De cualquier manera su nombre se asocia con la poesía. Ya fuera por ser la musa inspiradora de Catulo, poeta romano, considerado el pionero en la lírica escrita en latín, quien con frecuencia se desgarraba en poemas acusativos contra la dama causante de su mal de amores: Lesbia. Ya fuera por asociación a Safo, poetisa griega nacida en alguna de las islas de Lesbo. Lesbia de la Fe Dotres, no pudo escapar al estigma de lo lírico.
Poetisa, narradora inclinada a la literatura infantil, narradora oral, de múltiples oficios, cada uno de ellos mejor llevado con la creación artística, Lesbia es hoy una personalidad de la Cultura en Las Tunas, y más allá de esta ciudad que la vio nacer en 1948, es una intelectual de destaque en Cuba.
No hay dudas. A Lesbia la distinguen su ética personal, su elegante belleza, su andar armonioso y una presencia peculiar que la hacen inconfundible, aun a lo lejos.
La distingue además su quehacer despojado de propósitos de perdurar y trascender a través de los premios. Pues es mujer de honda sensibilidad, a quien le preocupa más el rescate de valores y tradiciones que alguna vez fueron característicos en los tuneros. Tiene una vocación nata por los buenos modales que la convierten en pedagoga.
"¿Quién es esta mujer que se hace rodear con frecuencia por niños, prefiere escribirles cuentos y poemas arrulladores, narrarles historias, como para aferrarse a una etapa imborrable de su vida?"
"De niña me encantaba jugar a las muñecas, creo que a los cinco años estaba sentada frente a la máquina de coser. A mi Nana, una de mis tías, le gustaba estrenarme un vestido cada domingo, y lo mismo hacía con mi muñeca, una grande que tenía y yo por mi parte alimentaba al bebé de juguete. Y eso permaneció en el tiempo y motivó este interés por la muñequería".
"La familia es tan importante en la formación del niño. Mi hábito de lectura se lo debo a mi madre Manuela Dotres y mi amor por el Héroe Nacional de Cuba José Martí, a mi padre, Sergio de la Fe, que era masón, y a mi profesor Oscar García, quien mientras pasaba la lista nos ponía un pensamiento del Maestro (Martí)".
Procede de una familia fabulosa, según sus propias palabras, de mujeres que se incorporaron a la vida social, fueron médicas, maestras hasta escalaron en la vida política de la ciudad, en una época en la cual eso parecía imposible. Ello marcó su camino.
Reconocida por su labor como promotora del arte en las más disímiles facetas, ya fuera desde el Consejo Nacional de Cultura, luego Ministerio de Cultura, desde el cual participó en la campaña de promoción de los Festivales de la Canción de Varadero, el del Son en Santiago de Cuba, el de Ballet, en Ciudad de La Habana, del Humor, en San Antonio de los Baños, y por el diseño de las temáticas culturales en publicaciones nacionales como Bohemia, Juventud Rebelde, Mujeres, Granma, y en la campaña de creación de los museos municipales por toda Cuba.
En fin una obra que perdurará en el tiempo, con la huella indeleble que marca su paso por varias instituciones y proyectos asumidos en su territorio natal y en su país.
"¿Considera que ha sacrificado su labor como creadora para promover otros empeños?"
"Me ha costado mucho que me reconozcan como escritora, pues tantos años como ejecutiva en Las Tunas limitaron mi espacio como artista, pero por otra parte he podido involucrarme en muchos proyectos, soy fundadora de los Seminarios Martianos, estuve en su Consejo Asesor, fue una etapa de logros.
"Contribuí a formar los Talleres Literarios en 1973, el denominado El Cucalambé, y otros en varios municipios y centros laborales. He estado en el proceso de creación de espacios de promoción fundamentalmente con los niños en zonas apartadas de esta ciudad. Recuerdo La Carpa, una mezcla de tertulia de artistas de la plástica y los escritores".
"Fui fundadora de la primera Editorial de Las Tunas, la Sanlope que ahora cumplió 15 años. De igual manera colaboré en la realización de los boletines Hórmigo, y en la creación de bibliotecas en los centrales".
Todo este andar junto a los creadores le hizo observar una ética en su vida como ejecutiva: respetar la obra de los escritores, pues sin ellos no tiene razón de ser el Centro provincial del Libro y la Literatura que dirigió por mucho tiempo .
Innumerable es su paso por la cultura tunera, en el año 2001 tal desempeño la avaló con la Distinción por la Cultura Cubana, alto reconocimiento del Ministerio de Cultura de Cuba.
"¿Dónde comienza su obra como escritora? Su acercamiento más afectivo con la literatura le llega tras el curso de bibliotecaria para escuelas de enseñanzas media que pasara en 1965. Ese encuentro con la literatura infanto juvenil marca su aventura en la poesía".
"Era una poesía íntima, nada serio, de ello queda algo en la revista cubana Mujeres. Ya en 1974 pasé un seminario en el impreso Pioneros, para entonces la literatura nacional no abordaba esa temática y me dediqué a escribir una prosa sobre animales de la fauna cubana, como el almiquí, la jutía".
"Como libros no se publicaron, sino como sueltos en algunas publicaciones".
"Un día Guillermo Vidal, escritor tunero ya fallecido, me dijo que eso iba muy bien con la narrativa. Ya realmente no escribo poesía para niños, sino cuentos, tengo alrededor de cuatro publicados, y estoy preparando dos más".
"Este tipo de literatura me da posibilidades de decir algunas cosas. Que quiero que enriquezcan la vida espiritual de estas generaciones, y así sale la niña que fui, y la retomo mucho en el personaje de Maruchi".
"¿Cómo llega a la narración oral?"
"También tiene que ver con esa etapa de estudios bibliotecarios, descubrí a la Señora de los Cuentos Haydee Arteaga y ahí quedé enamorada de esta manifestación artística desde la cual cobra fuerza la palabra, y de cómo ella puede enriquecer espiritualmente a una persona, y algo muy importante motivarla a que se acerque al libro".
"Prefiero la narración oral con la palabra viva, sin utilizar otros medios, y la distingo pues permite que cada narrador oral tenga su estilo, y el cuento que yo te cuento en un momento ya no será el mismo luego".
"Hay una cultura tangible en la población que son los refranes, los conjuros, premoniciones, todas esas fantasías ingenuas de pueblo me gustan y creo que hay que rescatarlas. De igual modo me inclino por rescatar los oficios, y darles la dignidad que un día tuvieron".
"Hoy por ejemplo, no sé el nombre del cartero de mi barrio, y ¡los zapateros!. Ese es un tema".
"Tengo una deuda con el de mi calle, lo recuerdo con un lindo mostrador de madera y zapatos en exhibición. He escrito dos cuentos sobre él y creo que saldrá una noveleta".
Sería su primer obra de se tipo, pues Lesbia no sucumbe a la tendencia actual por la novela.
"En Las Tunas hay un gran movimiento de mujeres poetisas y narradoras, y en sus obras se aprecia un marcado erotismo, sin embargo hay sensibles diferencias en lo que crea".
"Mi poesía la gran mayoría tiene que ver con el amor, y por ello también es erótica, pero es muy sutil, es un rejuego, está en el tono, no puedo, será por mi forma de ser, no puedo ser agresiva en ese sentido del lenguaje. Lo más agresivo de mi poesía es Kamarta, digo por ejemplo arpegios en mi ombligo. Utilizo elementos de la literatura hindú".
"¿El concepto Mujer a qué la remite?"
"Me siento muy satisfecha con ser mujer, no pienso que en otras reencarnaciones quisiera ser otra cosa, es algo lindo, las posibilidades sociales y las que me he tenido que ganar, me hacen sentir satisfecha. Alguien dijo que la mujer había mordido la manzana antes que el hombre y me alegro mucho de que Eva lo haya decidido antes que Adán. He enseñado a mi hijo a respetar y amar a la mujer como género".
"Todos los proyectos que he tenido, los he realizado con más esfuerzo a la vez. Cuesta mucho trabajo, pues todavía perdura una concepción que no ayuda del todo a la mujer y vivimos en un país aún en desarrollo, donde las faenas domésticas no se hacen fáciles".
"Por eso digo que en mi obra hay una palabra clave, y es el tiempo, No me alcanza para todo lo que tengo que hacer. Soy una persona fundamental en mi familia".
Hoy jubilada formalmente, pero no apartada de lo que considera parte de su propio existir, Lesbia es secretaria ejecutiva de la Sociedad Cultural José Martí en esta oriental provincia y sigue promoviendo sus espacios literarios en varias instituciones de salud, en comunidades y en las escuelas. Mantiene un programa de televisión dirigido a los niños. Y sobre todo narra con la palabra viva. Cualquier lugar le es cómodo, una esquina, una escuela...
"Necesito comunicarme con las personas, cuando estoy en casa siempre estoy haciendo algo, queriendo a mis animalitos".
"Casi nunca salgo al patio de la casa, pero miro a través de la ventana y veo los pajaritos, los escandalosos gorriones, veo el entorno donde nací, y aunque cuando uno es joven siempre quiere volar como Anduriña, yo volé, pero he regresado".
"Tengo muchos amigos que me quieren, una galería en la sala de mi casa de artistas de la plástica de mi pueblo. Tengo muchos, muchos libros, un escaparate lleno de muñecas. Cuando estoy ansiosa, me pongo a clasificarlas. Colecciono cosas, libros autografiados y tengo cartas, cartas de personas que me han amado y se las dejaré como legado a mi hijo".
"Te repito no me gusta salir al patio, pero a través de la ventana veo los pajaritos y sé que están ahí porque nadie los molesta, me gusta que estén, saberlos en mi ciudad, alborotadores, graciosos, en esa soledad que necesitan y yo los siento así".
"Soy una mujer sola, he amado hombres, pero cuando una no encuentra la inspiración, pues es preferible estar sola, y escribir de amores pasados".
Lesbia se siente sola en un aspecto de su enjundioso existir. Aunque yo niego que lo esté. Ha sacrificado tal vez su propia vida en función de la cultura tunera.
Sin dudas pagó un precio, ¿se puede mitigar con el premio mayor: el amor y el reconocimiento de tantos?
Fuente: http://www.tiempo21.islagrande.cu/gente/lesbia_fe.htm