Cuba

Una identità in movimento


Para una poética de la ironía de El compadre Mendoza

Norbisley Fernández Ramírez


El compadre Mendoza es un filme que, aunque no escapa a las hoy repetidas fórmulas del posterior "Cine de oro mexicano" (Grandes contrates emocionales que tienen su receta en pasiones desenfrenadas, intrigas, reprimidas historias de amor y realce del clásico tipo macho mexicano tan impredecible entre manso y tempestuoso) se destaca — a mi modo de ver — por el tema que trata. Aquí el tópico central no va a ser una gran historia de amor que termina felizmente al estilo de "Tú y las nubes" — aunque, como ya advertí tampoco va estar ausente — sino el comportamiento de un individuo (que representa con toda intención el accionar de una clase en un momento histórico mexicano muy convulso) que debe elegir entre la traición a una buena amistad y su comodidad personal y familiar. En tal sentido podría decir que es una de las más "realistas" que he visto.

Fuentes propone una reflexión muy sugestiva: la postura de la doble moral de la clase terrateniente frente al conflicto zapatista. Postura que pudiera tener de fondo — además de los intereses económicos presentes en el material — la "no pertenencia" o "no identificación" de los criollos adinerados; una especie de "no lugar" del rico americano que, en su posición de rico no está con la causa de los pobres y obedece al gobierno que le mantendrá en su estatus económico, pero por su posición de criollo tampoco le es fiel a estos últimos. Es un discurso de supervivencia más allá de una moral doble o baja. Esta preocupación ha sido una constante en el pensamiento latinoamericano y el cine, en su función de denuncia, explicación o simple exposición de la realidad social, no está exento de esto.

Aunque en este ejercicio soy solo una amateur, me aventuro a definir tres partes para mí muy importantes en este filme: una especie de prólogo o introducción al tema, justificación y anticipo del conflicto central y clímax.

A manera de prólogo o introducción: parte de las primeras escenas donde se sitúa al espectador en la época histórico-concreta y el tipo de vida que lleva el protagonista a través del recibimiento de los zapatistas y el ejército del gobierno, donde el director elige como referente visual la sustitución de los cuadros.

Justificación y anticipo del conflicto central: lo fijo en las escenas de la boda del protagonista con Dolores y la interrupción y posterior salvación de la vida de Mendoza por el General Nieto. A partir del intercambio de miradas entre la novia y el general zapatista se establece la justificación del fortalecimiento de la amistad entre este y el protagonista. Justificación que se valida en la escena del nacimiento del hijo de Mendoza.

A propósito de esta escena quisiera señalar la astuta construcción del director y el guionista para engañar al espectador con la idea de que el niño es hijo de Nieto.

Clímax: estalla — en mi opinión — cuando Mendoza, aunque sabe que van a matar a su compadre y aunque siente remordimientos, y puede impedir que lo hagan se refugia en una histeria (muy a lo mexicano) y deja que suceda el asesinato.

Pienso que a pesar de que hoy tenemos muy "estigmatizado" cine mexicano, este filme me es un poco diferente en el sentido en que denuncia el comportamiento real de una clase a través de Mendoza con una ironía muy sutil que va desde el mismo título hasta un final en el que el esperado happy end de nuestra historia de amor no triunfa (aunque repito no está exento de los dramatismos de este tipo de cine)

Por otra parte creo obligatorio señalar lo cuidadoso que se fue a la hora de lograr los cambios de escenas. Cambios que van desde la transformación de la cámara en un personaje (cuando le avisan a Mendoza quienes vienen), la concentración de la cámara en un objeto en primer plano (botella, cuadro, almanaque, caballo) la metamorfosis de un pensamiento o idea en imagen, o sencillamente la superposición de estas últimas. Son partes que demuestran un trabajo de mesa detrás y que en consecuencia no rompen en modo alguno con el hilo discursivo de la historia.

También me parece oportuno destacar algunos elementos de identidad cultural del mexicano presentes en la historia. En mi opinión los componentes culturales que se ven con más fuerza son las locuciones (el lenguaje) y el vestuario. Expresiones como que el tequila es bebida de hombres y no así el coñac, y el archiconocido "usted es muy macho" mexicano nos remiten al añejo pero latente machismo latinoamericano que se apoya también en las poses de los protagonistas (en especial la de Nieto) y el atuendo masculino de sombrero y pañuelo.

Además se alude a la ranchera mexicana para comentar situaciones y emitir criterios y al baile también.

Prácticas culturales como los balies y la comida se convierten en unidades de diferenciación de clases

En fin creo "sin romanticismos ni suspiritos" que es un filme que hace justicia a una época mexicana intentando transmitir un mensaje que muy serio.








Página enviada por Norbisley Fernández Ramírez
(27 de junio de 2008)

Lic. Norbisley Fernández Ramírez


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