Con el sombrero sandinista que Sócrates Sandino le obsequiara a Julio Antonio Mella en la ciudad del México en 1928, imagen que inspiró a la prestigiosa fotógrafa italiana Tina Modotti, y que captó por siempre con la misteriosa técnica de la cámara, llegó Mella al caribeño Puerto Cortés, en Honduras, el 23 de mayo del año 2007.
El Puerto es uno de los más importantes de Centroamérica, se encuentra en el municipio y departamento del mismo nombre, Cortés, tiene al norte el Mar Caribe, que baña las costas de Guatemala, Belice, México y Cuba; al sur el Municipio de Choloma; al este el Municipio de Tela; y al oeste el Municipio de Omoa.
Mella estuvo por primera vez en este lugar durante los días l 23 al 27 de enero del año 1926. El 9 de febrero de ese añó en una carta enviada al Boletín del Torcedor en La Habana escribió:
"... Llegué a Puerto Cortés, un caserío yanqui en Honduras, sobre el Mar Caribe. En este lugar, por mi falta de pasaportes u otros papeles en regla, a pesar del precepto constitucional cubano que garantiza la libre locomoción sin pasaportes, etc; me pusieron preso. Registraron algunos números de Boletín, Juventud y otros periódicos. Por todo ello supieron quien era yo. Para completar mi situación, un periódico antiimperialista declarado, como casi todo el mundo por aquí, publicaba entonces los comunicados de prensa de la Liga Antimperialista de Las Américas, sección norteamericana. Todo esto hizo que esos pacíficos habitantes de Puerto Cortés y sus autoridades, perfectamente controladas por la United Fruit Co; y por la Cuyamel, me obligaran a partir inmediatamente, impidiéndome ir hasta la capital: Tegucigalpa, como eran mis deseos".
Eliseo Fajardo Jefe del Archivo Histórico Municipal de San Pedro Sula, aportó datos esclarecedores sobre la estancia del joven cubano. Su llegada a Honduras no fue divulgada en la prensa, se pretendía evitar que trascendiera a la opinión pública, porque Mella era bien conocido, más aún después de la huelga de hambre. su liderazgo impactó al sector estudiantil y la simpatía de los hondureños era evidente. Entre sus admiradores se encontraban el destacado poeta Froylán Turcios y Claudio Barrera quien le dedicó uno de sus poemas.
Pasaron ocho décadas, aproximadamente cuatro generaciones de cubanos y hondureños, para que Mella llegara a Puerto Cortés otra vez. Fue invitado por las autoridades y habitantes de la Municipalidad del Puerto. La Vice Alcaldesa, Lic. Reyna Virginia Alvarado recibió de nuestras manos, y de dos miembros de la Brigada de Médicos Cubanos, las doctoras Marisela Chacón y Adriana Alberich, el cuadro con la imagen de Mella , cuya dedicatoria dice:
"Del pueblo cubano al hermano pueblo de Puerto Cortés".
A nuestro lado y en el trascendental momento se encontraban el ingeniero cubano Orlando Rigol, y los descendientes de la familia Maceo Grajales residentes en Omoa. Entre ellos Azucena Barahona Ulloa, quien expresó palabras muy sentidas acerca de sus raíces maceístas y martianas.
La Vice Alcaldesa Municipal agradeció el fraternal gesto. Expresó que hablar de Cuba era hablar de solidaridad, de hermanos que se han preocupado por la salud, la educación y lo social en Puerto Cortés. Elogió la exposición referida a las calles de La Habana relacionadas con las residencias de los padres de José Martí, fotografías de los cubanos Marta Vecino y Franklyn Reyes, que hemos expuesto en más de 30 ciudades de Italia, España, México, Cuba y Argentina.
"Este encuentro va a ser de mucho provecho por haber sido Pueto Cortés parte de esta historia".
Afirmó la Vice Alcaldesa y agradeció igualmente la presentación del libro: Centroamérica en Julio Antonio Mella. Al concluir dijo:
"Gracias por presentarnos esas bellas imágenes de Cuba. Sean todos ustedes bienvenidos a este acto".
El acto fue el marco adecuado para reconocer a Eliseo Fajardo, a Rafael Paredes historiador de Puerto Cortés, y al historiador Tomás Erazo, por la colaboración y contibución en la investigación realizada en Honduras, a quienes se les entregó un Diploma firmado por Niurka Dumenigo directora de la "Editorial Abril".
Este día observamos fiesta y alegría, en el Puerto. Invitados por la Lic. Alvarado recorrimos una Institución Escolar, ¡Allí estaba Cuba con su bandera y la foto de Fidel!, en una exposición cultural junto a otros países.
En la muestra de la isla: la música, libros, pinturas, artesanías, café, tabaco, y otros temas nacionales entre los que sobresalían el Programa de Alfabetización y el Yo sí puedo seguir.
Dejamos Puerto Cortés para continuar a San Pedro Sula y Tegucigalpa, a donde Mella no pudo llegar aquel terrible año de 1926. Atrás, estimado y bien cuidado, quedó la imagen que la noche antes de salir para la tierra de Francisco Morazán, Magaly Pérez Castillo, una joven habanera, situó en nuestras manos, segura de que en Honduras lo colocarían en el marco exacto de preciosa madera.
Parte — Parte II
Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes
(4 de junio de 2007)