Cuba

Una identità in movimento


Primer obituario para Elisa[1]

Eliécer Fernández Diéguez


Puedo decirlo hoy con todo el amor y la admiración del mundo: ella se inauguró ante mi vista, en cuanto a poesía para niños, con un poema a revisar por mí antes de ser presentado en el seno del Taller Literario "Rubén Martínez Villena" del municipio Camagüey, era la época feliz de mi vida como creador literario y más que creador como promotor de esa manifestación del arte, pues me desempeñaba como especialista de literatura del municipio y asesor de ese taller insigne que había sido fundado por Juan Ramírez Pellerano en julio de 1968.

Aquel poema de dimensión especial para la ternura se intitulaba "Disputa Orquestal", y para el mejor disfrute de mis ojos lo leí como se debe leer la poesía de manera circular, acudiendo a sus redes isotópicas más allá del disfrute formal de los recursos literarios , sin intensiones hermenúticas, pensando en el texto que transportaba los sueños hasta el teatro "Los vientos", participé del ensayo de los instrumentos en aquel mes lleno de flores, volví, — imaginariamente a la partitura —, a la orquestación y el saxo para el jazz penetró en mis oídos con piano, violín y armonía; y como la identidad caribeña no podía faltar: el tambor trajo a la rumba con aquellos ingredientes imperecederos y agregó en los cuatro versos finales timbal, pandereta, laúd y rumbón; nada, que la poetisa sabe que su misión es musical y con ella cumplió.

Reconocí aquel día un valor clave en la poesía para niños presente en "Disputa orquestal", más que la enseñanza por la enseñanza, más que la función didáctica, — donde podía campear por su condición de maestra —, estaba el relato, el pequeño cuento que comienza en disputa y concluye en desenlace de gozo de "gran salud" del "rumbón sin igual".

Después vino el embate del taller literario que tenía entre sus méritos aplicar muy bien lo aprendido en cuanto a crítica se refiere, Elisa siguió consejos y presentó la obra con éxito en el encuentro municipal y provincial.

Para mi alegría el poema no quedó allí, sino que lo trabajó con la paciencia artística que lo caracterizaba y conformó un libro que hoy tengo el honor de comentarles "Jugar a la rima", el poema 23 es "Disputa orquestal".

Este poemario fue a para al concurso literario para niño "Premio de la ciudad", su seudónimo fue rimadora. Me hubiese gustado que ella alcanzara aquel premio, o alguna recomendación, el jurado reconoció sus valores y ella no se amilanó, continuó puliendo el libro y profundizó su obra.

Su dedicación familiar aparece en cada verso de "Jugar a la rima", allí están sus queridos sobrinos a quienes destinó el libro "por la ternura y el amor, por existir". Habla con ella misma como si fuera cada uno de ellos, por eso se dice en poema que inicia el libro:


Una nueva diversión
deseamos aprender.
Tía, tu debes saber,
no se pierda la ocasión.


Para después de todo el juego a la rima cerrar con broche de amor en nombre de los queridos sobrinitos:


Tía, nos gusta jugar
a tu juego de palabras
acompañarnos querían
todas las aves que cantan.


Después del preámbulo, con la voz de sus sobrinos, Elisa hace invitación a jugar a la rima con tres rimas distintas que cierran cada cuarteta de seis sílabas bien medidas y con una musicalidad singular, necesaria y propia para los destinatarios, invitación ésta que es la primera y la segunda de la rima, y la tercera desde el plural a que rimen las rimas. Juego que es en primer lugar para el rimador, después para el imaginador y por último para el vencedor. ¡Vaya objetivo éste! ¡objetivo de fuerza moral! Objetivo que pone de manifiesto o la maestría sus versos a una edad necesaria.

Después de la invitación vuelve su voz clara e integra a ubicarse en la posición del sobrino interlocutor que la interroga con una ingenuidad inteligente; con el sabor de la niña que siempre fue, sobre todo para preguntar y motivar al pensamiento lateral en los niños. Sus sobrinos hablan:


¿Es verdad que con palabras
rimas yo puedo inventar?
Anda, vamos a probar
muéstranos ya sin tardanza.


Por conocer la importancia de la isotopía en el proceso creador de sus poemas la poetisa resuelve presentar en cuatro versos las "Rimas del Totí", cuatro versos en arte mayor, endecasílabos pareados con un juego rítmico bien concebido, utilizado con la maestría que le asiste de la sexta y la décima sílaba.

Como cubana convencida de que lo es sabe que la décima nos acompaña por tradición, deseo y necesidad; así vienen sus versos más sugerentes en el plano tropológico, como el caso de los cuatro versos que cierran el poema: "milagros", cuando propone con su magia y espíritu creador:


¿El resplandor del rubí,
en seis gotas de rocío,
que me convierten un río
en perfumes de alelí.


¿Recursos estos que alcanzan el vuelo poético especial que le acompaña cuando habla de magia de la naturaleza que está en todas partes "como paloma y arrullo en el viento" y donde sus sobrinos, que son vistos por la creadora en una amor esencialmente poético reflejados en los pequeños sinsontes que por diversos lugares del campo y el paisaje


"... de cantos visten la aurora".


La autora nos hace otro cuento que los niños agradecerán y disfrutarán con mucho amor, es sobre un jicoteo que sabe lo que tiene que saber, en decir seis pareados octosílabos by que titula "El ABC de la vida", donde con resumen sustancial destaca el papel del arte que la ciencia explica y demuestra.

La poetisa que un día fue maestra se presenta, con un poco de nostalgias y también de orgullo, en un análisis sobre el avance de la educación en los momentos actuales en es poema que tituló: "Avanza con ciencia", no faltan en el poema las clases televisivas y el uso de las computadoras.

Siguen a su nostalgia por la escuela unos versos que cuentan una historia ficticia y casi mágica con el título de "Gorriones" sobre su perra Malú, sus gallinas en el patio, el gato del vecino. El recurso más trayente para sus sobrinos no está en el poema en sí, sino en un personaje real que conocen ellos y que por suerte conocemos también sus amigos cercanos: Malú, su perra. La que muchas veces vimos cerca de la escritora Andar y desandar la casa, seguirla a cualquier parte, o sencillamente ladrar por la presencia nuestra, a veces amigablemente y otras de manera descompuesta para obligar a Elisa a olvidarse de las campanas, de la cocina, del gallinero, del gato del vecino y echar un regaño a Malú. Ella protesta más que sus gallinas cuando Malú se altera y con sus protestas viene la calma.

¿Dónde están las rimas del Maní o las rimas del Candor? Seguro más allá de la invitación inicial. Yo las veo venir, y las veo llegar en poemas aparte. Las del Maní son las rimas dulces que desatan la imaginación del niño porque les gustan, en dos direcciones muy distintas. Como alimento del cuerpo por turrón molido o en grano o simple cucurucho y como alimento del alma que se establece en versos de nueve sílabas y alterno como cuarteta de rima consonante que define la poetisa como sus rimas alternas y ternas pare el niño y el cariño.

Con el título de "Sobrinos" aparece el poema donde la autora, más directamente, homenajea a Yohana, Tahimí, Marisela, Daniela, Marcos y Milena (las seis gotas de rocío de las que nos hablara en el poema "Milagro") en seis cuartetas como número de sobrinos, con sus seis pare de negros ojos para leer sobre sus inquietudes, cinco flores cuidadas por un caballero del jardín familiar.

Un cacareo de gallinas entra con gran naturalidad en su juego de rimas, lo trae con amor y poesía la gallina Cocorocó. ¿Qué vemos en el poema? Un canto al amor de pareja donde pueden existir pequeñas diferencias por las pequeñas cosas que contiene la vida, un canto al amor de madre que se preocupa por alimentar a sus hijos y dos cantos por la sabiduría que se alcanza por asistir a la escuela y aprovechar el tiempo; y como siempre es posible en esta escuela el cuento, la fábula que gusta por sencilla.

Su fantasía sobre lo animado y vivo, como ocurre en el poema anterior "Corococó", es fácil de comprender por los pequeños lectores que están presentes en "Jugar a la rima"; pero algo muy distinto ocurre con personajes de la casa, tan familiares y necesarios en la cotidianidad del hogar, como Don Catre, Comadrita y Bastidor que en poema "Injusticia" funcionan como verdaderos personajes animados y activos, que cuentan y viven una historia encantadora por la misma fantasía que nos propone Elisa.

La misma magia que tienen en la mente sus amados sobrinitos conducen a la autora a contarnos una historia de amor, que es casi una leyenda familiar en el poema "Gallo enamorado", donde se habla de Tito que es una gallo singular que ha vuelto de la boda de su tío y la gallina Tuquina, tan hermosa, considerada por todos como "la damisela del poblado" ¿Y lo maravilloso dónde está en este poema? En el intertexto que realiza para hacer un nuevo cuento de "El gallo de bodas", después que Tito regresa y piensa en la hierba, el pero y el chivo, no loase desde la historia pasada y archiconocida por todos, no lo hace del lugar común, sino desde la murrina, desde le desvarío, desde lo propio con mezclas y síntesis, sin olvidar el palo, el fuego y el agua que tienen función distinta aquí, no contra el perro, el chivo o la hierba; ellos "encuestan al gallinero" y el sol amigo del gallo en aquel cuento, se divierte con Tito en esta nueva historia, para conquistar lectores desde la poesía.

No existen temas intocables en la literatura, por eso la poetisa cuenta una historia de amor entre un grillo de nombre Pipo y una luciérnaga que entra en la escena del poema y de la historia acicalada, con un hermoso traje nocturno; por sus rasgos es ingrata, altanera y sin piedad, por sus rasgos maneja muy a gusto la maldad y dice al enamorado:


"... su fiel amor no me importa".


Hay gentes así en la vida real, por eso este poema – fábula exalta la "ingratitud" mientras habla de ella uniéndola a la belleza de luciérnaga; y toca mejor el tema con esa filosofía que caracteriza a la escritora:


Con la propia luz cegada
mi amor, mi amistad aprecia
actitud inadecuada
infeliz será por necia.


Seguir el juego no es difícil, sobre todo cuando nos conduce el corazón y la mente de una mujer como Elisa, que en "Jugar a la Rima" escribe desde el amor y por amor, con un punto focal que no pierde, sus queridos sobrinos, esas seis gotas de rocío que ahora condensa y lleva hasta "Juego de nubes". Allí están ellos con la querida tía para jugar y volar, allí están en la esencia del poema para entrar en los diseños de figuras que hay que buscar con rapidez y fantasía cuando ella dice:


Allá ves un caballo
me parece trotón
pero ahora es un gallo
orgulloso y cantón.


Ella sabe que las inquietas nubes sólo pueden entrar en el juego de nubes como rimas consonantes en cuatro cuartetas, que por pasión creativa y filosofía propia cierran cuando dice:


Fíjate en un conejo
le pierdes en un salto
se transforma en reflejo
de tu sueño más alto.


¿Qué mayor filosofía? Las nubes juegan y riman pero también son sueño.

Su juego de rimas posee la misma luz que el corazón de la poetisa, hay que salvar al planeta, hay salvar a los hombres de los mismo hombres. Un diálogo poético sobre ello es "Madre, bendice mis armas". ¿Cuáles son? Muchas ideas para denunciar "la plaga", muchas para encaminar el futuro, y el arma más potente que se descubre en el poema es: la esperanza.

En "Abuela Anacleta" otra historia de amor por la vida, que anuncia en rimas diversas, cuenta desde la gracia amorosa como una anciana recorre el barrio y no lo hace "a pie sino en bicicleta" y el ejercicio fuerte le es de mucha utilidad para la risa y para no quejarse de los dolores que comúnmente salen con los años; montar bicicleta es un sueño fértil para la vida o como dice la autora "gimnasia mejor". Nada puede fortalecer más al ser humano que el ejercicio, nada. El ejercicio "pone al corazón como un roble", el ejercicio distensiona el alma y al cuerpo, el ejercicio en la bicicleta es la mejor receta para vivir sin padecer, para tener la presión "de un niño". Y, hacia dónde nos lleva la autora con sus sobrinos y con la abuela Anacleta en su pedalear:


Cada domingo temprano
en su patio nos reunimos
la dulce voz de soprano
en bellos cantos oímos.


Cada domingo, la autora, la abuela y sus sobrinos viajan hacia la felicidad de un juego de rimas y viajan hacia las canciones de la abuela soprano que endulza y fortalece su vos; montar en bicicleta.

Después del cuento sobre la abuela que canta ubica la poetisa las "Rimas del candor", en un cruza cruza necesario que conducen los versos al vestuario de las niñas, ella no lo entiende y ocurre en sus versos, no puede evitarlo, no puede y cumple felizmente con lo que había anunciado desde la "Invitación".

El mar está lejos de la casa de la poetisa, pero está cerca de su corazón, por eso lo ve amanecer sereno con su blando color y su aire que vuela haciendo cabriolas en su imaginación. Así es su poesía que pone a su mar distante a golpear las rocas sin piedad, y ella teme a su acción, teme a esos golpes y al dragón de maldad que es su mar quien "a todos intenta tragarse". Después ella destaca el punto sereno que está enamorado y besa con labios de brisa sin que falte la humedad y frescura: el mar está así por la presencia de sus chiquillos, porque es un mar de sueños que juega en rimas con la blanca tierra, nombrada por otros como arena. El mar es amigo porque sus sobrinos levantan casitas de arena, por eso los mira, los ama, les entrega una sonrisa amena en cada ola. El mar está lejos de la poetisa que desanda por la ciudad principeña entre adoquines y vetusta arquitectura, pero está cerca en sus versos que riman y juegan para ella en ese poema titulado: "Amigo mar".

Ocho versos se acercan y se acercarán eternamente a los ojos del lector más allá de un título atractivo en sí y para sí: "Rimas de Anís y Amor". Y en esas rimas de anís y amor, la rima: "es ola que vuela hasta el sol", la rima da calor y juega, la rima calma y como "espada vencerá al dolor". ¡Qué fuerza la de la rima! ¡Qué gracia y virtud la de la rima!

Cuanta gracia reúne en su creación la intertextualidad que aportó a Elisa el cuento de Onelio Jorge Cardoso, cuanto gracia allí en el poema "Marinero" y el barco de papel no para atravesar el mar sino la tierra guiado por un lucero y con "Cantos de amistad".

El poema "Fiesta" continúan en el juego de rima como un homenaje al ave que tiene los colores de la bandera cubana, al que ama la libertad y si lo encierran muere.

"Regálame tu canción" es un poema siguiendo el ritmo guilleneano y que la autora dedica al Poeta Nacional,[2] con bongó bongo ba, con los cueros calientes para la conga que arrolla por las calles principeñas dentro de esa fiesta tradicional y de cultura muy propia.

No sale de la intertextualidad guilleneana y de su ritmo en pleno carnaval para en el poema "Travesuras" sacar de un libro a Nené traviesa, para homenajear al Apóstol José Martí con todos Bebé, Raúl, Piedad, Leonor y con Pilar en su playa y ella con Nené se va:


"Y sus travesuras ganas
de repartir por el mundo
amor y fe en la mañana".


No se aparta la poetisa de su esencia sencilla y su condición patriótica, el título del poema es: "Nuestros Héroes" y los dedica a los héroes prisioneros del imperio, presentándolos como: "Cinco estrellas en la patria / depositaron las hadas"; Cuba es la campiña que defender del atroz terrorismo, Cuba es la razón primera para que ellos "Como ceibas se elevaran/ defensoras de tu risa". ¿Risa de quién? De los sobrinos, de los niños de cuba, y desde el aire mimoso vana darle forma y alisar cabellos, sin dejar de ser enérgicos, por ello aclara:


"... como hábiles jinetes al ciclón hicieron frenos".


¿Qué decir de esto versos?, por ser patrióticos y dedicados a héroes no están alejados de la poesía verdadera, lejos del lirismo necesario con sus correspondientes caminos del tropo, símbolo y filosofía; por eso como creadora de sentimiento y de poesía dice:


Para que esfera cristal
gire sobre un has de luz
combatieron en la sombra
y se encienden en virtud.


La tierra no puede ser de otra forma para la poetisa, es transparente como el cristal por donde pasa la luz en un haz y la hace girar. La misma tierra que más allá de la poesía necesita de hombres que la cuiden aunque estén ocultos, por la misión que cumplen, en la sombra que no atenta contra la honradez y la gloria sino que da virtud.
El mismo nivel de lirismo está en la puerta que conduce al cierre que es el poema : "¿Saber?" en sus rimas que juegan en asonancias ¿Qué es lo que no sabe mamá o madre?, que las ballenas, esas que tienen tanto mar, tanta agua y tanto sol no tienen lágrimas y se las "piden/ a las caracolas", que los delfines, esos seres mágicos que tanto amor anuncian en sus juegos y acrobacias se casan en bodas muy lindas "con las esmeraldas" y que los corales, esos seres bellos del agua, la vida estática y ligada al mar y a la tierra, un día cualquiera por obra y gracia de la poetisa permutan del lugar en que han vivido para un sitio especial y casi imposible fuera de la poesía


"... cerca de la luna".


¿Y qué es lo que sabe muy bien la madre o mamá? Que quien la quiere con todas las fuerzas de su corazón ha salido de sus entrañas como salen los poemas que ahora están jugando a la rima.


    Notas

    1. Elisa Belén Boza Batista, escritora camagüeyana fallecida recientemente. Autora del libro "Domesticar espejos".
    2. Nicolás Guillén Batista.






Página enviada por Eliécer Fernández Diéguez
(28 de abril de 2008)


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