Se conmemoraron 153 años del natalicio de José Martí Pérez, el más universal de todos los cubanos y uno de los hombres insigne de la política y la cultura Latinoamérica.
Como verdadero guía esclarecido de su pueblo él legó una abarcadora obra que ha servido para llevar adelante la Patria que el soñó con todos y para el bien de todos.
Dentro de la fecunda creación martiana, Martí no dejo campo, donde la impronta de su agudo y fértil pensamiento dejará huellas indelebles, y uno de esos ejemplo es el deporte.
El llamado Apóstol cubano tuvo plena conciencia de la importancia de la ejercitación física del hombre y así lo plasmó en un artículo publicado el 14 de agosto de 1883 en el periódico "La Nación" de Buenos Aires, al escribir:
"... la mente ha de ser bien nutrida, pero se ha de dar, con el desarrollo del cuerpo, buena casa a la mente".
Y en el diario "La América" de Nueva York había escrito en marzo del propio año:
"A los niños, sobre todo, es preciso robustecer el cuerpo a medida que se le robustece el espíritu".
Y finalizaba señalando:
"... se nota que a esta niñez ya adelantada no le cansa el trabajo físico, sino que lo busca como recreo, ni le turba la mente para la instrucción de letras, sino se la fortifica y aclara. Deducen mejor; combinan más pronto, relacionan; crean..."
No obstante a su labor periodística en el deporte, José Martí solo se conoce que practicó esporádicamente el ajedrez, existen factores que influyeron en que el héroe nacional cubano no tuviera una mayor presencia en la cultura física.
Primeramente su niñez y adolescencia estuvieron marcada por un temprano encarcelamiento, por expresar en carta a uno de sus condiscípulo algunas opiniones con relación al sistema colonial español del siglo XIX.
Por otra parte su obsesión por independizar a Cuba, su amor a los estudios y las estrecheces económicas que le acompañaron toda la vida fueron elementos que conformaron su existencia.
Sin embargo, a pesar de no tener la experiencia práctica para ejercer el criterio especializado, su genialidad le permitió abarcar en escrutadora mirada todo lo que enaltece y embellece al deporte.
Avizoro Martí, como ningún otro pensador de su tiempo, valorar lo bestial y repudiable que se engendraba en los Estados Unidos a través de la comercialización y el profesionalismo, que en la actualidad se exacerba a escala mundial.
Así el 17 de febrero de 1882 en Nueva York, cuando al describir una pelea de premio dejo plasmado:
"... vuela la pluma, como ala, cuando ha de narrar cosas grandiosas; y va pesadamente, como ahora, cuando ha de dar cuenta de cosas brutales, vacías de hermosura y de nobleza..."
En Cuba ya hace más de cuatro décadas el deporte es un derecho de hombres y mujeres; de niños, jóvenes o ancianos, dentro de un sistema que busca mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, lo mismo que quiso José Martí.
El deporte se convirtió en un derecho de todos y para el bien de todos, y gana adeptos y reconocimiento no solo a través de sus campeones y medallistas internacionales, sino por desarrollar los valores más puros del ideal olímpico, alejado del mercantilismo que tanto daño causa a los jóvenes.
Página enviada por Jorge Navarro Torres
(18 de mayo de 2006)