Cuba

Una identità in movimento


Breve historia de los judíos en Cuba

Alberto Báez Esquenazi


La historia de los judíos en Cuba comienza con el mismo descubrimiento de la isla por Cristóbal Colón el 28 de Octubre de 1492. Se puede afirmar que fue un judío converso español el primer europeo en pisar tierras cubanas. El 2 de Noviembre de 1492 Colón envió a Luis de Torres (judío converso) junto con otros acompañantes para que le trajera informes acerca de los habitantes de la isla, su rey, sus recursos. Luis de Torres era el interprete de la expedición, pues dominaba además del español, el hebreo, el árabe y el arameo. No pudo encontrar al rey en cuya busca iba, pero quedo muy impresionado por la costumbre que tenían los indígenas de fumar, y es a él a quien se debe el conocimiento del tabaco en Europa y la primera plantación agrícola europea en tierras americanas. Algunos historiadores afirman que Luis de Torres murió en Cuba.

Junto con los primeros españoles, llegaron también los primeros judíos que huían de España esperando vivir en paz en tierras lejanas. En 1520 empezó a actuar la inquisición en Cuba. No hay muchos datos acerca de los conversos que cayeron en manos de los inquisidores. El primer juicio inquisitorial conocido fue el de Francisco Gómez de León, fue ejecutado y se decomisó su cuantiosa fortuna que ascendía a 149.000 pesos. Hacia 1627 varios vecinos de La Habana fueron condenados por judaizantes, entre ellos Blas Pinto, Juan Rodríguez Mesa y Francisco Rodríguez de Solís.

Gracias a importantes estudios realizados en los archivos coloniales se a podido determinar la posible estirpe judía de muchos personajes importantes de la época, el más significativo fue Agustín Morell de Santa Cruz y de Lora, nacido en el año 1694 en Santiago de los Caballeros, actual República Dominicana; fue nombrado en 1745 obispo de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia y en 1749 se le designa obispo de Nicaragua. El 7 de Enero de 1754 arribó a La Habana y el 7 de Febrero recibió las bulas que lo acreditaban como obispo de Cuba. Gracias a su trabajo pastoral por toda la isla escribió la primera de las historias generales de Cuba, a él también se debe el haber salvado para la posteridad la obra cumbre de la literatura cubana, el poema ¨Espejo de paciencia¨ escrito por Silvestre de Balboa. Durante la ocupación inglesa de La Habana fue obligado al exilio en Florida, una vez de vuelta trajo consigo panales de abejas aportando así un nuevo renglón a la economía de la isla, fundó el primer correo que partía de La Habana y paraba en las principales ciudades hasta llegar a Santiago de Cuba; esto son solo unos de los muchos aportes que este hombre ofreció a Cuba.

El 17 de Noviembre de 1768 el obispo gravemente enfermo entregaba al escribano Francisco Xavier Rodríguez su testamento y última voluntad, finalmente fallecía el 29 de Noviembre siguiente. Sus actos a la hora de su muerte provocaron tal escándalo que el propio Capitán General de la isla, Bucarelly, hacia llamar al escribano para que abriera en su presencia el testamento, y es aquí donde se produce lo sorprendente; tras una detallada y extensa profesión de fe católica expresaba el obispo:

    "... por todo lo cual, si alguna persona nos hubiere oído algunas palabras, o nos hubiere visto algunas acciones contrarias, en todo o en parte, a lo que llevamos expresando queremos que no valgan, y que solo se entienda, que entonces estaríamos sin juicio, sin dominio de nuestras potencias (...) y pedimos por amor de Dios a las personas que tal nos hubieren oído, o visto, o en lo venido nos oyeren, o vieren, nos desmientan por calles y plazas... "

Esta compleja formula testamentaria era utilizada por los criptojudios para ponerse a salvo de la persecución inquisitorial aun después de muertos; mediante ella pretendían justificar cualquier acto realizado a lo largo de su vida y preparaban las condiciones para a la hora de la muerte, momentos en que vueltos hacia la pared recitaban la máxima confesión de fe judía, el Shemá Israel (Oye Israel, Dios es nuestro señor, Dios es uno). Como relataron sus más allegados, en la proximidad de su muerte:

    "... lo privo enteramente del juicio, y lo hizo prorrumpir en expresiones que acreditaron el delirio que estaba padeciendo. Ninguna de las acciones era conforme a las antiguas, todas las palabras ajenas de su costumbre y los pensamientos extraños a su oficio y carácter... "

Otro elemento judaizante en el testamento de Agustín Morrell de Santa Cruz es que prohibe ser embalsamado como era costumbre hacer con los obispos, practica prohibida para los judíos, es tan llamativa esta disposición que en su partida de defunción se hace constar. Es importante saber que los restos mortuorios de Agustín Morell de Santa Cruz desaparecieron misteriosamente de la Parroquial Mayor donde fue sepultado.

Fueron judíos los que introdujeron la caña de azúcar en la Martinica y Cuba, aunque oficialmente figuraban como portugueses. Pese al hecho de que se perseguía a los cristianos nuevos en las colonias, hubo cierta tolerancia para los que constituían una fuente de riqueza, cuando los conquistadores hubieran despojado al país de sus bienes tangibles.

La inquisición cubana siguió su campaña contra los judaizantes hasta fines del siglo XVIII. El 10 de Octubre de 1868 comenzó la guerra de independencia encabezada por Carlos Manuel de Céspedes; muchos judíos se destacaron en esa guerra, entre ellos Carlos Roloff, alias Akiba Roland, oriundo de Polonia, cuya participación ocupa un lugar de mucha preeminencia en la historia cubana; el capitán Kaminsky del ejercito libertador y antiguo buhonero en Florida; Schwartz, ayudante del general Calixto García y Horacio Rubens, abogado judío de Nueva York y miembro de la Junta Revolucionaria de Cuba. También en la guerra de 1895 participaron judíos como los Steinberg, Steinhart, etc., quienes se quedaron en Cuba después de terminada la contienda.

Al lograr Cuba la independencia de España, arribaron al país algunos judíos norteamericanos interesados en la industria del tabaco. Aunque la libertad de culto existía desde 1898, no fue hasta 1904 que estos judíos americanos fundan la United Hebrew Congregation. En 1906 adquirieron un cementerio en Guanabacoa, pueblo al este de La Habana; también crearon una sociedad de ayuda a los necesitados (inmigrantes) con el nombre de Ezra y que se remplazó posteriormente por el de Menorah Sisterhood.

La segunda ola migratoria la formaron los sefardíes; las primeras familias llegaron después de 1904 procedentes en gran parte de Turquía y Siria, así como de otros países de Asia Menor. Desde el año 1910 la afluencia de sefardíes fue cada vez mayor y en el año 1914 fundaron la sociedad Unión Hebrea Chevet Ahim. En 1942 fundaron su propio cementerio en la finca La Jata, a escasos metros del cementerio de la United Hebrew Congregation.

La tercera ola migratoria se produjo a partir del año 1921 como consecuencias de las restricciones impuestas por Estados Unidos en materia de inmigración; existía la posibilidad de viajar desde Cuba después de un año de residencia. Mientras esperaban su turno para pasar a los Estados Unidos, muchos de estos judíos se integraron en la sociedad cubana y se quedaron definitivamente. El 1 de Septiembre de 1925 se fundo el Centro Israelita de Cuba quien tomó bajo su responsabilidad las más importantes actividades de este nuevo grupo comunal; fue también la institución matriz de otras sociedades ashkenazíes que se fundaron posteriormente como el Comité Protector de Tuberculosos y Enfermos Mentales, la Asociación Femenina Hebrea de Cuba, la Unión Sionista y otras.

También se fundaron pequeños grupos religiosos, siendo el primero de carácter ortodoxo, Adath Israel de Cuba, fundada en 1925; se subdividió a raíz de un conflicto motivado por el alejamiento del rabino Tzvi Kaplan.

Con la subida al poder de Adolf Hitler en Alemania el 30 de Enero de 1933 enarbolando las banderas del antisemitismo, muchos judíos alemanes pudieron emigrar, casi siempre por medios ilegales. América constituyó el único refugio seguro para las víctimas capaces de huir del terror. La primera ola de refugiados llegó a Cuba a finales de 1938 y principios de 1939; el grupo ascendió a unas 5000 personas, de las cuales solo permanecieron en Cuba unos 400, el resto logro trasladarse a los Estados Unidos. La segunda ola inmigratoria comenzó en el mes de Julio de 1941, de este grupo permanecieron cerca de 3000, pero, poco a poco, se fueron trasladando a los Estados Unidos y muy pocos se radicaron definitivamente en Cuba.

En el primer semestre de 1939 ocurren los dramáticos sucesos del barco San Louis que, con sus 937 pasajeros judíos que huían del fascismo, tuvo que regresar a Europa por la negativa del gobierno de Cuba a dejarlos desembarcar. Solo ventidos refugiados lograron quedarse en Cuba, de los restantes, muchos más de la mitad murieron en los campos de concentración y exterminio nazi.

La inmigración judía trajo un amplio desarrollo en diferentes industrias; los judíos que vinieron de los Estados Unidos durante y después de la guerra de independencia, se dedicaron a los negocios en gran escala. Algunos de ellos fueron agentes de grandes compañías tabacaleras. Los sefardíes se dedicaron mas bien comercio pequeño, principalmente de telas, aunque sería equivocado pensar que no han participado en otras actividades; la segunda generación se dedicó a profesiones más diversas. Los judíos de Europa Oriental no encontraron otro medio de ganarse la vida que en el campo, en el corte de la caña de azúcar en época de zafra, en la pavimentación de las calles de La Habana, en la construcción de casas o como cargadores en el puerto. En los años de inmigración más nutrida, de 1922 a 1927, hubo además poco trabajo y muchos trabajadores, de modo que la situación para muchos era angustiosa.

El número de judíos residentes en Cuba fue pequeño hasta 1920; la inmigración de los años posteriores procedía principalmente de Polonia, 60 por ciento; Rusia, 23 por ciento; Lituania, 6,3 por ciento; y Rumania, 2,9 por ciento. La población total de judíos en 1943 se estima en 14 000 almas.

PatronatoAl principio, y con motivo del elevado numero de judíos que residían en Cuba, las energías de las colectividades en formación se manifestaban en forma disgregada, en una afanosa tendencia a crear nuevos grupos o instituciones sin nexo o relación entre sí al finalizar la década del 40 existían en Cuba mas de 41 instituciones hebreas. Con el inicio de la década del 50 nace la voluntad encaminada hacia la unidad o centralización de las actividades; de ahí que, en 1953 se funda el Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba y se construye un confortable edificio a un costo de más de medio millón de dólares. El Patronato no pudo llegar a cumplir sus propósitos, cada institución continuó realizando sus actividades por si solas y el Patronato pasó a ser una institución más dentro de la colectividad judía de Cuba.

En 1956 la Comunidad Religiosa Hebrea Adath Israel de Cuba construyó un moderno edificio en La Habana Vieja a un costo de 150 000 pesos cubanos bajo la dirección del arquitecto Oscar Baisman y el ingeniero Jacinto Feh Leonard, aunque se inauguró en el propio año 1956, su construcción total no se concluye hasta el 9 de Octubre de 1959.

Por esta época circulaban en Cuba más de treinta y seis publicaciones periodísticas además de otras de carácter efímero, boletines de sociedades, almanaques, etc. La mayoría tuvieron una vida muy breve, siendo una excepción muy notable el bisemanario "Havaner Lebn" ("Vida Habanera") publicada en castellano e idish (dialecto judeo-alemán hablado por los judíos de la Europa Oriental) desde 1932 hasta principios de la década del 60.

En 1957 el Centro Hebreo Sefaradí de Cuba, que mantenía su vieja sinagoga Chevet Ahim en La Habana Vieja, comienza la construcción de un moderno edificio en la zona del Vedado, pero este no es concluido hasta después de la llegada de Fidel Castro al poder.

Al triunfo de la revolución de 1959 ocurren en Cuba varios cambios sociales que influyeron grandemente en el futuro de la comunidad judía. Una gran ola migratoria de judíos se produce hacia los Estados Unidos y en menor numero hacia América Latina e Israel; las causas de esta emigración fueron consecuencia de los cambios políticos, sociales, pero sobre todo económicos al ser eliminada la propiedad privada y nacionalizadas las grandes y pequeñas empresas.

A diferencia de lo ocurrido en otros lugares ante cambios políticos tan bruscos, en Cuba nunca hubo manifestaciones antisemitas, en honor a la verdad, el pueblo cubano se caracterizó siempre por su tolerancia y respeto a las diferentes etnias y a aceptarlas como parte suya. Los judíos que quedaron en Cuba continuaron con sus actividades, a pesar de que la emigración dejó un gran vacío, principalmente en la dirigencia comunitaria; las diferentes comunidades fueron cerrando poco a poco por falta de miembros y solo unas cuantas lograron sobrevivir. En el año 1961 concluyeron las clases de bachillerato en la escuela hebrea Albert Einstein, situada en el barrio habanero de Santo Suares y solo se mantiene dando clases a niños de primaria hasta el 1 de Septiembre de 1975 en que la escuela pasa al sistema nacional de educación y deja de funcionar como colegio hebreo, no obstante continuó enseñandose hebreo a los niños todos los Sábados en el Patronato hasta el año 1980.

En 1973 Cuba rompe sus relaciones con el Estado de Israel y en Junio de 1978 el gobierno de Cuba haciendo alusión a la Resolución 3379 de 1975 de las Naciones Unidas en que equiparaba al sionismo con el racismo, interviene la Unión Sionista de Cuba; esta sociedad dejó de funcionar como organización sionista desde comienzos de la revolución socialista, en su lugar funcionaba una organización juvenil producto de la desintegración de las diferentes organizaciones juveniles judías que existían en Cuba antes de 1959, estos habían comenzado sus actividades en la Unión Sionista en el año 1969. Hoy en día el edificio está ocupado por la Unión Árabe de Cuba que entonces se encontraba al lado.

En 1980 se produce otra emigración hacia los Estados Unidos que si bien no fue tan elevada dejó a la comunidad judía prácticamente vacía de miembros en especial de jóvenes y niños. Según un estudio realizado por el Licenciado Moisés Asís, la Sra. Raquel Marquizer de Stolar y el autor de este artículo, Sr. Alberto Báez Esquenazi en Mayo de 1989, el número de judíos que emigró de Cuba entre 1959 y 1989 se estimaba en un 94 por ciento; ese mismo estudio reveló que la comunidad judía de Cuba estaba compuesta en ese momento por 891 almas, 305 familias, de ellas 180 eran producto de matrimonios mixtos con cubanos y solo 14 familias eran judíos ambos conyugues.

El 20 de Diciembre de 1987 la United Hebrew Congregation traspasa su sede al edificio de Adath Israel, compartiendo con esta sociedad el mantenimiento del mismo. Este traspaso se debió al mal estado en que se encontraba el antiguo local sito en las calles G y 21, en el Vedado, el cual fue vendido al Ministerio de Cultura quien tuvo que demolerlo y fabricar un nuevo edificio conservando solo parte de la antigua fachada.

Al inicio de los años 80 la situación económica de la comunidad judía era caótica, al punto de plantearse el cierre de algunas de las cuatros sinagogas de La Habana, en el interior del país ya no funcionaba ninguna. Un claro ejemplo lo constituye Adath Israel, la única sociedad que se ha mantenido abierta día y noche durante toda su existencia manteniendo los servicios religiosos, sus miembros se vieron obligados a crear un minian (cuorun de 10 hombres mayores de 13 años necesarios para cualquier acto religioso) muy especial, estaba compuesto por

    "... ocho hombres, el noveno lugar lo ocupaba la Tora (antiguo testamento de la Biblia) y el décimo lugar lo ocupaba Dios que siempre esta presente en las sinagogas".

El 2 de Febrero de 1989 cuatro jóvenes, Enrique Rousso, David Wiznia, Rafael Pinto y el autor de este articulo, Alberto Báez, fundan en el edificio de Adath Israel la Organización Juvenil Hebrea de Cuba, con el objetivo de acercar a las jóvenes generaciones de judíos cubanos a sus orígenes. Fue éste el motor impulsor que llevó a la recuperación de la otrora orgullosa Comunidad Hebrea de Cuba. Gracias al tesón de sus miembros la comunidad está compuesta hoy en día por las siguientes instituciones:

  • Comunidad Religiosa Hebrea Adath Israel de Cuba (Acosta y Picota. Habana Vieja): en ella también radica la United Hebrew Congregation, la sociedad funeraria Jevra Kadisha que atiende el cementerio ashkenazí de Guanabacoa, mantiene también la única mikve (piscina para baño ritual) en Cuba y la carnicería kasher (alimentos aptos por el rito religioso judío) de La Habana. En ella radico también entre 1989 y 1993 la Organización Juvenil Hebrea de Cuba.
  • Centro Hebreo Sefaradí de Cuba (17 y E, Vedado): atiende el cementerio sefardí de Guanabacoa y su antigua sinagoga Chevet Ahim.
  • Unión Hebrea Chevet Ahim (Inquisidor 407, Habana Vieja): la más antigua de las sinagogas, declarada Patrimonio Nacional por el Estado Cubano y Patrimonio de la Humanidad al encontrarse dentro del casco histórico de la Habana Vieja, declarada así por la UNESCO, se encuentra cerrada al público desde 1995 debido al mal estado del edificio.
  • Patronato de la Casa de la Comunidad Hebrea de Cuba (13 e I, Vedado): mantiene una biblioteca con más de 13 000 ejemplares, entre ellos 2000 volúmenes en idish. En ella radican también la escuela hebrea Tikun Olam, la Asociación Femenina Hebrea de Cuba, la Logia Benei Brith Maimonides, la filial Hadassa en Cuba que mantiene una farmacia para los miembros de la comunidad, y desde finales de 1993 la Organización Juvenil Hebrea de Cuba.

La Comunidad Hebrea de Cuba cuenta también , además de los dos cementerios de Guanabacoa, con cementerios judíos en Santa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba. Existen también comunidades bien organizadas en Cienfuegos, Camagüey y Santiago de Cuba, comunidad, ésta última, que logró reabrir su antigua sinagoga. La entidad techo de la colectividad judía en Cuba es La Junta Coordinadora de las Sociedades Hebreas integrada por los presidentes y secretarios generales de las principales sociedades descritas anteriormente, teniendo como responsabilidad la atención y resolución de los problemas que afectan a toda la colectividad como los cementerios, la carnicería, la importación de productos kasher para Pesaj (pascuas judías) y las relaciones con el Estado Cubano.


Síntesis de un trabajo mas amplio titulado "Am Israel ba Cuba jay" ("El pueblo de Israel en Cuba vive") y publicado también en síntesis bajo el titulo "Los judíos en Cuba" en la revista Argentina Shaare Sión en Marzo de 1994




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