El arribo al 115 aniversario del nacimiento del Dr. José Luciano Franco Ferrán, el 13 de diciembre del 2006, urge e inspira a la reflexión por la condición humana de este hombre, exacta conjunción de erudición y modestia, de energía y ternura, de grandeza y sencillez.
El hablar en presente de quien el 5 de diciembre de 1989 dejara de existir físicamente, no solo es presente histórico, sino vigencia concreta.,por que el poderoso pensamiento unido a la riqueza que se aprecia en su obra hacen obligada referencia a la actualidad. En este sentido es coherente hablar de quien, poseedor de un espectro existencial amplísimo, no dilapidó ni un minuto en su larga vida: de ahí que su trabajo trascienda y continue orientando a los estudioso de la Historia Afroamericana.
No es fácil hacer un recuento de la vida del Dr. Franco, reconstruir su tiempo que comienza en la Cuba Colonial y culmina en el victorioso proceso de la Revolución Cubana.
EL GALLEGUITO
El año que nace José Luciano Franco, 1891, tiene fuertes perfiles históricos. José Martí pronuncia en Tampa dos de sus más formidables discursos por la Guerra Necesaria: "Con Todos y Para el Bien de Todos" y "Los Pinos Nuevos". También en esa ciudad se funda la "Liga", institución a la que Martí haría testimonio de respeto y entrega por su noble y constante labor por la libertad; Martín Morúa Delgado, intelectual hijo de esclava, publica en la Habana su novela "Sofía". El General Antonio Maceo Grajales en su bregar continental preparatorio de la etapa definitiva de la lucha independentista, se trasladaría a Costa Rica donde constituye, en Nicoya, lo que fue un importantisimo lugar de entrenamiento y preparación, la hacienda La Mansión. En ese mismo año se cumplía el primer centenario del comienzo de la Revolución Haitiana, proceso iniciador para todo el Caribe y América Latina.
Hoy valoramos la coincidencia de estos hechos porque José Luciano Franco es el biógrafo más importante del Titán de Bronce y el historiador que nos entrega la obra cubana más completa y vasta sobre la Revolución de Haití.
En tiempos del nacimiento y la infancia de José Luciano Franco, las calles de la Habana se podían diferenciar con el simple termino de intra o extra muros, según la abrazaran o no las famosas e incongruentes murallas de la Ciudad. Adentrándose en Zanja por el barrio de San Lázaro, en el solar de "Los Nichos" vivía José Luciano Franco. La ciudad aunque escasa de habitantes, desbordaba de un florklorismo en aquel barrio donde se reunían chinos (antiguos coolíes) pardos y morenos libres, españoles pobres y criollos humildes. Todo se mestizaba, se hacia evidente tambien la socidez del brote cultural. Se cruzaban las "razas" para continuar subrayando la mulatez cubana.
Ese es el marco donde fructificó el pequeño retoño de Caridad Ferrán y José Franco. Ella, de indudable y vigorosa ascendencia africana; él, hijo legitimo de gallegos: de la pareja nacerán dos niñas y el varón Joseíto.
Asombra en aquel tiempo lo legal del vinculo amoroso que reunía a los polos étnicos fundamentales de la cubanía. La explicación es contextual. En el barrio de "San Lázaro" podía ser así porque allí aunque no se borraban los limites raciales, era posible "saltarlos". Por eso José y Caridad vivieron felices casi 15 años, hasta que dos meses después de nacer José Luciano muere la madre. El niño queda a cargo de una tía paterna que lo colmo de cariño y le forjo una personalidad donde se encontraban elementos del vigente etnos gallego que predominaba en la tradición familiar.
Es en esta época que el pequeño José Luciano es conocido por el Gallegito. Se iniciaba en 1899 en la humilde escuela publica del barrio y sería "bautizado" con este mote por el gracejo cotidiano de su habla. Doña Rosario Betancourt, su amadisima esposa por 68 años, recuerda como en unos de sus viajes al llegar a la Coruña visitan un bodegón donde Franco hablo en perfecto gallego para sorpresa y alegría de la concurrencia. El dueño no lo dejó pagar nada de lo consumido. De la época del Galleguito diría, en 1978, en su libro aún inédito Mi Viejo Barrio: