isla caribeña no existe la propiedad privada en la prensa, la cual es puesta al disfrute de toda la sociedad en causas nobles.
Reiteró que en la nación antillana existe un sólo partido, pero que no elige o postula a un candidato a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) y que el país se siente orgulloso de un sistema que ha permitido mantener la unidad del pueblo.
En contraposición, destacó que ocurren peligrosos brotes de fascismo hasta en Europa.
"Nos sentimos orgullosos de nuestro sistema, donde los votantes asisten con entusiasmo a las elecciones", acotó para agregar que eso es algo de lo cual sienten nostalgias las cacareadas democracias representativas.
También fustigó la galopante corrupción en la región y en el mundo, definida por Fidel como acto de genocidio, que cuesta millones de vidas en el planeta, y reto a esos supuestos demócratas ha proponer en la ONU a la malversación como crimen contra la Humanidad.
Recomendó a la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU que viaje a Estados Unidos y visite los barrios marginales y pregunte por qué en esa sociedad existe tanta droga, violencia y marginalidad.
También a que indague por los numerosos muertos de inmigrantes aztecas en la frontera entre Estados Unidos y México, a pesar de las riquezas petroleras de este último.
Reiteró que ya el mundo empieza a darse cuenta de todos esos males y ve a Cuba como la esperanza del Tercer Mundo, por el privilegio de tener muchos sueños, algunos ya convertidos en realidad.
Fidel, planteó, por último, como algunos tontuelos pretenden expulsar a la mayor de Las Antillas del Parlatino, y se preguntó, cómo podían pensar eso si son precisamente los Parlamentos los que mejor se han portado y se han opuesto a todas las ignominias contra el pueblo cubano.
Cuba. Una identità in movimento
Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma, Italia
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