Cuba

Una identità in movimento


Manifiesto de La Habana (Declaración del XI Festival Internacional de Poesia de La Habana y de la II Junta Mundial de Poetas por la Paz en Defensa de la Humanidad)

Comité Organizador del Festival Internacional de Poesía de La Habana


Unión de Escritores y Artistas de Cuba

Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana

Proyecto Cultural Sur para el fomento de las letras y las artes


Manifiesto de La Habana

    La poesía es un bien común.
    La poesía es un bien de primera necesidad.
    La poesía salva al hombre.
    La poesía es imprescindible como el agua como el aire como el pan.

    Los gobiernos del mundo deberían subsidiar la poesía
    como también a los alimentos y los libros y las medicinas
    el hombre tiene necesidad de poesía y de arte
    tanto como de alimentos y educación y justicia.
    Grande y urgente es la necesidad de comunicarse entre sí,
    recuperar el arte perdido de la conversación el saludo
    el abrazo entre los mujeres y los hombres del planeta.

    Por eso se hacen los festivales
    para eso convocamos a este festival.
    Un festival donde quepan todas las artes que son una en bien del hombre,
    una íntima fiesta en el corazón de cada ciudadano.
    Y que la poesía salga al encuentro del hombre común,
    destinatario y dueño al fin de toda obra humana.

    La poesía tiene todavía cosas que decirle a los hombres que salieron
    hace miles de años de las cavernas para no volver nunca a ellas
    sino para admirar la hermosa silueta de los bisontes.
    La poesía no ha apagado nunca los candelabros de la verdad y la belleza.
    La poesía es el rostro iluminado por los mejores sueños del hombre en la tierra.
    La poesía es un instrumento un arado una mano abierta un puño alzado un pañuelo
    un ánfora llena de agua limpia y fresca en el desierto.
    Por eso debemos permanecer junto al agua primordial de la poesía
    y juntar el fuego y danzar en su torno
    y defenderlo de la borrasca y la tormenta y de la fealdad y el mal
    que solapa su mano azul en la sombra.

    Los poetas somos ciudadanos del mundo.
    Defender y cuidar la belleza a como dé lugar
    y conquistar y defender el aire como se cuida el fuego
    no es sólo un derecho sino una hermosa misión
    que le otorga un alto sentido a la existencia humana.

    Convenzamos al hombre de que la vida debe ser preservada y la cultura humana salvada
    con la urgencia del que vislumbra el peligro y tiene el poder de la palabra.
    Y conjurar el silencio la intolerancia la violencia
    la destrucción de la cultura que es la anulación del hombre y su reducción a la nada.

    Alcemos la voz de la poesía desde la catedral de la conciencia y la buena voluntad
    hasta las plazas públicas donde el fervor anuncia que el amor no ha sido derrotado.

    Que el hombre sepa que la poesía está a su lado
    para iluminarlo y conducirlo como la libertad hacia la redención y la justicia
    y la construcción de un mundo donde sea posible vivir,
    donde le sea dado al hombre prolongar la especie en paz.

    Y edificar una casa planetaria para todos,
    sin distinción de raza, sexo, lengua, cultura, religión, credos estéticos o filosóficos.

    Construyamos, poetas, un mundo donde sea digno vivir.
    Los demás hombres y mujeres esperan de nosotros mucho más que una bella palabra.

      Ciudad de La Habana, 3 de mayo de 2006





Página enviada por Jorge Bousoño González
(7 de junio del 2006)


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