Cuba

Una identità in movimento

Tina y Mella antifascistas

Alberto Híjar



En la Nota al lector, seguramente escrita cuando el libro estaba a punto de editarse, Adys Cupull y Froilán González narran la genealogía de su investigación desde su interés por centrarla en Tina Modotti y Julio Antonio Mella contra el fascismo, hasta el descubrimiento del proyecto de hacer de Cuba un estado fascista como punta de lanza en América. Sobre esta base, la primera y segundas Guerras Mundiales resultaron objetos de investigación en fuentes italianas y mexicanas donde descubrieron las figuras históricas de heroicos combatientes antifascistas y de verdugos y policías al servicio del proyecto encabezado por Mussolini. Con todo esto, Julio Antonio Mella y Tina Modotti contra el fascismo (Casa Editora Abril, La Habana, 2005, 248 págs.) es un texto articulador de la tradición internacionalista revolucionaria con las luchas específicas de una región, América, y de la construcción de la liberación nacional y el socialismo en Cuba.

El primer capítulo tiene título y subtítulos elocuentes, cualidad facilitadora de la lectura a lo largo de todo el libro. "Mensajeros del fascismo", "En La Habana un barco fascista", dan cuenta de la visita del Italia en septiembre de 1924, cargado de muestras industriales y artísticas, de activos y experimentados periodistas exaltadores de Mussolini y su proyecto imperial y de funcionarios adecuados para las zalamerías con sus homólogos del gobierno de Gerardo Machado, todo lo cual pesaba 10, 643 toneladas más los kilos aumentados por los bien cebados propagandistas del fascismo cargados de objetos propios de su ilusoria grandeza y por supuesto, de los regalos de los gobierno americanos y los intelectuales y artistas dispuestos a sumarse a la construcción de fascios.

A partir del desembarco, El diario de la Marina informó de las movilizaciones planeadas por los antifascistas. Al día siguiente, una primera manifestación probó la decisión de estudiantes y obreros de no dejarse intimidar por las amenazas nada veladas de los fascistas. El llamamiento de Mella, "La juventud estudiosa contra los asesinos y tiranos de Italia" llamaba a no dejarse engañar "con el disfraz de la propaganda comercial" y a repudiar la presencia del Italia y su cargamento.

"¡Pueblo de Cuba, la juventud universitaria te invita a ponerte en pie para abofetear y escupir el rostro a los asesinos embajadores y también a los traidores de este país que con ellos se solidarizan!", concluyó la proclama de Mella.

El proyecto fascista tenía sus resonancias internacionales, lo mismo en España con figuras como Miguel Primo de Rivera que con opositores como el diputado socialista Giacomo Matteoti asesinado por los políticos y empresarios a quienes denunciaba en el Parlamento. La prensa de Cuba informó en detalle sobre el caso con la inclinación propia de la ideología burguesa de reducir la política a asunto policiaco. El registro pormenorizado que Adys Cupull y Froilán González hacen de las notas de prensa, permite conocer el desarrollo del crimen descubridor de la criminalidad de estado propia del fascismo. Una dialéctica no explícita, hace que se concrete la articulación entre el estado fascista y su proyecto americano de penetración en América, los repudios de cubanos encabezados por Mella y las consecuencias para los gobiernos tolerantes con los criminales de estado empeñados en la represión antipopular y por supuesto anticomunista.

Un apartado singularmente revelador es el que da cuenta de las "Protestas contra el Italia en América Latina". En México, la Confederación Nacional Obrera Mexicana llamó al repudio en los puertos de Tampico y Veracruz respondido con la protección de un barco de guerra ordenada por el gobierno mexicano en tanto que en tierra, la represión creció a la par que la propaganda adversa a la prensa comunista y en especial a El Machete, órgano del Comité Central del PCM. No incluye el libro en el registro de las notas de El Machete, una caricatura de José Clemente Orozco (no Juan como se le nombra en la inicial Nota al lector) donde aparecen los poetas Salvador Novo y Xavier Villaurrutia del oficializado grupo Los Contemporáneos con entallados atuendos y tocándose los traseros bien paraditos, en espera de las atenciones de sus colegas del Italia. No sólo en Cuba, "resultaron brillantísimas las recepciones ofrecidas por la Secretaría de Estado y las Cámaras de Comercio de Cuba e Italia", informó la prensa de Cuba registrando el esmero del gobierno de Machado para congraciarse con Mussolini. Eleonora Duse la diva italiana llegó en el vapor Tiles, en enero los famosos tenores Titta Ruffo y Tito Schippa con la Storchio para ofrecer La bohemia de Puccini a la dudosamente culta burguesía criolla de Cuba. El tono de cursilería es inevitable y hacen bien Adys y Froilán en no festinarlo, limitándose al registro de un párrafo sobre la soprano Adelina Patti. Obviamente, "Se ocultaron las protestas" dice un subtítulo hasta el punto de desatar la persecución contra Mella y los dirigentes estudiantiles en lucha, cuyas resonancias llegaron en especial a México sobre todo a raíz de la salida clandestina de Mella para burlar la persecución de Machado.

Otros gobiernos celebraron al Italia: Brasil, Uruguay, Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Panamá con la consiguiente animación de los poderosos dispuestos a seguir el ejemplo de Mussolini.

Un internacionalismo al revés del de los comunistas, se concreta en Orestes Ferrara, llegado a Cuba como combatiente por la independencia en 1897 para luego aplaudir la intervención norteamericana, transformarse en un exitoso abogado, empresario y comisionado por el gobierno para proyectos como la Comisión de Cuba en la Exposición Universal de París, todo lo cual hizo valer para construir su amistad con Galeazzo Ciano, ministro de relaciones de Mussolini para servir con todo lo que pudo al fascismo y claro, hacer negocios como el de extender la telefonía a España e Italia sirviendo a la ITT, la misma empresa trasnacional que cambiaría de nombre cincuenta años después al servir al golpe militar contra el gobierno de Salvador Allende en 1973. Sorprendentes actualidades derivables de los datos descubiertos por Adys Cupull y Froilán González, quienes revisaron las memorias de Ferrara donde menciona entre sus alumnos inolvidables en la Universidad de La Habana a Julio Antonio Mella.

Entre los revolucionarios italianos y cubanos hay una tradición de apoyo ejemplificada por el saludo fraterno de Giuseppe Garibaldi a la lucha por la independencia de Cuba y por la traducción de La Bayamesa al italiano para ser cantada como prueba de solidaridad combativa.

Machado terminó huyendo de Cuba no sin ser reconocido por el periódico Il Popolo di Italia por "su relevante perfil que lo diferencia del escenario centroamericano", a raíz de la fiesta conmemorativa de la marcha de los fascistas sobre Roma. Sonriente, Machado aceptó como elogio el comentario del entrevistador sobre "su último viaje triunfal a través de la isla" cuando escuchó "al gentío gritar entusiastamente... ¡Viva el gran presidente, ¡Viva Mussolini!". "Con su bella trigueña mano" Machado escribió una afectuosa dedicatoria al periódico.

Lo del "Ultimo viaje triunfal" resultó cierto ante la irritación popular crecida por la visita del presidente yanqui Coolidge para inaugurar la Sexta Conferencia Panamericana. A las dos Américas aluden los investigadores, la de Martí y la del gobierno de Estados Unidos, para destacar la labor de Mella desde El Machete donde informó sobre la diplomacia roja, esa que desplegó un cartel a la llegada del acorazado Texas con el presidente yanqui que pudo leer: "¡Vivan los heroicos patriotas nicaragüenses!", entre gritos de ¡Viva Sandino!, vivan Nicaragua, México, Haití y Santo Domingo! Acuciosos, Adys y Froilán transcriben completas las fuentes citadas de Cuba, México e Italia.

El internacionalismo comunista funcionaba ante la alarma yanqui. El asesinato de Gastone Sozzi el 7 de febrero de 1928 en la cárcel de Perugia, movilizó a Henri Barbusse, a nombre del Comité de Defensa de las víctimas del fascismo, exigiendo aclarar el asesinato. Un año después, Mella será asesinado cuando regresaba a casa con Tina Modotti de una entrevista peligrosa con un agente de Machado protegido por la Policía Secreta de México y por la Embajada de Cuba. Tuvo tiempo de contribuir a la consolidación de la Liga Internacional Antifascista, la Liga Proluchadores Perseguidos, la Liga Antiimperialista de las Américas, Manos fuera de Nicaragua, la Confederación Sindical Unitaria de México. En alto contraste, un enviado especial de Machado le buscaba residencia en Roma para estar cerca de su admirado Duce. En medio el fascio espiaba y penetraba con personajes como Nanni Leone Castelli llegado a México en 1926. Sus trabajos empezaron como furibundo libertario fundador del Comité Antifascista de México y como dirigente de la Confederación Anticlerical Mexicana de la masonería a quien dedicó uno de sus libros para relacionarla con el fascismo.

El Machete denunció sus intenciones reales y su apoyo a la ejecución proditoria de Sacco y Vanzetti en un periódico neoyorquino. Desde las embajadas italianas de Cuba y México había una intensa campaña fascista valida de enlaces sutiles. El embajador en México Gino Macchioro Vivalla, fundó en 1927 el Partido Fascista Mexicano donde el reclutamiento intelectual lo hizo Ida Appendini, una distinguida profesora de literatura, doctorada en la UNAM en 1928 y primera directora de la Sociedad Dante Alighieri. Gran jugo extraía este aparato de la persecución contra los comunistas y de atentados como el sufrido por Víctor Manuel de Saboya, rey de Italia, donde cayeron catorce víctimas y fueron heridas más de cuarenta. Primo de Rivera y el Papa se apresuraron a manifestar su indignación pese a que al parecer, no fueron grupos antifascistas los responsables del atentado. Nada de esto impidió lucidas fiestas en la embajada cubana en Roma, como la de mayo de 1928, adornada con los colores patrios cubanos, platillos como arroz que fue ovacionado, ron y puros. En alto contraste, la tenaz construcción antifascista de Tina y Mella, cumplía todas las citas históricas necesarias, lo mismo denunciando asesinatos de comunistas distinguidos como Michele Della Maggiora y organizaciones como la Unión Integral Mexicana, que ampliando en América y Europa la urgente solidaridad internacionalista. Resulta cierta la afirmación de Mella de que aún muerto sería útil al socialismo. Clamor mundial levantó el sacrificio del joven comunista de 25 años y la protesta por la persecución policiaca a su compañera. Neruda dedicaría un bello poema a la perseguida política finalmente desplazada a la defensa de la República Española como la camarada María, ejemplo para el Socorro Rojo Internacional. Cuadro internacional comunista, viajó por Alemania, no sin burlar un dispositivo especial organizado por fascistas italianos en el puerto holandés de Rotterdam, consolidó su oficio de fotógrafa, estuvo en la URSS y regresó a morir en México luego de salir del departamento del arquitecto y urbanista Hannes Meyer, exdirector de la Bauhauss, con quien compartiera la fiesta de fin de año del 6 de enero de 1942, en compañía de entrañables compañeros de lucha.

"El presidente, socio de honor de una sociedad fascista en Roma", publicó El País en julio de 1930. Re e Patria tenía como dirigente a Oreste Lepri, cómplice del cubano Enrique Paez Olavide, marqués de Villa Hermosa quien medió para la aceptación de Machado en la organización. Dos meses después, el catorce de agosto de 1930, fue asesinado el periodista Abelardo Pacheco y en su celda apareció ahorcado el comunista José Woong de la Alianza Protectora de Obreros y Campesinos Chinos, como prueba de los merecimientos fascistas del dictador cubano.

Total, el huido "Mussolini tropical", llamado elogiosamente así por un diplomático italiano, terminó mal en busca de protección inglesa, sin poder avecindarse en Italia ni en Alemania para terminar en Estados Unidos. El mismo año de 1933, las cenizas de Mella llegaron a Cuba luego de burlar la vigilancia mexicana no registrada por los investigadores cubanos. Tina, en tanto, trabajaba intensamente en Europa, en la URSS y hacia del Socorro Rojo Internacional una práctica de internacionalismo socialista constante, construía la defensa de los presos políticos Dimitroff y Gramsci, en tanto los camaradas de Mella mantenían los periódicos de izquierda ilustrados por las fotos de ella y los escritos de él.

La Segunda Guerra Mundial cambió las cosas al enfrentar a Estados Unidos con el Eje Italia-Alemania-Japón. Aún después del fusilamiento de Mussolini el 28 de abril de 1945, las actividades fascistas siguieron en Cuba con personajes como Amadeo Barletta, denunciado por una sedicente Asociación Democrática Italo-cubana José Garibaldi. Orestes Ferrara se mantenía en altos puestos políticos y en el mismo año fue representante de Cuba ante la UNESCO. Esto resulta coherente ante el golpe de estado del 10 de marzo de 1952 que elevó al poder espurio de Fulgencio Batista. Igual de coherente fue la develación en la Plaza del Ferrocarril de La Habana a 20 años de su asesinato, el 10 de enero de 1949, con las consiguientes manifestaciones populares y su correspondiente represión.

Adys Cupull y Froilán González terminan su prolija investigación con la narración de los homenajes a Tina y Mella en Italia y con la promoción de organizaciones que preservan la memoria histórica de los distinguidos combatientes antifascistas por el socialismo, singularmente vigentes en "esta turbulenta y amenazadora época". Luego de los agradecimientos que resultan testimonio preciso de las relaciones institucionales y personales construidas por los investigadores, un anexo informa de los embajadores italianos en Cuba y finalmente, alguna documentación gráfica ejemplifica la ardua labor cumplida y reconocida en Cuba y otros países, menos por los bárbaros del norte, por su importante contribución a la historia de América.

Abundan reflexiones abstractas al respecto y escasean las investigaciones concretas para probar la difícil construcción de la tendencia socialista. Responder infundios de la propaganda fascista con documentación probatoria abundante de los tejemanejes criminales de las dictaduras americanas asociadas a las tiranías europeas y yanquis, es un método efectivo para no andarse por las ramas del conceptualismo metahistórico. No es que no sirva la discusión abstracta, sino que es a la manera planteada por Althusser: "nuestro pleito no es por las palabras pero es también por ellas", consigna importante para la actualidad urgida de transformación a la que no ayuda la repetición religiosa de conceptos que fueron válidos en los siglos XIX y XX. Investigaciones acuciosas como las vertidas en Julio Antonio Mella y Tina Modotti contra el fascismo, contribuyen a precisar una tendencia, a dar cuenta de un movimiento y a abrir la documentación precisa para construir el socialismo con clara visión histórica de sus adversarios. Por esto los necesarios reconocimientos a Adys Cupull y Froilán González.



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