CONFESIÓN
Confieso que soy apasionada,
Impaciente,
Imperfecta,
Inarmónica,
Vil proyecto inacabado.
De tan inconclusa me hago débil,
Me escudo tras la sonrisa amable,
Tras la mirada lúcida.
Cabeceo entre cristales rotos,
Visto de luto por la imposibilidad de mis deseos.
Envidio a la que pude ser y nunca fui,
A la que duerme en el recuerdo de aquellos
Que vieron en mí la imagen de su ideal
Cuando otra yo
Jugaba a la invisibilidad,
Y otra partía, llevándose mis alas,
Dejándome sola,
Condenada a permanecer en este mundo,
A encanecer, con pliegues en el alma y en el rostro,
Tornándome en este ser irremediablemente humano
Que no sabe si algo,
Al fin,
Perdurará...
Confieso, Señor,
Que a veces,
Quisiera desterrar en el olvido
A esas mujeres de mi prehistoria
Como única absolución de mi presente.
Página enviada por Marié Rojas Tamayo
(14 de septiembre del 2007)
Ilustración: Ray Respall