Cada localidad — por perdida que se encuentre en el mundo — tiene sus propios fantasmas: esos que rondan convertidos en pasajes sobresalientes de la realidad, en muchas ocasiones dimensionados por la imaginación del pueblo. Así es como surgen las leyendas. Y la ciudad de Camagüey — que pronto cumplirá 490 años — tiene las suyas, equiparables a otras famosas del Planeta.
De tal manera, durante decenas de años, muchos hijos de estas tierras lograron indagar sobre ellas e — incluso — plasmarlas en blanco y negro. La primera experiencia conocida, data del año 1945, cuando la Catedrática de Español del lugareño Instituto de Segunda Enseñanza, doctora Ángela Pérez de la Lama, se dio a la tarea de entusiasmar a sus alumnos, mediante investigaciones al respecto. Así surgió El Camagüey legendario, que llenó un vacío y rescató para la posteridad, valores patrimoniales de envergadura. Ahí se encuentra su mérito.
Después surgieron otros volúmenes, como Tradiciones camagüeyanas, de Abel Marrero, en 1960; Un pueblo grande, de Ariel García Suárez y Camagüey: de la leyenda y la historia, de Héctor Juárez, en la década de los 90 del pasado siglo. Más reciente, es el cuaderno del doctor Roberto Méndez Martínez titulado Leyendas y tradiciones del Camagüey, que continúa tan estimable manera de no permitir soslayos, omisiones u olvidos para con la herencia legítima de los actuales principeños.
Tiene este título de la agramontina editorial "Ácana", la virtud de instruir amena y elegantemente, que tales son los atributos de su autor, reconocido poeta, ensayista y articulista de la región.
En las 121 páginas de Leyendas y tradiciones del Camagüey, Méndez logra reunir las más relevantes estampas — ficticias o sucedidas — en la historia de la antigua villa de Santa María del Puerto del Príncipe.
Con su estilo desprovisto de afeites, nos adentra en l5 pasajes, como: El rapto de las principeñas; La fundación de la ermita de La Soledad — actual Iglesia que constituye una joya arquitectónica del territorio —; La otra coronación de la escritora Gertrudis Gómez de Avellaneda — Hija Ilustre de estas tierras — y las infaltables leyendas de Dolores Rondón, del Indio Bravo y del Santo Sepulcro.
Es otra contribución que se recomienda a quienes — naturales o no de esta enigmática e incomparable ciudad, cercana a su casi medio milenio de existencia — se interesan en sus raíces y desde ya se aprestan a celebrar el próximo onomástico: el 2 de febrero del 2004.
Leyendas y tradiciones del Camagüey, de Roberto Méndez Martínez es un texto muy bien recibido. Y que se agradece.
Fuente: Radio Cadena Agramonte, Camagüey
http://www.cadenagramonte.cubaweb.cu/ambito_cultural.asp