Idalmis Colina Rodríguez: Alma de niña, quilate de mujer
Gabriela García Macías
La mañana transcurre tranquila en el círculo infantil Veinte Primaveras. Un coro de vocecitas cantoras sirven de guía a los visitantes hacia el salón principal. Allí los pequeños siguen las instrucciones de la "tata" y marcan el compás con los instrumentos en sus manitas:
— Todos haciendo el acento... Eso es... Muy bien, ahora el pulso, uno, dos, uno, dos...
Su viva mirada nos descubre en la puerta del salón.
— ¡Ah, pero si ya están aquí!. De veras que no los esperaba tan pronto.
Idalmis Colina Rodríguez es una de esas mujeres que destellan maravilla desde la cotidianidad. Merecedora este año de la condición de trabajadora Vanguardia Nacional, representa un orgullo para su colectivo laboral; sin embargo, sonrisa y sencillez van de su mano, candidez y dulzura la coronan.
Sigue siendo una niña a pesar de rebasar los treinta años. Una niña que descubrió que lo importante de crecer es mantenerse siempre igual por dentro.
Ahora conversa. Una expresión soñadora se adueña de ella.
Hombres del mañana
- ¿Cuando nació el deseo de dedicarte a los niños?
"Siempre. Desde pequeñita me gustó mucho y fue mi vocación trabajar con ellos; sobre todo con los más pequeños".
- Un niño es...
"Mi razón de ser. Pienso que formando a cada uno de ellos estoy formando al hombre del mañana".
- ¿Es difícil el trabajo con los pequeños?
"Sí, pero a la vez es muy reconfortante. Cuando alcanzas buenos resultados, entonces ves cuán bonita e importante es tu labor".
- ¿Cuál es la receta para sacar tanta paciencia?
"Me pongo como un muchacho más. Me he adentrado tanto en ellos que sé hasta dónde pueden llegar, y por tanto, también hasta qué límites puedo llegar yo con ellos".
- Seguro han venido a verte niños más grandecitos que pasaron por tus manos. ¿Qué se siente?
"Me siento feliz y realizada cuando vienen a saludarme con tanto cariño. Yo tuve algunos que ahora pertenecen al grupo de la Tía Rosa, y al verlos siento una gran emoción, porque sé que formé parte de lo que es hoy esa personita".
"Tengo un poquito de artista"
- También te ocupas de la esfera cultural en el círculo. ¿Por qué te decidiste a hacer ese trabajo?
"Cuando me gradué, comencé como educadora normal de grupo; después, a los dos o tres años decidí abarcar la música Siempre me gustó atender la faceta artística con los niños, porque de ellos obtienes todo lo que desees".
- Háblame de resultados.
"He logrado danzas, solistas, coros; con estos últimos hemos alcanzado el primer lugar en festivales provinciales de ese formato. Participamos en eventos y en actos, como el celebrado con motivo del aniversario 45 de los círculos infantiles, en el 'Terry', precisamente con ese coro. Con las trabajadoras también hemos obtenido muy buenos resultados, que hemos llevado a lugares fuera del centro".
- A veces hacer que alguien tan pequeñito se desenvuelva en un escenario, frente a personas extrañas para él, es un reto. ¿Cómo lo logras?
"Los ensayos los hago frente a todo el grupo. Cuando ya el niño se sabe la canción o la coreografía del baile, traigo al resto del círculo para que todos participen de ese ensayo, así él pierde la timidez y cuando es la hora de la actividad con los padres ya no le da pena. Si en ese momento falla, le doy un poco de ánimo, le digo que va a ir a un teatro, que va a ser artista... ¡Los estimulas y sale!".
- Una anécdota en especial...
"En la pasada actividad por el Día del Educador preparamos a una niñita de tercer año para bailar La pavita pechugona, pero una vez empezada la música se cohibió y tuve que entrar al escenario y bailar con ella hasta que ganó en confianza y pude dejarla solita. Pasamos un buen susto, pero todo salió".
- ¿Están vinculados a algún proyecto comunitario?
"Dentro del Consejo Popular, siempre damos apoyo en todas las actividades que tenga la comunidad".
- ¿Cómo te llega la música?
"A través de la experiencia. Y sí, nos han preparado las metodólogas del municipio, y el Instituto Superior Pedagógico nos ha dado cursos de Educación Musical y Plástica".
- ¿Te consideras un poquito artista?
"Sí, tengo un poquito de artista también. Soy una de las payasas que actúa en el centro e incluso, para otras actividades fuera de aquí me han buscado".
- ¿Cuánto apoyo recibes de tu familia?
"Mucho, sobre todo por parte de mi mamá y mi papá. Si no fuera por ellos yo no pudiera estar aquí".
- ¿Tienes hijos?
"Sí. Tengo una chiquitina de cinco años, se llama Leyra Irene; me satisface que le gusta mucho el arte y sobre todo el baile español".
Un premio, un compromiso
- Haber obtenido la condición de Vanguardia Nacional constituye un gran mérito, pero, además, una gran responsabilidad. ¿Qué tal esa experiencia?
"Fue muy alentador cuando me lo dieron. Primeramente mis compañeras de trabajo me habían seleccionado candidata al premio, lo cual me estimuló mucho. Después, cuando me lo entregaron en el acto provincial por el Día del Educador, más fuerte fue la impresión, porque en otros años había sido educadora ejemplar, pero ya este título constituye una categoría más relevante y trae consigo una mayor responsabilidad; ahora los padres te miran más y no puedes fallar, tienes que redoblar todos tus esfuerzos".
"Con respecto a este mismo galardón, quiero agradecer a mis colegas del círculo, porque son ellas quienes me entregan el entusiasmo que necesito para trabajar cada día. Son mi soporte y sostén. A ellas les debo el compromiso de volverlo a alcanzar".
Luego de la despedida la educadora vuelve a su quehacer habitual, para alegría de los pilluelos, que aguardaban por el final del diálogo con caritas intrigadas. Idalmis sabe que a lo largo de sus quince años de labor ha recibido el mayor premio: el respeto de los grandes y el cariño de los pequeños. Ese fue su sueño, hoy su realidad, y todo gracias al tesoro que lleva dentro: el candor de la inocencia y la valía de quienes como evangelios de entereza, cada día llevan a los pequeños príncipes el tesoro del saber.
Fuente: http://www.5septiembre.cu/
