Cuba

Una identità in movimento

El libro: una necesidad vital

Adys M. Cupull Reyes



Fue una fiesta. La alegría recorrió el archipiélago, de oeste a este los libros constituyeron el obsequio favorito y deseado de la multitud. El cubano de las ciudades y de los pueblos entre montañas disfrutó de la presencia de los autores. Se esparcieron las narraciones, anécdotas, conferencias, entrevistas.

Una vez más fueron días de dicha, ante la realidad de la sonrisa, la palabra esperada, la pequeña firma en el libro y sobre todo la amistad y el amor de los hombres y mujeres de las letras, que el pueblo cubano siente suyos.

Sí, porque los escritores, los poetas tienen el poder de entrar, con la palabra escrita, en las casas y en los corazones de las gentes, quienes hablan de las obras que admiran, y les hacen las más acertadas y sorprendentes críticas.

Los autores recibieron la ternura desbordante, en las miradas, en la delicada atención, en la manera más especial de dar lo dulce, lo suave, y candoroso hasta el detalle con una pequeñísima flor, para hacerles felices y gratas sus estancias en cada inolvidable lugar de Cuba, la tierra que aman, y que es su inspiración.

Una pléyade de escritores jóvenes ha entrado en el nuevo siglo. Sus obras auguran la continuidad de la tradición de la excelente literatura cubana. Las nuevos talentos se multiplican, aunque todavía no llega a la plenitud de participantes que se espera. Es el comienzo del magno proyecto de La Feria Internacional que se convierte en la fiesta del libro, de los lectores, y autores, acompañada de las actuaciones de coros, obras de teatro, danzas, y relevantes interpretaciones de los artistas de cada localidiad.

Una de las visitantes expresó:

"Si me preguntaran que fue lo que más me impresionó durante el XIV Feria Internacional del Libro, yo digo: la juventud, los niños, la variedad de los libros, la cultura, y la ternura inmensa de este pueblo".

El narrador, poeta y crítico literario Andrés Casanova, miembro de la UNEAC, quien ha publicado varias novelas, entre ellas: "Hoy es lunes" y "Las nubes de algodón", al inaugurar el evento en la ciudad de Las Tunas, se refirió al veradero alcance tierno de esta fiesta. Recordó su niñez, durante la década del 1960, cuando un tren especial se detuvo varios días en la zona del ferrocarril, y en sus vagones se exponían ediciones económicas de libros impresos por la Imprenta Nacional, casa editora fundada por Alejo Carpentier.

"Aquel tren de entonces, afirmó, fue el antecedente de lo que hoy constituye un acontecimiento cultural para todo el país, la Feria Internacional del Libro de La Habana y las ferias que se realizan en las capitales de provincias y otras principales ciudades cubanas".

Casanova denominó la Feria Internacional del Libro como la más importante y masiva fiesta de la cultura, que de una manera u otra, impacta cada hogar. Al referirse a los escritores, a los lectores y a los libros, dijo:

"La de este año, dedicada a la cultura del pueblo brasileño y a dos grandes de la literatura cubana, Jesús Orta Ruiz y Abelardo Estorino, no puede pasar por alto en la localidad a tres escritores que ya no estarán físicamente pero que sin salir jamás de nuestro entorno de manera permanente, dejaron una obra meritoria que espero sea conocida en toda su magnitud. Me refiero a Gilberto Rodríguez, Martha Pérez Leyva y Guillermo Vidal".

"Permítaseme entonces una breve reflexión sobre las relaciones entre el escritor y sus lectores, vínculo que se establece cuando el libro, tras un largo proceso creativo, se convierte ya en el producto final, en el texto que se adquiere e incluso pasa de una mano a la otra entre familiares y amigos".

"Podríamos decir que el desarrollo de la humanidad se mide por su salida desde las cavernas hacia el espacio interplanetario, y ese salto fue posible gracias a la invención de la imprenta, la que permitió socializar la transmisión escrita de la cultura por medio de los libros. Es decir, que al lograrse la palabra escrita y su reproducción, fue incrementándose de manera paulatina la cultura popular. Y con el paso del tiempo el libro devino no sólo fuente de gozo, de placer por las historias reales o ficticias, sino también agua viva y profunda, especie de río que corre, y pozo de sabiduría.

Señaló, que el escritor es un creador y un protagonista de un fenómeno que va mas allá de lo simplemente circunstancial:

"Porque en nuestra sociedad, por suerte, la literatura no es un negocio, sino fuente de enriquecimiento espiritual para el pueblo todo, sin exclusiones de ningún tipo. Los lectores entonces podrán encontrar en nuestros locales de presentación y en los de venta, lo mejor de los libros que se editan en el país. Los más variados géneros serán puestos a su disposición con el propósito esencial de lograr que nos convirtamos en uno de los países más cultos del mundo, propósito que sólo podrá lograrse cuando cada cubano se transforme en un lector impenitente y empedernido".

"Abre sus cortinas esta extensión de la Feria Internacional de La Habana, lo que nos llena de regocijo porque además de los libros, nos reencontraremos con otros escritores y viejos amigos que nos visitan y a quienes estamos dando una cálida bienvenida, así como a otros que llegarán en los siguientes días y con quienes podremos compartir lecturas en centros de trabajo y estudiantiles, y junto a ellos firmar los libros que presentaremos ante un público que siempre se identifica con nuestros textos".

"Y si de algo pudiésemos sentirnos orgullosos hoy como escritores — si nos fuera permitido por un instante en este día sentir un ápice de vanidad —, no es porque aspiremos a la fama o a las riquezas materiales, o porque nos invada la sed de trascendencia, sino de vivir en un país distinto. Porque mientras en otros sitios se enseñorea el analfabetismo o la violencia, mientras en otros la globalización y el fundamentalismo atacan las raíces del arte, en nuestro país escritores y lectores podemos compartir juntos la dicha, unos de escribir los libros y publicarlos, otros de adquirirlos, pero no porque formen parte de un lujo o para fingir una cultura que no dan las grandes cuentas en los bancos ni los títulos nobiliarios o los académicos, no porque estén esos libros metidos dentro del proceso mercancía-dinero, sino porque para todos nosotros el libro se ha convertido con el paso de los años en una necesidad vital, en arcano para alcanzar la sabiduría".

La XIV Feria ha concluido, la ternura perdurará, y espera el regreso de los autores en la XV Feria, del próximo año, que será dedicado a nuestra poetisa Nancy Morejón, al querido poeta y escritor Angel Augier. Y a VENEZUELA.


Fuente: CUBARTE



11 de Marzo, 2005




Página enviada por Froilán González y Adys M. Cupull Reyes


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