Cuba

Una identità in movimento


"Signos" y sus 40 cumpleaños

Rafael Lara González


La Revista "Signos" pretende

"... la concertación en sus páginas de nuestros intereses de vida, a veces opuestos en sus afirmaciones,
con el solo fin de servir al progreso cultural de un modo directo y verdadero,
sin capillismo ni cerrazón dogmática. Otra cosa no tenía noble significación ni serviría de veras" (Samuel Feijoo).


En Noviembre del 1969 nace la Revista "Signos" gracias a la perseverancia de Samuel Feijoo, antes laboraba en la Dirección de Publicaciones de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas, donde también dirigió la Revista "Islas". Aquel primer número contó con una ilustración de portada a cargo de Wifredo Lam. En 1985, tras concluir su número 35, Feijoo deja la dirección de "Signos" por enfermedad; se mantiene el proyecto descabezado por tres años, hasta que en 1988 el escritor Félix Luis Viera asume la dirección, con el concurso de Carlos Alé como editor, y consigue publicar 6 números más, hasta que en 1996, el también escritor Ricardo Riverón Rojas, se hace cargo de la dirección de la revista hasta los días de hoy. Bajo la dirección de Riverón, y contando con Carlos Alé, René Batista Moreno, Yamil Díaz y Edelmis Anoceto como editores sucesivos, han salido 15 números (del 43 al 57). En las páginas de "Signos", acogida a una filosofía inclusiva de validación de procesos sepultados en el silencio editorial, se han mezclado, de manera ecléctica, grandes firmas, como las de Jean Dubuffet, Roberto Altmann, Wifredo Lam, René Portocarrero, Mario Benedetti, Eliseo Diego, Fayad Jamís, Nicolás Guillén, José Lezama Lima, Roberto Fernández Retamar y muchos otros grandes, con las de personas prácticamente desconocidas hasta su rescate por parte de la revista, como: Aída Ida Morales, Pedro Osés, Noel Guzmán Boffill, Adalberto Suárez, Ramón Rodríguez Limonte, Alberto Anido Pacheco, Miriam Dorta, y también han hecho vida escritores como René Batista Moreno, Yamil Díaz Gómez, Jesús Díaz Rojas y Rogelio Menéndez Gallo entre otros. Durante la celebración reciente del 40 aniversario se produjo la salida de un número especial, preparado con sentido antológico, donde se recogen algunos de los materiales más interesantes y sugerentes de los 57 números existentes, tanto textuales como gráficos. Entre ellos se destacan: "Función del mito en la vida", de Bronislaw Malinowsky, "Literatura intestinal", de Samuel Feijoo, "Los tocadores de arpa en Remedios", de Facundo Ramos, "La visita del poeta-dibujante 'vanguardista' García Lorca provoca polémicas en Cienfuegos", de Florentino Morales, "La boda en Mongolia", de Ricardo A. Danza Sigas, "Máximo, el de Manajanabo" de Rafael Lara González, "La Yegua de Alberto Moya" de René Batista Moreno, "Regularidades socio-psicológicas del buen sapingo", de Alexis Castañeda Pérez de Alejo, entre otros, así como una amplísima muestra de la gráfica publicada en la primera y segunda época de la revista.

Para ilustrar con más detalles me remito a un singular texto que aparece en la página inicial del Antológico número, en el que reina el sentido ético, persuadiendo de alguna manera la imposibilidad de volver a publicar los cientos de artículos y dibujos de gran valor que durante cuarenta años y 57 números ha contado la Revista "Signos":


Cuarenta años después de que — con algo de Quijote y mucho más de Sancho — echara a cabalgar el primer número de "Signos", nuestra revista quiere lanzar, con este número de intenciones antológicas, una mirada a su propio pasado. Imposible reeditar todo lo trascendente, todo lo memorable que asomó alguna vez al mundo desde nuestras páginas. Imposible repetir todas las firmas relevantes que calzaron algún artículo o dibujo durante cuatro decenios luminosos. Pero lo que aquí vuelve a publicarse debe tomarse como un regalo de aniversario a nuestros numerosos lectores, como un homenaje a nuestro quijotesco fundador y, sobre todo, como la promesa de que — aún en medio de molinos de viento que la han cercado muchas veces — "Signos" seguirá siendo un eco vivo en la expresión del nuestro y de otros pueblos.


Me inclino a sospechar que "Signos" en aquel entonces para Feijoo representó el nivel más alto en la difusión y socialización investigativa de aquellos temas relacionados con nuestras tradiciones, ya había tenido la posibilidad y la experiencia a través de la Revista "Ateje" en 1950 y cuando ocho años más tarde funda la Revista "Islas", en aquella época no era común contar con publicaciones de este tipo, por lo que sin lugar a duda significó un acontecimiento de vital importancia para los estudios antropológicos de la cultura cubana y universal.

De sabido, las difíciles circunstancias en la que Feijoo fue objeto por un grupo de insidiosos e envidiosos profesores y académicos de la Universidad Central de Las Villas, quienes pronunciaban públicamente su descontento por las "cosas que hacía" emitiendo criterios míseros (estaba trabajando con mucha libertad, no respetaba los horarios establecidos y por realizar trabajos diferentes), es entonces cuando se encontraba en unos de sus viajes por los países socialistas de Europa, en específico Bulgaria, representando precisamente a la Revista "Isla", aprovechando su inasistencia junto al apoyo del Rector en ese momento es expulsado de dicho plantel, al pasar algún tiempo se quiso enmendar el error cometido a raíz del reclamo de grandiosos intelectuales como Carlos Rafael Rodríguez, Cintio Vitier, Fina García, Eliseo Diego, Juan Marinello, Nicolás Guillén, Raúl Roa; entre otros; este último se personificó en Sta Clara en nombre de todos los intelectuales de Cuba, es así que se le propone la apertura de una Revista con el perfil semejante a "Islas", pero con una transcendencia mucho mayor al ser adscripta de forma oficial al entonces Consejo Nacional de Cultura.

En ese primer número Feijoo deja bien claro las pretensiones de la Revista:


La Revista "Signos" es órgano del Departamento de Investigaciones de la Expresión de los pueblos, radicado en la provincia de Las Villas. "Signos" no vive solo para especializados o sumos conocedores, sino que también cumple tareas de divulgación de pensamiento, de sabiduría artística y popular, en sus varias formas y esencias. "Signos" cubre una importante función en su pueblo, que recién despierta a la cultura total. "Signos" se esforzará en la gráfica más original, limpia y abierta. "Signos" está firmemente por la liberación de los pueblos americanos. Las oligarquías que padecen desaparecerán ante el creciente empuje de la justicia social sobre la tierra.


Cuando el gran niño comienza a crecer también comienza a conocerse mucho más, no solo en Cuba sino en el extranjero, esto es avalado cuando en un evento en Japón se cataloga entre las mejores 10 revistas culturales de todo el universo y desde la Biblioteca Pública de Washington se emite una correspondencia con el pedido de la reposición de varios números, mientras en varias ocasiones también fue traducida a varios idiomas, sobre todo en aclamo de los países socialistas de Europa. En los 35 números que dirigió Feijoo se mantiene el precepto por el que fue creado "Signos", el de representar a los hombres del pueblo y para el pueblo, en uno de sus escritos expresa:


... Un hombre henchido en todo su fondo, único, de un inmenso amor, se ve expuesto, por la justicia y la obra que este libro incesante, a peligros supremos y a espantos grandes...


A pasar el tiempo han sido varios los intelectuales que han marcado su huella sobre y de "Signos", me referiré a un texto; parte del artículo de Virgilio López Lemus titulado "Islas, Signos y Feijoo: lo insólito y lo contextual" que aparece en la Revista "Signos" Nro 42, en que refiere con un enfoque personal los elementos que pretende Feijoo con estas ediciones:


  1. Búsqueda de lo anticonvencional;
  2. libertad e imaginación, que no son portadores de anarquía, pero sí de amplitud formal y de contenidos;
  3. variedad dentro del perfil, que implica ser más una revista de cultura general que Literaria;
  4. creatividad, que se apoya en la imagen, en le grabado sin márgenes, corondeles u otros encasillamientos de la disposición de los textos y gráficos;
  5. imaginación de diseño, muy vinculada con un grabado que se independiza del carácter ilustrador (aunque algunas veces lo recupere, sobre todo cuando se insertan fotografías), con valor por ser dentro de una publicación ceda vez más dedicada a la divulgación de textos teóricos, a la compilación folclórica como la gráfica;
  6. medio para dar a conocer la obra propia del Director, quien desde el número 2 de Islas convierte en tradicional la inclusión de sus textos, dibujos y fotografías (absolutizados en "Signos" con los ejemplares que dedican a su autobiografía "El sensible Zapapico";
  7. medio para presentar a nuevos autores, sobre todo los poetas, y para recopilaciones de materiales de la cultura popular tradicional, preferentemente de carácter oral.

A favor del conocimiento, promoción, difusión y preservación del Patrimonio Cultural vivo poseemos en la actualidad en Cuba varias revistas culturales en las que podemos encontrar temas peculiares que dedican con sus plegarias, infinidades de contenidos muy interesantes y con determinado rigor que podemos apreciar en sus páginas, brindando todo ese legado de manifestaciones y expresiones de hombres, grupos o comunidades, que transportan a través de la magia de aquellos saberes, costumbres y arraigos heredados por mucho tiempo en campos y ciudades de nuestra geografía nacional e incluso más allá de nuestro querido archipiélago y del Caribe; es el caso de la Revista "Del Caribe" y "Catauro" que unido a la colección "Fuente Viva", representan las ediciones más sólidas y fieles a los estudios antropológicos, elemento que deviene de los acertados preceptos que en algún momento alegó nuestro legendario Fernando Ortiz.

El gran valor para la Cultura Cubana de la Revista "Signos" aún no ocupa el verdadero espacio para muchos de nosotros, me atrevo a revelar que no existe otra revista cultural en el mundo que posea 40 años, su grado de inserción de aquellos autores con deseos de escribir y que encuentran en ella esa posibilidad, creando así una composición matizada por un equilibrio heterogéneo, concerniente en el encuentro de intelectuales reconocidos que comparten su discurso literario con aquellos noveles llenos de ansías enérgicas que revelan sus pasajes, anécdotas, experiencias, y que no encuentran el camino en grandes editoriales, en el rico intercambio convergen así una sola idea; la de conocer la cotidianidad que fluye de los pequeños espacios, de los rincones más insospechados y que en la mayoría de las ocasiones se encuentran en el anonimato, al parecer en "Signos" encontramos la cultura menos contagiada que proviene de los estudios e investigaciones de carácter antropológico. Sería muy oportuno impregnarle mucha más atención, enriquecer su presencia y calidad de edición con materiales de mucha más calidad, así como rescatar su promoción con un alcance nacional e internacional como lo tuvo en sus inicios, esto agradecería en gran medida la fructífera connotación que durante estos 40 años de existencia ha caracterizado este gran proyecto.

Encontremos en "Signos" el prisma de la cultura que se teje en el escenario de lo más popular, arraigal y costumbrista que conocemos, ella seguirá alumbrando nuestro horizonte cognoscitivo, ser de sus más fieles lectores significa acercarnos a lo más autóctono de nuestra identidad y lograremos entonces preservar e incentivar el sentido de pertenencia en las nuevas generaciones; por eso: — ¡en hora buena!, ¡Feliz cumpleaños!









Página enviada por Dr. Jesús Guanche Pérez
Fundación Fernando Ortiz
(17 de enero de 2010)


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