El vuelo del albatros
José Millet
El vuelo del albatros
Para mi hermano, tunero y escritor,
Rafael Carralero Bosch o Almaguer
Esta no es historia para ser contada,
menos a niños de nuestro (otro) mundo.
Vuelo largamente entre las olas
me poso
en el mástil de algunos de estos barcos pasajeros
a estudiar el perfil de una extraña criatura
a la que,
por más esfuerzo que hago,
cada vez menos conozco.
Esa criatura extraña
Pesca,
Caza,
Siembra,
Planta,
Cultiva,
Cosecha,
en su casa posee mansos animales que antes eran fieras
también alimenta con sus manos a los miembros de su familia
es diestro en dirigir a otros en distintas faenas
en unas edificaciones erizadas de peligros que creo llaman ciudades
que para nosotras, los albatros,
frágiles criaturas al viento
se nos antojan más bien perniciosos antros de
ruido
gases contaminantes
estreses
aguas negras
que circulan por canales hasta nuestra madre la Mar
que a la larga contaminan para enfermar a lo que llaman "sociedades humanas".
Aplicando estrictamente los métodos científicos a esta criatura
observo
obtengo y proceso la data para llegar a la siguiente comprobación de hipótesis:
el hombre es la única especie animal que pone todo su
empeño
conocimientos
experiencias
recursos
(algunos de éstos sofisticados como las modernas tecnologías)
en fin
saberes largamente acumulados por infinitas cadenas generacionales
para
dañar su hogar
dañarse a sí mismo
esforzarse por vivir en jaulas (no me refiero sólo a las cárceles)
y de paso enjaularnos a nosotros los animales
cazarnos con trampas, balas e incluso explosivos tipo dinamita creados por un señor Nóbel
cuyo nombre han dado al Premio más famoso y millonario del planeta.
La conclusión de mayor rango de importancia de este estudio
(provisional, claro está , hasta que no sé demuestre lo contrario)
es que esta es la única criatura que mata a ejemplares de su propia especie.
Ahora que he lanzado la última ojeada desde el mástil,
he decidido, y declaro, que prefiero que mis críos,
tiernos retoños que con amor empollé y crié con tanta ternura
entre las olas,
terminen sus días en las fauces de un tiburón
antes de ser víctimas de un disparo traicionero.
José Millet
Coro, octubre 23.2007