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Cuba |
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Lázaro Ross. El gran akpwón de Cuba
Rafael Lam
Lázaro Ross es el rey de la música afro en Cuba, el akpwón (cantante líder de las músicas de origen yorubá) sin discusión. Con su voz metálica, atonal, redonda, su registro agudo, que parece surgir del fondo de los ríos, como dijera Roberto Blanco. Reside en una casita en Guanabacoa — región de tradiciones africanas —, donde vive con Oggún y sus mejores amigos: mil 500 libros, un altar a la entrada con su Eleggua, el garabato y el coco seco. Habla de todo. De lo humano y lo divino, no se siente un musicólogo, pero tiene la sabiduría de los años.
Nació en 1925, ha cantado por medio mundo y tiene mucho que contar. Sobre sus orígenes ha dicho,
"... nací en un solar del barrio de Santos Suárez, dentro de una familia católica que no aceptaba la religión de los yorubá, ni el ambiente musical. Pero lo afro lo llevo en la sangre y la sangre llama. Además, la única forma de llegar a algo, para un negro en aquel entonces, era con la música".
Asistía a las fiestas de algunos. Su contacto con la rumba fue a través de una señora mayor, llamada Otilia Mantecón, de Pedro Betancourt (pueblo de la provincia de Matanzas). La señora tenía el don de transportarlo a un mundo de leyendas de reyes y dioses; de esclavos rebeldes, sufridos. Otilia era una humilde reina con chancletas, pero con mucha experiencia, según Ross. Comenzó a cantar a los trece años y a los diecisiete llegó a la casa de la iyalocha (sacerdotisa de la Santería o Regla de Ocha).
Se rodeaba de tamboreros y akwones famosos de La Habana y Matanzas, meca de la rumba. Allí observaba y estudiaba disciplinadamente a los que sabían, captaba sus secretos, a veces le daban oportunidades para cantar. Mientras tanto, para poder vivir hacía todo tipo de trabajos: dependiente de bodega, mensajero, ayudante de cocina. Por cantar toda una tarde recibía un peso solamente.
Así fue su vida, hasta el triunfo de la Revolución Cubana, cuando llega su gran oportunidad. Con ese cambio social en 1959, se crearon varias instituciones culturales como el Conjunto Folklórico Nacional de Cuba (CFNC), el 25 de julio de 1963, en el teatro Mella. Era un neófito pero se graduó de artista. Con el Folklórico ha viajado a París, Madrid, Nueva York, países de América Latina, Europa, Asia, África, EEUU, unos cincuenta países (en Los Ángeles, le dieron la Llave de la Ciudad). Le ha cantado a los africanos.
En Cuba se conservan las raíces africanas, más puras que en Nigeria, afirma Ross. El culto a los Orishas — deidades del panteón yorubá — se ha mantenido, como en Brasil. Cuando el Premio Nobel de Literatura Wole Soyinka viajó a Cuba, le cantó en el aeropuerto un canto a Oggún, dios de la guerra y el trabajo. Soyinka quedó sorprendido al descubrir que en Cuba estuvieran tan conservadas estas raíces.
Fuente: PL
CUBARTE Cuba. Una identità in movimento
Año 5 Número 5, 03 de Febrero del 2005
Webmaster: Carlo Nobili — Antropologo americanista, Roma, Italia
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