Un Ernest Hemingway de bronce está nuevamente sentado en El Floridita, uno de los bares que mas visitó en vida en La Habana, pero su escultor dijo que la estatua solo será develada hoy lunes (27 de octubre de 2003) porque
"... le faltaban los espejuelos".
La imagen de Hemingway está colocada en el mostrador del lugar y el cantinero tiene ordenes de la gerencia de colocar todos los días un daiquirí frente a ella. Ese es un cóctel a base de ron blanco, limón, azúcar y hielo picado que el escritor norteamericano adoraba.
Sin embargo, los espejuelos que faltaban son justificados porque, según el escultor, el cubano José Villa Soberón, el artista
"... no venía aquí solo a beber sino también a leer".
Villa Soberón es un especialista en colocar en lugares de La Habana estatuas en bronce de personalidades célebres. Además de la de Hemingway, el ex Beatle John Lennon está sentado permanentemente en un parque de la ciudad, la Madre Teresa de Calcuta ha sido inmortalizada con una mirada de infinita ternura, y un vagabundo habanero famoso, El Caballero de París, camina, detenido, por la parte mas vieja de la capital cubana, todo gracias a Soberón.
El Ernest Hemingway de bronce es de tamaño natural, 1.78 metros con unos 300 kilogramos de peso.
La razón por la cual se colocó en El Floridita es porque allí los trabajadores del lugar así lo solicitaron. Un cartel anuncia que Hemingway, en sus días de carne y hueso en Cuba, acostumbraba a decir que
"Mi Daiquirí en el Floridita".
Hemingway es el escritor norteamericano mas amado y respetado en Cuba. Durante décadas residió en una finca cercana al centro de La Habana y salió de pesquería desde una localidad costera con un capitán cubano en su yate.
Actualmente su vida y obra es el motivo central para cubanos y norteamericanos que quieren ver mejorías en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba.
Fuente: RL/CL